Algunas de las enfermedades oculares más prevalentes en la edad infantil pueden producir consecuencias nefastas e irremediables si no se detectan a tiempo y se abordan correctamente.
La población infantil no está exenta de sufrir alteraciones oculares que, tratadas a tiempo, pueden corregirse o prevenir consecuencias más graves. En el marco del Día Mundial de la Visión, que se celebra el día 13 de octubre, la compañía dedicada al cuidado integral de la visión, Bausch + Lomb centra sus esfuerzos en concienciar a la sociedad sobre la importancia de la prevención en materia de salud ocular entre la población infantil.
La detección precoz de los trastornos de la visión en niños puede no sólo evitar o minimizar el impacto clínico y socioeconómico de estos problemas, sino también mejorar la calidad de vida de los pacientes y de sus familiares.
Cuando pronto puede ser ya tarde
Algunas de las enfermedades oculares más prevalentes en la edad infantil pueden producir consecuencias nefastas e irremediables si no se detectan a tiempo y se abordan correctamente. Este es el caso del denominado ojo vago o ambliopía. “Lo más importante en los niños es la detección precoz de las ambliopías, ya que su tratamiento sólo se puede aplicar hasta los 7 u 8 años; después de esa edad, no es posible recuperar la visión en esta patología”, advierte el Dr. Félix Armadà, Jefe de Sección del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario La Paz de Madrid.
La ambliopía es una patología que está directamente relacionada con la edad temprana. Al nacer, el cerebro no es capaz de ver, desarrollándose la función visual con la edad. Por lo tanto, si existe algún problema a nivel de graduación o algún impedimento para la normal visualización, el cerebro no puede aprender a ver y es entonces cuando se producen los llamados ojos vagos. Por ello, insiste el experto del Hospital La Paz, “es importante detectar precozmente esta patología para su mejor corrección”.
La infancia es el momento idóneo para comenzar a preocuparse por la salud ocular, ya que es el momento en el que pueden adoptarse medidas que garanticen un correcto desarrollo de los niños. No evitar los trastornos de la visión a tiempo no sólo puede tener consecuencias físicas en los niños, sino que además puede afectar al correcto desarrollo de su vida diaria y a su autoestima. Según la Directora Médica de Bausch + Lomb, Saskia Aguado, “es responsabilidad de los padres cuidar de la visión de sus hijos para garantizar su correcto desarrollo y prevenir trastornos corregibles a esa edad”.
Por este motivo, es muy importante desarrollar campañas de detección precoz de problemas de visión en niños. De este modo, a través de revisiones periódicas, se podrían detectar muchas de las patologías y aplicar las medidas oportunas para corregirlas. “Las revisiones oftalmológicas en niños se deberían incluir en un calendario escolar, al igual que ocurre con las vacunas”, afirma Aguado, “de tal forma que se pudiera explorar a todos los niños a una edad determinada, para detectar lo antes posible problemas de graduación”.
Trastornos oculares en la infancia
Aunque con menor frecuencia, la patología ocular por traumatismos es también relativamente habitual en los niños, así como los problemas derivados de alteraciones genéticas. Aunque al frente se situaría la ambliopía (ojo vago), el listado de trastornos que afectan a la visión de los niños es extenso, destacando también enfermedades como el estrabismo (ojo desviado), los traumatismos y las cataratas pediátricas. Tampoco debe despreciarse el glaucoma como patología en la edad pediátrica, así como la patología de la córnea y retina derivada de la prematuridad.
Con todo, según reconoce el Dr. Armadá, el niño es un enfermo oftalmológico especial. “Dada la gran plasticidad que tienen para aprender, se adaptan en general mucho mejor que los adultos a sus déficits visuales, por lo que no suelen ser tan lesivos para su desarrollo”. Sin embargo, se deben tener en cuenta otras peculiaridades, como el hecho de que a la hora de afrontar una cirugía ocular, los niños tienen una mayor tendencia a la inflamación postquirúrgica, por lo que tienen postoperatorios más complicados.
