Dieta y salud cardiovascular: Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad en los países desarrollados con un 40% del total de las muertes. Sus causas son diversas, aunque priman las derivadas de los malos hábitos: fumar, beber, llevar una mala alimentación y sobre todo, el estrés.
Sabemos que la mitad de nuestra población fallece de enfermedades asociadas a las alteraciones de tipo cardiovascular, ya sea por infarto, por angina de pecho o por enfermedades cerebrales. Por tanto es un problema de sanidad pública de primer orden el poder controlar y prevenir este tipo de enfermedades», explica el doctor Luis Masana, presidente de la Sociedad Española de Arteriosclerosis. «Es importante controlar todos aquellos factores de riesgo que están muy difundidos en la población general sana y que deben controlarse a base de recomendaciones sobre estilos de vida cardiosaludables», añade el doctor Masana.
Entre estos estilos de vida se incluiría llevar una dieta saludable, como es por ejemplo la dieta mediterránea, asociada tradicionalmente a un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares. En este sentido, el doctor Masana apunta que «se debería informar a la población de que seguir los hábitos de la dieta mediterránea es quizá el mejor remedio, la mejor arma que tenemos para la prevención cardiovascular».
Una dieta con un alto consumo de grasas saturadas, como pueden ser las grasas de origen animal, aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. «El gran consumo de grasa saturada en la población es preocupante y debemos reorientarla hacia fuentes de grasa más saludables, como son las grasas insaturadas», apunta el doctor Masana. Una de estas fuentes de grasa que ya está completamente aceptada es el aceite de oliva, también los frutos secos tienen la misma composición grasa que el aceite de oliva, explica el Presidente de la Sociedad Española de Arteriosclerosis.
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