El dolor es el síntoma principal en el 70 por ciento de los pacientes de cáncer e influye en su estado de ánimo y en su actitud ante el tratamiento. El parche de fentanilo es la última arma terapéutica efectiva a tener en cuenta, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Los especialistas quieren concienciar a la población de que el dolor en el cáncer puede ser tratado.
No hay dolor incontrolable, según el especialista Joan Carulla, Médico Adjunto del Servicio de Oncología del Hospital Vall de Hebrón de Barcelona, quien acaba de presentar un estudio sobre el tratamiento contra el dolor con parches de fentanilo, una alternativa que según su compañero del mismo servicio, el doctor Serafín Morales, «permite controlar el dolor sin efectos secundarios y de forma más efectiva» que los fármacos opiáceos.
Su estudio ha sido impulsado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y forma parte del Proyecto Algos, que tiene como objetivo concienciar a profesionales y ciudadanos de que el dolor oncológico puede ser controlado adecuadamente. El objetivo del trabajo era comprobar la eficacia del parche de fentanilo en pacientes con dolor no bien controlado y en él han participado 30 hospitales españoles.
«Con este tratamiento la intensidad del dolor se reduce en tres puntos como media en pacientes con dolor de intensidad superior a cinco, siguiendo la escala EVA de la OMS. También en cuanto a parámetros de satisfacción, los pacientes argumentan una mejoría global», explica el doctor Morales. Muchos pacientes llegaron a un nivel de dolor cero, explica el doctor Carulla, «partiendo de un dolor no controlado incluso superior a siete».
Al ser un parche, otra de sus ventajas es su comodidad al administrarse el fármaco por vía transdérmica. Algo útil sobre todo «en casos en los que la vía oral no es posible, por ejemplo si el cáncer ha alcanzado la cara o el cuello como es el caso del cáncer de esófago», explica el doctor Carulla, quien añade que el parche de fentanilo «nos evita las inyecciones diarias, por lo que es más cómodo para nosotros y el paciente».
Recibir morfina no significa un estado irreversible
Actualmente la escala de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el tratamiento del dolor oncológico consta de tres peldaños: el primer escalón lo conforman los analgésicos, el segundo los opiáceos menores y el tercero los opiáceos como la morfina. Pero en opinión del doctor Morales, este nueve estudio en el que se demuestra la eficacia del parche de fentanilo «debe animar a cambiar las escalas terapéuticas de la OMS», sobre todo por los efectos secundarios derivados de los opiáceos.
Otro de los mensajes lanzados por estos dos especialistas es que hay que desmitificar que si se administran opiáceos «es porque el paciente está en un avanzado e irreversible. Hay pacientes que luego responden bien al tratamiento contra el cáncer y se recuperan», afirma el doctor Carulla. Los tratamientos con el dolor hoy han cobrado mayor presencia pues, según este especialista «controlar el dolor de este paciente mejora enormemente su calidad de vida».
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