En todo el mundo el tabaco mata cada año a más de cinco millones de personas, una cifra más alta que el sida, la tuberculosis y la malaria juntos. Tampoco hay que olvidar el tabaquismo pasivo que causa 600.000 muertes prematuras cada año a nivel mundial y cerca de 3.000 en España.
Este año, la celebración del Día Mundial sin Tabaco coincide con un momento de debate social acerca del endurecimiento en la Ley Antitabaco que fijará el 1 de enero de 2011 como posible fecha para la entrada en vigor de la reforma de dicha Ley, que prevé la prohibición del consumo de tabaco en todos los espacios públicos cerrados.
En este sentido, el presidente de la SEPAR, Dr. Juan Ruiz Manzano, destaca que «todo espacio público debe ser considerado libre de humo y no se debe permitir fumar». Además, este experto indica que es necesario establecer claramente «la prohibición de cualquier tipo de publicidad, promoción o patrocinio indirecto del tabaco» así como «el compromiso de proporcionar ayuda sanitaria a todos los fumadores que deseen abandonar el hábito».
En los últimos días, se ha conocido que en un nuevo Real Decreto se recoge la obligación de incorporar de forma visible en las cajetillas las nuevas advertencias sanitarias en forma de fotografías e ilustraciones de los riesgos y efectos nocivos que tiene en la salud el tabaco. De este modo, España pondrá en los envases 14 impactantes imágenes del catálogo de las recomendadas por la UE para disuadir a los fumadores.
El tabaquismo es una enfermedad
En España, el tabaquismo no está considerado una enfermedad o condición médica por la mayor parte de la sociedad, y en el caso de las mujeres la mayoría de ellas (un 84 por ciento) ve el tabaco como un estilo de vida. Sin embargo, para los doctores españoles la dependencia al tabaco es una condición médica y en ningún caso representa un estilo de vida, pues un 97 por ciento así lo opina (el mayor porcentaje de Europa), por lo que afirman que debe ser tratada como una enfermedad crónica, la cual puede presentar recaídas en varias ocasiones. «El tabaquismo es una adicción y eso quiere decir que la fumadora no tiene control sobre el consumo del tabaco. La ayuda del médico es fundamental para aconsejar y acompañar en el proceso de cambio y para resolver las complicaciones que puedan aparecer», comenta al respecto la Dra. María Jesús González, médico de familia especialista en adicciones. «Además, en la actualidad disponemos de opciones terapéuticas para tratar la adicción al tabaco que van a disminuir notablemente los síntomas de abstinencia y a reforzar la conducta de no fumar», añade esta especialista.
Género y Tabaco: la promoción del tabaco dirigida a las mujeres
Este es el lema escogido para este año por la Organización Mundial de la Salud. Y es que hace décadas que el tabaco dejó de ser un hábito mayoritariamente masculino. De los más de mil millones de fumadores que hay en el mundo, el 20 por ciento son mujeres; y, sin embargo, esta cifra va en aumento. Las tasas de tabaquismo de los hombres han alcanzado su punto más alto, mientras que las de las mujeres siguen aumentando. El 30 por ciento de las españolas mayores de 16 años son fumadoras, según se desprende de un estudio paneuropeo llevado a cabo por YouGov, con la colaboración de Pfizer. Además, en España mueren cada año 417 mujeres debido a dolencias relacionadas con el tabaco, lo que significa que fallece por esta causa una española cada 21 horas.
Las mujeres constituyen un importante blanco de oportunidad para la industria tabacalera, que necesita captar nuevos consumidores para remplazar a casi la mitad de los consumidores actuales, que morirán prematuramente por enfermedades relacionadas con el tabaco.
La mujer frente al tabaco
Aunque la mayoría de las consecuencias del consumo de tabaco son similares en mujeres y hombres, sí existen diferencias de género que afectan a aspectos diversos y que deben ser tenidos en cuenta para un correcto abordaje del tabaquismo en la mujer. De este modo, las motivaciones para empezar a fumar y para mantener el consumo son distintas según el sexo, al igual que las consecuencias para la salud no son las mismas.
«Tanto en el hombre como en la mujer el tabaco ocasiona daños muy importantes sobre la salud: cardiovascular, enfermedad pulmonar y diversos cánceres», explica la doctora González, que remarca: «Pero, además, el tabaquismo produce una serie de patologías que son específicas de la mujer: trastornos menstruales, menopausia adelantada y consecuentemente mayores complicaciones por osteoporosis, doble riesgo de padecer cáncer de cuello uterino, aumento de la infertilidad, mayor riesgo de abortos, trastornos de la placenta y recién nacidos de bajo peso. El tabaco además provoca envejecimiento prematuro de la piel, mayor cantidad de arrugas y manchas en los dientes».
La mujer y sus métodos para dejar el tabaco
Coincidiendo con el Día Mundial sin Tabaco y con el objetivo de destacar sus efectos en las mujeres, se ha llevado a cabo un nuevo análisis del estudio de YouGov, para el que se entrevistaron a 8.061 mujeres de toda Europa, incluida España. Según los resultados del análisis, el método más común para intentar dejar el tabaquismo entre las mujeres españolas es la simple fuerza de voluntad, pese a su poca eficacia. En este sentido, el 65 por ciento de las españolas lo ha intentado mediante esta fórmula en alguna ocasión, pero según diversos estudios a través de este método sólo el 10 por ciento lo consigue satisfactoriamente.
Un dato preocupante del estudio es el hecho de que el 55 por ciento de las mujeres españolas no tiene siquiera pretensión de visitar a su médico con respecto al consumo de tabaco, a pesar de que recientes investigaciones han demostrado que con tan solo un breve consejo profesional se puede aumentar hasta en un 30 por ciento la probabilidad de vencer la adicción para siempre. Sin embargo, el apoyo de amigos y familiares se muestra como un factor importante para las mujeres a la hora de intentar abandonar el tabaco pues, según se afirma en la encuesta, el 30 por ciento de las españolas aseguran pedir consejo a una persona cercana para lograr dejarlo.
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