La homeopatía es un método terapéutico que consiste en el tratamiento, alivio o prevención de ciertas enfermedades utilizando medicamentos homeopáticos. El 30 por ciento de los españoles utiliza estos medicamentos con mayor o menor frecuencia y un 75 por ciento los conoce aunque no los utilice.
El 23 de marzo se celebra el Día Europeo de la Homeopatía, que culmina con una jornada de debate en el Parlamento Europeo. Se calcula que 100 millones de europeos utilizan la homeopatía y la que está considerada su segunda generación, la medicina biorreguladora, sobre todo en patologías como resfriados, contusiones, alergias y procesos inflamatorios y febriles.
La homeopatía es eficaz en un amplio abanico de patologías, ya sean agudas como gripe, tos o diarrea, o crónicas o de difícil tratamiento como la alergia, la dermatitis o el asma. Además, la homeopatía tiene la ventaja de su excelente tolerancia ya que, en general, no surgen efectos adversos, por lo que se recomienda habitualmente en niños, embarazadas y enfermos polimedicados. Los medicamentos homeopáticos, de venta exclusiva en farmacias, se presentan bajo diferentes formas farmacéuticas, aunque la más habitual son los tubos de gránulos y los tubos monodosis de glóbulos.
En los últimos años, el uso de la Homeopatía en España ha aumentado un 10 por ciento y, actualmente, más de 9.000 facultativos prescriben habitual u ocasionalmente medicamentos homeopáticos. Además, el número de especialistas, como alergólogos, ginecólogos o dermatólogos, que integra la homeopatía en sus tratamientos va en aumento. Por ejemplo, ya son 2.000 pediatras los que prescriben medicamentos homeopáticos y biorreguladores.
Hoy en día, la homeopatía se utiliza en más de 80 países, principalmente en Europa, donde, además, algunos países reembolsan los tratamientos homeopáticos a través de su Seguridad Social.
«Los medicamentos biorreguladores cuentan con la misma seguridad que los homeopáticos pero tanto sus dosis como su evidencia científica son superiores», destaca el doctor Jesús Agudo, presidente la Asociación para el Estudio de la Medicina Biorreguladora (Asembior), y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid. En la homeopatía convencional se utilizan dosis infinitesimales de compuestos de origen vegetal y mineral. En la medicina biorreguladora las dosis están en torno a 20 microgramos, lo que permite «obtener un efecto demostrable y, al mismo tiempo carecer de efectos secundarios», añade.
Como explica la doctora Ángela Carrasco, inmunóloga del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y vicepresidenta de Asembior, «las dosis que se emplea en la medicina biorreguladora, hace que los receptores específicos de los linfocitos (TCR) potencien la señal y por tanto los linfocitos muestran una unión más ajustada al antígeno. Se restablece una equilibrio entre las células Th1, implicadas en la inmunidad mediada por células y las Th2, que facilitan la producción de anticuerpos, regulando así la respuesta inflamatoria por las células Th3 y Treg que son las consideradas como protectoras. Los antiinflamatorios convencionales suprimen la inflamación actuando sobre las células de la respuesta inmune y las tisulares pero las toxinas persisten».
Así, se ha comprobado en numerosos estudios con medicamentos biorreguladores, como Traumeel, un mediador de la inflamación, que acelera la recuperación del esguince, según un reciente estudio de la doctora Laura Ots, del Hospital 9 de Octubre de Valencia. Una investigación anterior, publicada en la revista Complementary Therapy Medicine en 2008, concluía que «Traumeel es tan efectivo como la medicina convencional en el manejo de lesiones leves o moderadas en la población. Su uso fue seguro y juzgado por los médicos como mejor tolerado que los medicamentos convencionales».
El doctor Santiago de la Rosa, presidente de la Comisión de Medicina Naturista del Colegio de Médicos de Madrid destaca la «eficacia y seguridad de los medicamentos biorreguladores, así como su disponibilidad en diferentes tipos de presentaciones (comprimidos, sprays, gotas, inyecciones, etc.)», mientras que la doctora Assumpta Mestre, que dirige la sección de homeopatía del Colegio de Médicos de Barcelona resalta su uso «cada vez más extendido en todas las especialidades médicas, tanto en tratamiento como en prevención, debido a que en la mayoría de las enfermedades está implicado el sistema inmune».
La Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria ha elaborado una guía en la que recomienda este tipo de tratamientos para 30 patologías diferentes, como síndromes gripales, infecciones de las vías respiratorias, fibromialgia, fatiga crónica, otitis, asma, depresión o insomnio. Los medicamentos biorreguladores también están indicados en la eliminación de toxinas. «Nuestro organismo está cargado de toxinas procedentes de la alimentación, los medicamentos y los contaminantes ambientales. Esa intoxicación permanente y acumulada facilita la aparición de numerosas enfermedades como el asma, las alergias y patologías cardiovasculares», asegura el doctor Agudo. Por ello, recomienda someterse al menos un par de veces al año a un tratamiento de detoxificación supervisado por un médico o farmacéutico.
Reconocimiento oficial
Los tratamientos biorreguladores se encuentran registrados como medicamentos y, por tanto, son de dispensación exclusiva en farmacias. Cuentan con el respaldo de cada vez más especialistas, como la Sociedad Española de Traumatología Deportiva y la Asociación de Médicos de Equipos de Fútbol. En Francia y Gran Bretaña están reembolsados por la Seguridad Social, si bien su uso, como en el resto de los países de nuestro entorno, es muy superior al de España. Por otro lado, en al menos diecinueve Colegios de Médicos en España hay Secciones Colegiales o Comisiones dedicadas a la homeopatía o medicina biorreguladora: Sevilla, Málaga, Zaragoza, Huesca, Asturias, Las Palmas, Tenerife, Valladolid, Barcelona, Tarragona, Lérida, Gerona, Madrid, Cantabria, Valencia, Castellón, Alicante, Navarra, Guipúzcoa y Vizcaya. En cuanto a la formación reglada, cada año más facultades de Medicina incluyen estudios homeopáticos o biorreguladores. Existen masters o cursos de postgrado en las universidades de Sevilla, Barcelona, Murcia, Valladolid, País Vasco y Madrid (Complutense).
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