Según un estudio presentado recientemente, el 60 por ciento de las mujeres que toman la píldora temen quedarse embarazadas lo que les afecta emocionalmente. Y es que más de la mitad de las mujeres que la toman desconocen las circunstancias por las que deja de ser eficaz.
Éstos son algunos de los datos más relevantes del estudio Consecuencias emocionales de la anticoncepción en España , elaborado por el Laboratorio Organon y presentado en el marco del 8º Congreso de la Sociedad Española de Contracepción que se celebra en Barcelona.
Pero no sólo la píldora anticonceptiva suscita recelo entre las españolas: en el caso del preservativo, el 25 por ciento de las mujeres no confía en su eficacia, mientras que un 67 por ciento recela de la marcha atrás y un 83 por ciento ha tenido miedo ante un posible embarazo por lo que cuando les llega la menstruación se sienten aliviadas.
Ante la posibilidad de un embarazo no deseado, el estudio revela que una de cada diez mujeres confiesa sentirse deprimida y sola, el 20 por ciento admite que tuvo un impacto negativo en su relación de pareja, el 93 por ciento se sintió preocupada, el 55 por ciento nerviosa, el 33 por ciento tensa, y el ocho por ciento enfadada. Además, para el 33 por ciento de estas mujeres, la situación de incertidumbre influye negativamente en su vida laboral o en sus estudios.
¿Qué métodos elegimos y cómo los usamos?
En la actualidad, el 62 por ciento de las mujeres españolas elige el preservativo masculino como método anticonceptivo, el 35 por ciento la píldora, el 14 por ciento la denominada «marcha atrás», el tres por ciento el anillo mensual, el dos por ciento el parche anticonceptivo y el uno por ciento el DIU.
Pero la efectividad de todos ellos depende de que se utilicen bien. Así pues, el doctor Ezequiel Pérez-Campos, Presidente de la Sociedad Española de Contracepción, insistió en que «los embarazos no deseados se deben principalmente al mal uso y al desconocimiento de las situaciones que disminuyen la eficacia de los métodos anticonceptivos».
Y es que como revela el informe, el 63 por ciento de las usuarias de la píldora se olvidan de tomarla. Tal y como recordó el Dr. Iñaki Lete, jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Santiago Apóstol de Vitoria, «la Organización Mundial de la Salud calcula que ocho de cada 100 mujeres se van a quedar embarazadas mientras usan la píldora y muchas van a recurrir a un aborto».
Los nuevos métodos anticonceptivos hormonales, que no requieren un cumplimiento tan estricto como la píldora (sería el caso del anillo mensual), pueden resultar más efectivos y generan más confianza entre las mujeres. Ante un retraso, el 71 por ciento de las usuarias de este método no se preocupa. En este sentido, el doctor Lete afirmó que «puede mejorar las tasas de cumplimiento, ya que no precisa de una toma diaria y disminuye fallos e incidencias».
¿Por qué los usamos mal?
Según este estudio, el 53 por ciento de las mujeres que toman la píldora desconoce las circunstancias por las que deja de ser eficaz. Sólo el 38 y 46 por ciento saben que el uso de antibióticos y las diarreas, respectivamente, propician la pérdida de eficacia. Y el 75 por ciento de sus parejas no conoce que estas dos situaciones influyen en la falta de efectividad.
Con respecto al preservativo, el 54 por ciento de los hombres y el 44 por ciento de las mujeres confiesan que desconocen cuándo este método ya no es fiable.
Y aún cuando sospechan que la eficacia del método anticonceptivo empleado puede haber disminuido, el 44 por ciento de las mujeres y el 35 por ciento de los hombres continúan teniendo relaciones sexuales. De ellos el 66 por ciento de las mujeres y el 60 por ciento de los hombres lo harán sin protección adicional.
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