Estudios realizados en España muestran que en más de la mitad de los asmáticos adultos y en el 80 por ciento de los niños el asma tiene un origen alérgico.
El asma es una enfermedad crónica causada por la inflamación de las vías respiratorias conductoras del aire hacia los pulmones y caracterizada por ataques repetidos de tos con dificultad para respirar, sibilancias o pitos audibles y opresión torácica que pueden aparecer varias veces al día o a la semana. En muchas ocasiones, se agravan durante la noche y cuando se realiza ejercicio.
Es la primera causa de ingreso hospitalario en niños y el primer motivo de absentismo escolar por enfermedad crónica. La prevalencia de esta enfermedad la convierte en la patología crónica más frecuente de la infancia y adolescencia. Según el Dr. Manuel Praena, pediatra de Atención Primaria y coordinador del Grupo de Vías Respiratorias de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), “asistimos a niños con problemas respiratorios con una frecuencia mayor que cualquier otro problema de salud crónico”.
La AEPap, a través del Grupo de Vías Respiratorias, apoya y se suma a las iniciativas promovidas con motivo del Día Mundial del Asma. Para ello, ha elaborado dos documentos (Los 5 pasos del asma y Elimina el tabaco) con el objetivo de informar y concienciar a la población de las cargas que supone esta enfermedad y demostrar a los pacientes la posibilidad de tenerla bajo control, llevando una vida saludable sin limitaciones.
Ambos archivos pueden descargarse en formato pdf por todas aquellas asociaciones de pacientes, centros de salud, hospitales y personas interesadas en dar cobertura informativa al Día Mundial del Asma 2013.
Además, la AEPap cuenta con la colaboración de la Fundación Roger Torné. Ambas entidades, a través de la web Respirar (http://www.respirar.org/), promueven hábitos saludables y acciones educativas para favorecer el control de esta patología. Esta web se dirige tanto a profesionales sanitarios como a los pacientes y a las familias de pacientes asmáticos
Según el estudio ISAAC, la incidencia de asma entre la población infantil española ha aumentado en los últimos años. Este trabajo ha puesto de manifiesto que el asma ha empeorado en frecuencia e intensidad en los niños de 6 a 7 años de edad.
Tanto la mala calidad del aire en interiores como del exterior contribuye sustancialmente a la carga del asma y otros problemas respiratorios en los niños. Se ha demostrado que algunos compuestos químicos, contaminantes ambientales, pueden afectar a la salud de los niños. La exposición infantil a estos contaminantes ha contribuido a un cambio en las patologías pediátricas y está relacionada con una disminución de la función pulmonar y/o un incremento de las afecciones respiratorias, como el asma y las alergias.
Según pediatras del Grupo de Vías Respiratorias de la AEPap, “las enfermedades alérgicas se han multiplicado por cuatro en los últimos 30 años, y se calcula que actualmente el 25% de los niños desarrolla alguna en algún momento de su crecimiento”.
Asma y alergias
Estudios realizados en España muestran que en más de la mitad de los asmáticos adultos y en el 80 por ciento de los niños el asma tiene un origen alérgico, según ha indicado la alergóloga del Hospital Casa de Salud y miembro del la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), Valentina Gutiérrez.
La doctora Gutiérrez ha explicado que ser alérgico es el factor de riesgo «más importante» para el desarrollo de asma. Los alérgenos más relacionados con el asma son los pólenes, ácaros del polvo doméstico, hongos del ambiente y los epitelios de animales como perro, gato, caballo y roedores, aunque la importancia de cada uno de ellos es variable geográficamente.
Aunque el concepto de que un paciente sea alérgico incluye implícitamente que el individuo afectado es consciente de ser sensible a algún agente, «para muchos alérgenos relevantes en el asma, especialmente perennes, esta relación no es obvia». Muchos pacientes asmáticos no conocen el papel causa-efecto que estos alérgenos juegan en su enfermedad.
Sin embargo, la inhalación de pequeñas cantidades diarias de estos agentes es la forma ordinaria por la que aumenta tanto la inflamación como la hiperrespuesta bronquial, «que son las bases de la enfermedad asmática», ha agregado.
Por lo tanto, en todo paciente asmático debe realizarse un estudio alergológico que determine si la alergia es el origen de sus síntomas y todo paciente diagnosticado de enfermedad de origen alérgico como rinoconjuntivitis, debe ser interrogado sobre la presencia de síntomas asmáticos: tos persistente, dificultad respiratoria y ruidos respiratorios en relación con ejercicio, o al contacto con alérgenos u otros irritantes. «Un diagnóstico precoz facilita el control posterior del asma y mejora su pronóstico a largo plazo», ha recordado la especialista.
