El 70 por ciento de la población ha sufrido dolor orofacial en algún momento de su vida, siendo la disfunción cráneo-mandibular una de sus causas

El dolor orofacial afecta a una de cada diez personas en España. Los problemas odontológicos son su causa principal, seguida de la disfunción cráneo-mandibular, demasiado infradiagnosticada hasta el momento, como denuncia el doctor Juan Obeso Calero, miembro de la Sociedad Española de la Disfunción Cráneo-mandibular y Dolor Orofacial (SEDCYDO).

Actualmente, una de cada diez personas sufre algún tipo de dolor orofacial, un trastorno que puede aparecer en la musculatura de la cabeza, cuello y espalda. Los problemas dentarios son su causa más frecuente, sobre todo en el caso de las caries que llegan al nervio, y la segunda causa es la disfunción cráneo- mandibular. Esta dolencia está originada por «el estrés emocional, bruxismo (apretar los dientes), alteraciones en la oclusión dentaria o microtraumatismos», ha detallado el doctor Juan Obeso Calero, miembro de la Sociedad Española de la Disfunción Cráneo-mandibular y Dolor Orofacial (SEDCYDO) y responsable de la Clínica Armstrong Internacional, en una reunión de especialistas celebrada recientemente en Madrid.

Su segunda causa, la disfunción cráneo-mandibular, es un trastorno que implica otros problemas asociados como «las cefaleas tensionales, las cervicalgias o síntomas en los oídos (taponamientos, ruidos, etc.), entre otros», añade el especialista. Afecta a tres mujeres por cada hombre aunque todavía no están claras las razones de esta tendencia. Algunas hipótesis apuntan a una mayor debilidad muscular y a los cambios hormonales de la mujer, pero las investigaciones realizadas hasta la fecha no son concluyentes.

Se trata de una patología «bastante olvidada, mal atendida y comprendida, que está causando mil y una peregrinaciones sin respuesta a consultas de diversos especialistas -como neurólogos u otorrinos, entre otros- sin obtener una respuesta clara», denuncia el doctor Obeso. Sus causas son multifactoriales «aunque la más frecuente es el mencionado estrés emocional». De hecho, «a mayor cantidad de estrés se multiplica enormemente la tonicidad de nuestros músculos de la cara y cuello, con la consiguiente sobrecarga articular y muscular que se transforma en dolor», explica este miembro de la SEDCYDO.

Además, «existen otros hábitos perjudiciales como morderse las uñas, masticar chicles o comer pipas que, de forma abusiva, pueden alterar las articulaciones temporo mandibulares y ocasionar problemas a nivel de la oclusión masticatoria». Asimismo, «una mala oclusión, una mala posición de los dientes o la pérdida de piezas dentales puede conducirnos también a este trastorno».

Depresión e insomnio asociadas al dolor orofacial

El dolor orofacial perjudica la calidad de vida del paciente pero, además, puede conllevar otros trastornos que afecten aún más si cabe su día a día. En este sentido, puede desencadenar en el paciente desde trastornos del sueño hasta una depresión, en los casos de mayor prolongación temporal. Respecto al trastorno del sueño, «todavía no se conoce a fondo cómo se produce, si se da paralelamente a los propios dolores o si aparece la imposibilidad de dormir después de la dolencia orofacial». En el caso de la depresión, sucede «porque el paciente se cansa de peregrinar de consulta en consulta sin que su dolencia desaparezca», se lamenta el especialista. «En esos casos, se sienten enormemente incomprendidos y desanimados», añade el doctor de la Clínica Armstrong.

Actualmente, la mayoría de estos pacientes «no reciben un diagnóstico eficaz y, por tanto, carecen desgraciadamente de un tratamiento efectivo», se lamenta el doctor Obeso. Por ello, como aboga este especialista, «se debe mejorar la relación y entendimiento entre el médico y el paciente, para poder identificar mejor los signos y síntomas del dolor orofacial». Posteriormente, en caso necesario, «se confirmará el diagnóstico mediante estudios complementarios con técnicas de imagen y en el caso concreto de la disfunción cráneo mandibular, se necesitará la valoración de varios especialistas -odontólogos, estomatólogos, fisioterapeutas, psicólogos y, en algunos casos, neurólogos- para un abordaje efectivo y para descartar lesiones neurológicas o que el dolor de cabeza esté encubriendo alguna patología grave», concluye el especialista.