Se analizaron los 30 largometrajes españoles y los 30 extranjeros que mayor recaudación tuvieron durante el 2007. En los filmes nacionales se detectó una media de seis escenas a la hora relacionadas sólo con el tabaco, una docena con el consumo de tabaco-alcohol y tres con el del tabaco y otras drogas.
En el 80 por ciento de las películas españolas hay escenas relacionadas con el tabaco. En estos filmes se ha detectado una media de seis escenas a la hora relacionadas sólo con el tabaco, una docena con el consumo de tabaco-alcohol y tres con el del tabaco y otras drogas.
Estos datos pertenecen a un análisis comparativo sobre el consumo de tabaco en las películas españolas y americanas y su efecto sobre el inicio al hábito entre adolescentes. El estudio se ha presentado en el marco del II Congreso Clínico Cardiovascular que organiza la Sociedad Española (semFYC) y Canaria (SoCaMFyC) de Medicina de Familia y Comunitaria.
Se analizaron un total de 60 películas (30 españolas y 30 extranjeras, en su mayoría americanas) que fueron seleccionadas por ser las que mayor recaudación tuvieron durante el año 2007 (según datos del Ministerio de Cultura). En cada uno de los filmes se valoró el título, la época, la duración, el número de escenas/hora relacionadas con el tabaco, la relación tabaco-alcohol y con otras drogas, los comentarios a favor o en contra de este hábito y las características de los personajes que fuman. Se observó que los comentarios que se hacen en los largometrajes nacionales son tanto a favor como en contra de este hábito, a diferencia de en las extranjeras en las que en su mayoría son comentarios en contra.
De las principales conclusiones del estudio se desprende que el cine extranjero omite la publicidad directa o indirecta del tabaco, a diferencia del cine español que refleja el hábito como algo normal y socialmente aceptado, lo que para los médicos de familia podría favorecer el consumo y el inicio al tabaco en edades tempranas.
Para estos expertos, lo ideal sería que la publicidad del tabaco en el cine fuese mínima o nula, sobre todo tras la instauración del le Ley Antitabaco del 2006. «No cabe duda», afirma el doctor Javier Mataix, coordinador del Grupo de Abordaje al Tabaquismo (GAT) de semFYC, «que cualquier tipo de publicidad influye sobre las conductas personales y los hábitos sociales, especialmente en los niños y adolescentes. La publicidad transmite el mensaje de que fumar es deseable, atractivo, permite relacionarse y aporta madurez. Además, mantiene la aceptabilidad social y favorece que los jóvenes comiencen a fumar.
Independientemente de sus resultados, la prohibición de la publicidad debería ser una exigencia ética y una medida coherente con la legislación. La restricción afectaría a quienes no fuman aún, tiene un carácter preventivo y se ha demostrado que su prohibición se asocia a una disminución del 6-7 por ciento del consumo de tabaco».
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