El asma es una enfermedad crónica respiratoria que cursa con episodios de tos, falta de aire y ruidos respiratorios provocados por obstrucción bronquial. «Esta obstrucción es característicamente reversible total o parcialmente, y el paciente puede estar temporadas sin desarrollar síntomas importantes», ha explicado. Sin embargo, es un error realizar el tratamiento antiasmático solo en los episodios de síntomas intensos, y, en general, «un buen control de la enfermedad precisa de la realización de tratamiento de forma prolongada», ha insistido la doctora.
La identificación del alérgeno causante del asma facilita medidas terapéuticas eficaces como la evitación de dicho agente o el empleo de inmunoterapia en los casos en los que esté indicada. Las vacunas son capaces de modular la respuesta alérgica y mejorar los síntomas respiratorios de estos pacientes. Estos aspectos del tratamiento deben completarse con fármacos (en su mayoría administrados por vía inhalatoria) para conseguir un control de la enfermedad que en la mayoría de los pacientes puede ser óptimo y permitir que el paciente asmático desarrolle sus actividades sin limitación.
La contaminación
Según una publicación del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) si se redujera la exposición media de dióxido de nitrógeno y partículas en suspensión de 50 a 20 mg/m, se estima que habría 3.500 muertes menos, 1.800 ingresos hospitalarios menos por causas cardio-respiratorias, 31.100 casos menos de bronquitis en niños y 54.000 crisis de asma menos en niños y adultos.
“Entre las principales sustancias perjudiciales para el sistema respiratorio en desarrollo destacan los contaminantes de interiores, como el humo de tabaco ambiental, los productos de combustión, compuestos orgánicos volátiles, compuestos biológicos y alérgenos”, subraya el Dr. Praena. Sin embargo, “existen además otros contaminantes del aire exterior presentes en el medio ambiente en niveles preocupantes. Entre ellos se incluyen contaminantes atmosféricos de materia particulada, ozono troposférico, dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno y otras sustancias tóxicas”, matiza el experto.
“Es prioritario que las familias tomen consciencia de este problema y reivindiquen a la administración pública que se cumplan la normativa sobre protección medioambiental para atenuar el impacto de la contaminación en el desarrollo y empeoramiento del asma”, alienta el Dr. Praena
Recomendaciones
La persona que padece asma puede mantener una vida normal y activa pero, para ello, debe aprender a controlar su enfermedad.
Asimismo, es preciso utilizar adecuadamente los medicamentos, así como mantenerse alejado de los desencadenantes y, por supuesto, conocer los signos que indican empeoramiento.
Su médico puede valorar la necesidad de indicar medicación inhalada antes de hacer esfuerzos, correr o practicar deportes, ya que estas actividades pueden provocar síntomas en algunos casos. Éstos se presentarán principalmente en los primeros quince minutos y con más probabilidad si el ejercicio se realiza respirando por la boca en un entorno de aire frío y seco.
Con el tratamiento adecuado se podrá realizar deporte de forma habitual, incluso de competición. Es muy aconsejable realizar siempre un calentamiento previo progresivo, especialmente en la carrera al aire libre y en los deportes de nieve. Entre los deportes mejor tolerados está la natación, siempre que el agua no esté demasiado fría ni demasiado clorada.
Es muy importante actuar con rapidez. Los pacientes deben saber muy bien lo que deben hacer en el caso de que comience un ataque, manteniendo la calma, alejando el factor desencadenante y utilizando la medicación de rescate o medicación de “alivio rápido” que deben llevar siempre consigo, hasta asegurarse de que la respiración se normaliza.
Además existe la medicación preventiva, medicamentos “controladores” que se utilizan a diario, especialmente cuando el paciente se ve obligado a usar medicación de rescate de forma frecuente. Puede ser inhalada en cuyo caso penetra directamente en las vías respiratorias.
Factores de riesgo
“Cada paciente debe conocer sus propios factores de riesgo”, subraya el doctor Manuel Herrero, médico del consultorio local de la localidad toledana de El Viso de San Juan. Entre ellos se encuentran el humo del tabaco y otros humos como los provocados por combustión y la contaminación; las mascotas y animales de pelaje; el polvo doméstico que se acumula en camas, alfombras,… así como el que se levanta al barrer; los olores fuertes y aerosoles; los pólenes de plantas, árboles, arbustos, esporas de hongos alergénicos y los resfriados.
