Ejercicio y alimentación sana, claves para prevenir la artrosis y disminuir el dolor asociado

El dolor es el principal síntoma de la artrosis y en su etapa más avanzada se agrava, llegando a aparecer incluso en reposo y por la noche. Este síntoma ya lo sufre el 10 por ciento de la población, en su mayoría mujeres mayores de 45 años, a las que la enfermedad les empeora enormemente su calidad de vida. Evitar la obesidad y practicar ejercicio diario son la mejor manera de prevenirla y aliviar sus síntomas, como ha recordado recientemente el presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), el doctor Santiago Palacios.

En el mundo occidental, al menos una de cada diez personas tiene síntomas de artrosis, de las cuales la mitad necesitarán tratamiento farmacológico. Esta patología altamente discapacitante, se inicia a partir de los 40 o 45 años, aunque también puede aparecer en jóvenes a consecuencia de traumatismos o problemas congénitos de las articulaciones. En el caso de la mujer, «la artrosis más prevalente es la que afecta a las articulaciones de la rodilla y de las manos», detalla el doctor Santiago Palacios, presidente de la Asociación Español para el Estudio de la Menopausia (AEEM).

Entre las causas más frecuentes de esta enfermedad en la mujer destaca el uso de zapatos de tacón muy alto que «hacen que la mecánica del pie no funcione adecuadamente provocando que se lastime no sólo el pie sino también el tobillo, la rodilla e incluso la cadera», advierte el doctor Palacios.

Sin embargo, en el desarrollo de la enfermedad, vinculada al envejecimiento, son importantes los factores de riesgo genéticos y medioambientales. Según el doctor Palacios, «aunque no se puede atribuir la artrosis sólo a una causa, los factores hormonales en la mujer, en concreto, como la disminución de estrógenos en la posmenopausia, son un factor de riesgo añadido frente a los hombres».

Medidas preventivas y paliativas

El doctor Palacios asegura que es importante conocer qué medidas preventivas debe tomar la mujer a lo largo de toda su vida, para plantar cara a la artrosis. Así, por ejemplo, evitar la obesidad debe ser un objetivo prioritario. Y es que, «la llegada de la menopausia y con ella la caída de los niveles estrogénicos, hace que la obesidad sea más frecuente que en el hombre, por lo que la vigilancia de la alimentación y del peso corporal debe ser mayor», señala el presidente de la AEEM.

También la práctica de ejercicio físico es otra medida preventiva importante. Respecto al dolor, el doctor Palacios afirma que «el ejercicio físico no es sólo un método de prevención sino también de tratamiento, de forma que actividades como caminar 20 ó 30 minutos diarios, la bicicleta o la natación contribuyen a fortalecer los músculos para evitar que la articulación quede flácida».

Terapias farmacológicas

En cuanto a su tratamiento, la artrosis es una enfermedad que hasta el momento no tiene cura. Sin embargo, el presidente de la AEEM asegura que «con un buen control de la enfermedad, mediante medidas farmacológicas y no farmacológicas, se puede llevar una vida prácticamente normal».

Respecto a las terapias farmacológicas, «hay dos categorías de tratamientos: aquellos que alivian los síntomas (analgésicos, antiinflamatorios no esteroideos e infiltración intraarticular de corticoides) y los que modifican la estructura, con un efecto sobre la progresión de los cambios degenerativos en la artrosis». Además, los pacientes portadores de una artrosis severa, con un dolor que no responde a las terapias actualmente disponibles y que han experimentado limitaciones importantes de sus actividades diarias, se pueden ver obligados finalmente a someterse a una cirugía reparadora o de reemplazo (prótesis articulares) para suprimir el dolor y restaurar la función articular.