La catarata pediátrica
Cientos de miles de bebés nacen al año en el mundo con cataratas en uno o ambos ojos. Esta afección se conoce como catarata pediátrica y puede causar una pérdida severa de visión e, incluso, la ceguera. Por eso, se ha erigido en una de las enfermedades oculares más preocupantes en niños, aunque según afirma el Dr. Armadá, “su control ha mejorado significativamente en los últimos años”.
Esta enfermedad afecta a entre 1 y 4 niños (dependiendo de los estudios) por cada 10.000 en los países desarrollados y a 15 de cada 10.000 en países en vías de desarrollo. En los países desarrollados, en el 50% de los casos no es posible determinar la causa subyacente, aunque existe una importante carga genética y las infecciones también se consideran un factor desencadenante de primer orden.
La pérdida de visión y la ceguera causada por las cataratas pediátricas pueden tener un efecto negativo en los niños, sus familias y sus comunidades. Asimismo, un reciente estudio ha puesto de relieve que la pérdida económica global en un periodo de 10 años debido a las cataratas pediátricas oscila entre los 800 y 4.600 millones de euros. No obstante, esta enfermedad es tratable en muchos casos y muchas veces se puede prevenir. Cuando se aplica el tratamiento y seguimiento adecuados, los niños pueden llegar a su edad adulta con plenas facultades visuales.
“La catarata pediátrica hoy en día es un problema bastante controlado. Las técnicas quirúrgicas ayudan mucho a un correcto tratamiento de estos niños, incluso con la colocación de lentes intraoculares, como ocurre en los adultos. En los casos en los que no es posible colocar una lente intraocular porque el niño es demasiado pequeño, se utilizan lentes de contacto para estimular la visión”, subraya Saskia Aguado, Directora Médica de Bausch + Lomb. Para evitar la aparición de este trastorno, la recomendación es clara: “se debería efectuar una exploración ocular y de la agudeza visual en los primeros años de la vida, entre los 3 y 4 años como máximo”.
La mayor parte de los casos se diagnostican en una exploración rutinaria en la consulta. Si la catarata está muy formada, se aprecia una mancha blanca en el ojo del niño y los padres suelen consultar por ello. El tratamiento es quirúrgico, con o sin implante de lente intraocular.
La visión de los niños: nuestra misión
Sensibles a esta realidad, el Early Vision Institute (Instituto de Visión Temprana) de Bausch + Lomb y la Fundación Lions Club International han formado una alianza para crear la Iniciativa para las Cataratas Pediátricas, con el objetivo de identificar, financiar y promover métodos innovadores para superar este problema, aportando beneficios a largo plazo tanto a los niños, como a sus familias y comunidades.
El Early Vision Institute de Bausch + Lomb, establecido en 2010, es una iniciativa global diseñada para establecer una base amplia de investigación en temas de salud ocular en los niños. “Desde nuestra compañía nos comprometemos en aportar soluciones a problemas de visión. Para ello, destinamos todo tipo de recursos, tanto económicos como humanos, a invertir en la salud ocular de la población en general y de los niños en particular”, afirma Saskia Aguado.
Día Mundial de la Visión
El Día Mundial de la Visión se celebra el segundo jueves de octubre y tiene la finalidad de centrar la atención en la ceguera, la discapacidad visual y la rehabilitación de los discapacitados visuales. El tema central de este año es la salud ocular y el acceso igualitario a la atención ocular.
El Día Mundial de la Visión se celebra en todo el mundo por todas las partes interesadas en la prevención de la discapacidad visual o la recuperación de la visión. Asimismo, es la actividad de promoción más importante para impulsar la prevención de la ceguera y la iniciativa mundial «Visión 2020: el derecho a ver», creada por la OMS y el Organismo Internacional de Prevención de la Ceguera.
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