Otros factores desencadenantes pueden ser el aire frío, las emociones, enfados o miedo, el ejercicio y en algunas personas puede sobrevenir en respuesta a algunos medicamentos, como la aspirina y otros antiinflamatorios no esteroideos.
En la infancia los factores psicológicos afectan en gran medida al desarrollo de asma, haciendo que la incidencia sea mayor en hijos de madres asmáticas con alto nivel de estrés, situaciones con gran carga emocional y especialmente discusiones violentas, pudiendo generar crisis agudas graves. El entorno familiar, social y laboral, por lo tanto, es especialmente importante en aquellos asmáticos con crisis de repetición.
En la actualidad, se ha conseguido que la mortalidad por esta causa sea relativamente baja en comparación con otras enfermedades crónicas. “Es importante no bajar la guardia y adecuar el estilo de vida, reducir la ansiedad, aclarar dudas, superar falsas creencias y expectativas así como disponer de conocimientos y habilidades para que el propio paciente pueda tomar un papel activo en el proceso de control de su enfermedad”, incide el doctor Manuel Herrero.
Entre un 3 y un 7% de adultos es asmático
Estos estudios muestran que entre un 3 y un 7 por ciento de la población adulta tiene asma. Esta cifra es algo más elevada (entre un 5 y un 10 por ciento) en la población menor de 6 años y en las últimas cuatro décadas se ha triplicado el número de casos de asma, convirtiéndose en un auténtico problema de salud pública. Por este motivo, desde 1998 se celebra en todo el mundo el Día Mundial del Asma.
El incremento en el número de casos se ha producido especialmente hasta finales de los años noventa y en la actualidad hay datos que apuntan un enlentecimiento del ritmo de incremento de prevalencia de asma, ha explicado. Además de esta reducción en la prevalencia, también se ha producido en los últimos años un descenso en el número de hospitalizaciones y la mortalidad por esta enfermedad que, en la actualidad, se puede cifrar en España en 1/100.000.
Esta mejora en el pronóstico de los pacientes asmáticos puede tener relación con el arraigo del concepto de asma como enfermedad crónica, que precisa diagnóstico precoz y tratamiento integral (etiológico y de mantenimiento) como aconsejan las Guías de Consenso para el Tratamiento del Asma nacionales e internacionales.
Asimismo, es muy importante el trabajo integrado de Atención Primaria y Atención Especializada. Esta coordinación ha demostrado ser una herramienta muy eficaz para el tratamiento de los pacientes.»
El coste anual medio del paciente asmático adulto oscila entre 1.533 euros y 1.726 euros
El coste anual medio del paciente asmático adulto oscila entre 1.533 euros y 1.726 euros, según ha mostrado el estudio ISAAC, que, además, ha desvelado que en los niños el coste total que supone el asma es de unos 532 millones de euros, distribuidos en un 60 por ciento como costes directos (sanitarios) y un 40 por ciento indirectos.
De hecho, cada niño asmático supone un gasto anual de 1.149 euros, oscilando entre 403 euros para la categoría de gravedad más leve y 5.380 euros para la más grave.
Asimismo, el estudio ha mostrado las diferencias geográficas a nivel mundial de la prevalencia de esta enfermedad, señalado que en escolares varía entre un 4,1 por ciento en Indonesia hasta un 32,1 por ciento en Costa Rica, y en adolescentes entre un 2,1 por ciento en Albania hasta un 32,2 por ciento en el Reino Unido.
En España, los centros participantes en este mismo estudio mostraron una prevalencia media del 10 por ciento, siendo ésta superior en las zonas costeras, especialmente en la zona norte. Estos resultados fueron similares a otros países de la Unión Europea, salvo Reino Unido que presentó cifras superiores.
Ahora bien, la prevalencia del asma en la infancia es mayor en chicos que en chicas en el primer decenio de la vida, aunque, según los expertos, esta diferencia puede estar reduciéndose ya que conforme se llega a la adolescencia, el asma es más frecuente en las chicas, sobre todo si se asocia a obesidad y pubertad precoz.
Por todo ello, y con motivo de la celebración del Día Mundial del Asma, este martes, la Iniciativa Global para el Asma ha puesto en marcha un proyecto con el objeto de llamar la atención y sensibilizar a la población mundial sobre esta enfermedad.
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