Día Mundial de la Salud Visual

De toda la información que recibimos cada día, el 80 por ciento nos llega a través de los ojos. No obstante, 3 de cada 4 españoles no visitan a un especialista hasta que no se encuentran frente a un problema ocular y en algunos casos el daño ya es irreversible. ¿Qué síntomas podrían indicar la existencia de algún problema visual?

La salud ocular «se resentirá en los próximos años en las sociedades occidentales» a causa del ‘síndrome de la pantalla’, afección que se manifiesta por «el estrés o sobrecarga del sistema visual» que se produce al trabajar habitualmente con pantallas de visualización, como «ordenadores, teléfonos o videojuegos.

Así lo ha explicado, con motivo de la celebración del Día Mundial de la Visión, el oftalmólogo de los Hospitales USP San Camilo y USP San José de Madrid, el doctor Nabil Ragai Kamel, que afirma que el resultado de la misma son las molestias oculares, como «el deslumbramiento, el picor ocular o el dolor de cabeza», indica.

Ante ello, Ragai Kamel apuesta por acudir al oftalmólogo para conocer un diagnóstico profesional «y descartar otras patologías». De cualquier forma, da pistas sobre este síndrome, que suele aparecer en personas que están más de ocho horas delante del ordenador y que se manifiesta «mediante enrojecimiento de los ojos, lagrimeo y cansancio ocular».

Así, señala como una de las causas de esta afección al parpadeo menos frecuente por el alto nivel de concentración ante el terminal informático, lo que puede producir también «‘ojo seco’, visión borrosa o doble, fatiga visual, pesadez de párpados, fotofobia y queratitis e irritación de la superficie ocular». Ya menos frecuente es la sintomatología correspondiente a «náuseas, mareos o vértigo», sostiene.

Para evitar todas estas consecuencias del ‘síndrome de la pantalla’, Ragai Kamel considera oportuno llevar «una adecuada graduación» de gafas o lentes correctoras y disponer en la sala de estancia de buena «ventilación, iluminación, temperatura y humedad». Además, señala como importante que el asiento sea «ergonómico» y que la mesa de trabajo esté situada «a una altura adecuada».

En cuanto al ordenador, el experto de USP Hospitales demanda que éste disponga de «filtros antirreflectantes y un buen contraste entre el fondo de la pantalla y las letras». No obstante, lo más relevante para evitar padecer esta afección es «cuidar la salud en general», ya que otros factores como el estrés o la menopausia «influyen también», concluye.

Diabetes y salud ocular

El 80 por ciento de las discapacidades visuales podrían evitarse si la enfermedad se detecta y trata a tiempo, señala este miércoles el presidente de la Fundación Retinaplus+, Francisco Gómez Ulla, quien lamenta que sólo entre el 20 y 30 por ciento de los diabéticos acuda a revisarse su vista y, de esta manera, no pueda evitarse, entre otras enfermedades, la retinopatía diabética.

En España, existen 979.200 personas afectadas por discapacidad visual de las que 70.775 sufren ceguera, según datos de la Encuesta EDAD 2008 realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Por comunidades autónomas, las que presentan mayor prevalencia de ceguera son Andalucía y Extremadura (ambas con un 0,182%) y Murcia (0,173%), según la ONCE.

Glaucoma

El glaucoma es una enfermedad de la vista cuya progresión se puede ralentizar con el tratamiento adecuado, aunque la falta de prevención hace que la mitad de estos afectados no sepa que la padece hasta que ha perdido gran parte del campo visual.

Así lo ha asegurado el Grupo Federópticos con motivo del Día Mundial de la Visión , lamentando que sólo el 22 por ciento de las visitas que se realizan a la óptica esté relacionada con una revisión general de la salud visual. «Una detección temprana de este tipo de patologías resulta imprescindible para evitar la pérdida visual, y un análisis clínico bien realizado, puede llevar a la detección de un trastorno visual aún antes del examen ocular», ha explicado Xavier Vivas, presidente del Instituto Federópticos.

De toda la información que recibimos cada día, el 80 por ciento nos llega a través de los ojos. No obstante, el Libro Blanco de la Visión apunta que 3 de cada 4 españoles no visitan a un especialista hasta que no se encuentran frente a un problema ocular.

La utilidad de las revisiones abarca más allá de la detección de la miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbicia. A partir de los 55 años, las personas se muestran más propensas a sufrir una serie de problemas de visión asociados al paso de los años, como son las cataratas, la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), la retinopatía diabética, el desprendimiento de retina o el glaucoma.

¿Qué síntomas podrían indicar la existencia de algún problema visual?

Cuando observamos un cambio en nuestra visión, nunca debemos ignorarlo, ya que puede indicar la presencia de problemas de visión -e incluso en algunos casos patologías oculares- que pueden empeorar, en menor o mayor medida, nuestra calidad de vida. Instituto Varilux te recomienda acudir inmediatamente a una revisión de la vista si:

1. Tienes visión borrosa. La visión borrosa puede indicar que tenemos miopía, hipermetropía, astigmatismo…

2. Te cuesta leer la letra pequeña de los prospectos de los medicamentos o alargas los brazos para leer el periódico. Son indicativos normalmente de presbicia o vista cansada.

3. Tienes enrojecimiento ocular y lagrimeo. Hay muchas causas posibles, puede ser debido a una excesiva exposición al sol, una reacción alérgica, una infección, la existencia de un cuerpo extraño o la presencia de fatiga visual.

4. Tienes dolores de cabeza. Puede indicar algún problema de visión binocular o fatiga visual.

5. Ves moscas volantes, ‘hilitos’ o ‘telarañas’. Pueden deberse a problemas internos como cataratas o problemas retinianos.

6. Te molesta la luz más de lo normal –fotofobia-. Puede ser provocada simplemente por el excesivo uso de lentes de contacto, por la existencia de alguna infección visual o surgir como efecto secundario de un medicamento.

Las claves de un estudio optométrico completo

En un primer paso, se evalúa la historia del paciente teniendo en cuenta factores relacionados, como son los antecedentes familiares, la salud general del paciente y si toma medicación o padece alergias. A continuación se evalúa la agudeza visual, analizando la capacidad de cada ojo por separado y la de los dos a la vez.

El siguiente paso consiste en la realización de pruebas preliminares tales como observación externa, distancia nasopupilar, visión al color, rejilla de Amsler, reacción ante el deslumbramiento, valoración de los campos visuales, examen de la pupila, sensibilidad ocular y función palpebral.

Tras la valoración de estas pruebas objetivas, se determina la refracción de ambos ojos por separado, acción conocida como graduación. Las pruebas que se suceden a continuación analizan la motilidad ocular –el efecto que ejerce la musculatura sobre el movimiento de los ojos–, la visión binocular -para mantener y mejorar la capacidad visual fácilmente alterada por la gran demanda de actividad en visión próxima que usamos y valorar la coordinación entre ambos ojos en el proceso visual-, y la acomodación, es decir, el aumento y esfuerzo del cristalino para aumentar la potencia refractiva que permitirá al ojo enfocar objetos cercanos.

En la recta final, se evalúa la salud del órgano visual, observando el estado de todas las partes del globo ocular para detectar posibles patologías que comprometan la salud de este. En el caso de que fueran necesarias, se realizarían a continuación pruebas específicas tales como campimetría, retinografía, sensibilidad al contraste, topografía o la muy reciente tomografía ocular computerizada para, dado el caso, poder referir el paciente a otro especialista en la salud ocular.