El botiquín perfecto para las vacaciones de verano

14Jul. 09

En una buena maleta de viaje, por muy llena que esté, hay un ingrediente que no debe quedar nunca fuera: el botiquín. Los cambios en los hábitos de alimentación ordinarios, el aumento de la exposición a la luz solar, las picaduras de insectos y medusas o la ingesta de alimentos a los que nuestro organismo no está acostumbrado pueden propiciar la aparición de dolencias leves, como molestias gastrointestinales, quemaduras, urticaria e insolaciones. No son problemas graves de salud pero pueden arruinar la diversión y relax de las esperadas vacaciones.

Los trastornos gastrointestinales, principalmente diarreas y estreñimiento, son un clásico durante el verano. Las ocasionan, en la mayoría de casos, el descuido de nuestros hábitos de alimentación y la ingesta de alimentos contaminados. También pueden darse a causa de comidas en mal estado debido al calor y de agua no suficientemente potabilizada o a la que nuestro organismo no está acostumbrado. Para hacer frente a la diarrea, conviene tener siempre a mano un antidiarreico y algún suero de rehidratación oral. Si se padece estreñimiento, un laxante será de gran ayuda.

Las quemaduras solares también son frecuentes y cuando se deben a una insolación, pueden acarrear estados febriles y dolores de cabeza. En la playa, las reacciones de la piel al contacto con insectos y medusas pueden provocar urticaria. Hay que evitar sobrexponerse al sol, alternarlo con ratos en la sombra y en lugares frescos, beber mucha agua y utilizar una crema corporal hidratante para que la piel recupere la elasticidad y los nutrientes después de haber tomado el sol.

Aunque es útil incluir fármacos en el botiquín, la mejor arma contra todas estas dolencias es la prevención. Para evitar complicaciones gastrointestinales es recomendable ingerir alimentos sólo en establecimientos que ofrezcan garantías de higiene y calidad. También es conveniente beber agua embotellada y, en destinos exóticos, evitar los zumos naturales que no se preparen a nuestra vista. «Por supuesto, hay que evitar la exposición al sol en las horas de más calor -entre las 12 de la mañana y las 6 de la tarde- y aplicarnos un protector solar adecuado a nuestro tipo de piel», añade Rafael García Gutiérrez, director general de la Asociación para el Autocuidado de la Salud (ANEFP).

La medida justa

Por otro lado, el botiquín de viaje debe incluir todos los productos básicos sin acumular más de los necesarios. «No debemos ir cargados de medicamentos, pero sí de llevar lo necesario para atender cualquier dolencia menor que pueda surgirnos», matiza el director general de ANEFP. «En primer lugar se debe incluir material de cura como gasas, algodón, tiritas, vendas y alcohol», explica.

La Asociación para el Autocuidado de la Salud también recomienda llevar analgésicos para los dolores de cabeza y musculares, antiácidos para los de acidez e indigestión, soluciones de rehidratación oral para las deshidrataciones y diarreas, repelentes de insectos y, sobre todo, un protector solar adecuado. Si se es propenso a los mareos cuando se viaja en coche, ANEFP recomienda llevar productos preventivos, que se pueden obtener en forma de comprimidos, chicles y supositorios, e incluso en jarabe para los más pequeños.

«Los medicamentos de un botiquín básico se pueden comprar en la farmacia sin receta, ya que están destinados precisamente a la prevención y el alivio de dolencias leves», aclara el director general. No obstante, aunque no precisen de autorización médica, estos fármacos tienen las mismas garantías de calidad, seguridad y eficacia que los medicamentos de prescripción y también pueden tener efectos secundarios, por lo que es imprescindible consultar siempre con un farmacéutico y ceñirse a las cantidades diarias recomendadas.

Los 13 artículos que debe incluir todo buen botiquín

– Analgésicos y antipiréticos: alivian el dolor y la fiebre.

– Termómetro.

– Material de curas: vendas, algodón, tiritas, tijeras y gasas esterilizadas.

– Antisépticos: desinfectantes de uso externo para heridas y cortes superficiales y quemaduras leves producidas en la piel.

– Productos para picaduras y repelentes de mosquitos.

– Antihistamínicos: tratan las reacciones alérgicas a insectos, plantas, detergentes, etc.

– Fármacos contra el mareo.

– Antieméticos: Controlan las náuseas y los vómitos.

– Antiácidos: combaten la indigestión, la acidez y el ardor de estómago.

– Laxantes.

– Antidiarreicos.

– Fórmulas de rehidratación oral.

– Protectores solares.

Destinos exóticos

Según el Ministerio de Sanidad y Política Social, más del 75 por ciento de las personas que realizan viajes de corta duración a zonas tropicales o subtropicales padecen algún trastorno de salud. Antes de irse, así pues, es muy importante informarse de las condiciones de higiene del país de destino, las dificultades para acceder a los servicios sanitarios, el alcance de la red farmacéutica y prever la posibilidad que nuestro medicamento habitual no esté disponible o se comercialice con otro nombre.

Si desconocemos las condiciones sanitarias del país al que viajamos, es recomendable consultar al médico de cabecera. También podemos consultar la página web del Ministerio de Sanidad y Política Social, que informa sobre las vacunas recomendadas para cada país.