El 80 por ciento de personas afectadas por enfermedades autoinmunes sufren trastornos cardiovasculares

El V Ten Topics in Rheumatology and Autoimmune Diseases, reconocido curso monográfico de actualización sobre enfermedades autoinmunes sistémicas impulsado por el doctor Graham Hughes del Saint Thomas Hospital de Londres, se ha clausurado en Barcelona resaltando que nueve de cada diez personas afectadas por estas patologías son mujeres.

Durante esta quinta edición también se destacó que cuatro de cada cinco afectados por enfermedades autoinmunes sufren trastornos cardiovasculares asociados a la propia enfermedad o a los fármacos con los que se trata. De estos trastornos, uno de los más frecuentes es la cardiopatía isquémica, con una incidencia de entre un seis y un diez por ciento.

Uno de los principales temas tratados en la reunión fue el impacto que producen este tipo de enfermedades en la mujer y el riesgo cardiovascular asociado a enfermedades como el Lupus Eritematoso Sistémico (LES) o la artritis reumatoide. La mayor incidencia en las mujeres se debe al papel jugado por los estrógenos en la modulación del sistema inmunitario.

Durante las diferentes ponencias, se expuso que la paciente con este tipo de enfermedades es igual de fértil que la mujer sana, aunque las complicaciones trombóticas del síndrome antifosfolipídico, que en numerosas ocasiones se asocia al lupus, a veces se traducen en una sucesión de abortos y muerte fetal. De hecho, los abortos recurrentes y la trombosis son las dos manifestaciones más estrechamente relacionadas con el síndrome antifosfolipídico (SAF), y en muchos casos, esos abortos sirven como primer signo que lleva al diagnóstico del SAF. La insuficiencia placentaria, la disminución del crecimiento intrauterino del feto y la prematuridad del mismo, son otras complicaciones asociadas en una proporción tres veces superior a la del resto de la población general.

Riesgo cardiovascular asociado a las enfermedades autoinmunes

Los trastornos cardiovasculares afectan a tres de cada cinco pacientes y son debidos tanto a la propia patología como a algunas terapias empleadas, como el tratamiento crónico con corticoides. Estos trastornos pueden llegar a cursar con hipertensión arterial, arteritis de los vasos coronarios o nefropatía y pueden empeorar con hábitos como el tabaquismo y el alcohol u otros factores como la obesidad, la hipercolesterolemia o la diabetes. Existe una gran variedad de manifestaciones, entre las más frecuentes se encuentran la afectación coronaria, las arritmias o la arteriosclerosis precoz.

Pero la pericarditis es la manifestación cardiaca clásica de las enfermedades autoinmunes, alrededor del 40% de los enfermos la presentan y forma parte de los criterios actuales para el diagnóstico de estas enfermedades. Por otra parte, los mecanismos de lesión coronaria son múltiples, aunque la isquemia miocárdica, el infarto de miocardio o ambos asociados, suelen ser los más frecuentes. Por otra parte, las arritmias se producen con una prevalencia de entre el 30% y el 70% de los casos. Aunque el dato positivo es que desaparecen con el control de la enfermedad.

Para minimizar el impacto de los trastornos cardiovasculares, la doctora Jiménez, miembro del Instituto Clínico de Infecciones e Inmunología del Hospital Clínic de Barcelona subrayó que «los médicos deben realizar una evaluación exhaustiva de sus pacientes con el fin de detectar y tratar precozmente las lesiones arterioscleróticas».

Esta especialista también afirmó que un buen manejo de la enfermedad debe incluir el control de la hipertensión arterial y la dislipemia, reducir al máximo el empleo de corticoides, utilizando otros fármacos como los antimaláricos o inmunosupresores y controlar otros factores de riesgo como el tabaquismo o la obesidad.

Planificación de los embarazos

Otro de los temas tratados fueron los abortos recurrentes. Las principales estrategias para evitar que las pacientes con enfermedades autoinmunes sufran abortos o pérdidas fetales se basan en «planificar» adecuadamente el embarazo con su especialista y en la administración de fármacos como la aspirina en dosis bajas, la heparina o la combinación de ambas.

Así lo explicó la doctora María José Cuadrado, reumatóloga del Saint Thomas Hospital, centro de referencia a nivel europeo. En su conferencia magistral centrada en la terapéutica reumatológica y el embarazo, afirmó que «las únicas contraindicaciones formales de embarazo se producen cuando la enfermedad autoinmune está activa», en ese caso, añadió «existen complicaciones de la enfermedad, como la nefritis o la vasculitis en fase activa». Otra indicación es cuando «se están tomando medicamentos potencialmente dañinos para el feto», continúa la doctora Cuadrado, quién aclara que «en cualquier caso, la patología nunca será transmitida al niño».

«Las gestaciones de las mujeres con patologías autoinmunes, -continúa esta especialista-, deberían ser seguidas por un equipo multidisciplinario que incluya, además del médico que lleva su enfermedad, un obstetra que haga un detallado estudio de la coagulación. Un seguimiento cuidadoso de estas pacientes es tan importante para el éxito de la gestación como el tratamiento medicamentoso aplicado», concluye la doctora cuadrado.