El cuidado del niño asmático

Los resultados de la encuesta Asma infantil 2001 han puesto de manifiesto lo poco que conocemos el impacto de esta enfermedad en los niños. Para intentar paliar esta desinformación, un grupo de sociedades dedicadas al estudio del asma han puesto en marcha la campaña Juega, ríe, respira, dando a conocer los detalles de esta enfermedad respiratoria que afecta a un nueve por ciento de los niños españoles.

La encuesta Asma infantil 2001 ha demostrado que la sociedad española no tiene información suficiente sobre cómo incide esta enfermedad en los niños. Según resultados de esta encuesta, un 20 por ciento de la población no reconoce los principales síntomas del asma y este mismo porcentaje de personas considera el asma una enfermedad poco frecuente, aunque afecta a casi uno de cada diez niños españoles.

De los hogares con niños asmáticos, sólo una de cada cuatro familias pone en marcha medidas preventivas para paliar los efectos de la enfermedad, como la filtración del aire, uso de aparatos para el control de la humedad o productos acaricidas. Y se calcula que en un 80 por ciento de los hogares en los que hay un niño asmático existen factores que pueden empeorar su estado, como parientes fumadores o animales de compañía. Ante estas cifras, los expertos creen de vital importancia la adecuada formación tanto de los niños asmáticos como de las personas de su entorno: familia, profesores, monitores o maestros de educación física, para que sepan cómo actuar en caso necesario.

En el caso del profesorado, los autores del estudio afirman que sería óptimo poner a su disposición más información sobre las medidas a aplicar en caso de que un alumno asmático padezca alguna crisis en la escuela, en colonias o en la clase de educación física, donde un ataque acostumbra a ser habitual. También creen que sería deseable que el maestro de un alumno asmático tenga más conocimiento sobre esta enfermedad para detectar a tiempo un ataque y para colaborar con los padres en el seguimiento del tratamiento y de la evolución del niño.

Cómo afecta a la calidad de vida

De la encuesta Asma infantil 2001 también se ha extraído el gran impacto en la calidad de vida que supone el asma para el niño asmático y sus familiares. Se calcula que un 58 por ciento de estos niños se ven obligados a faltar a clase con frecuencia y que un 55 por ciento presenta retraso escolar, agravándose esta cifra si pertenecen a una familia de bajo nivel sociocultural o económico. Por otro lado, el estudio muestra que el 30 por ciento de los padres de los niños asmáticos perdió horas de trabajo a causa de la enfermedad de sus hijos.

La campaña Juega, ríe, respira pretende dirigirse a las personas que rodean al enfermo y también, de manera directa, al niño asmático, proporcionándole en su mismo lenguaje toda la información que necesita para llevar una vida normal y con la mayor calidad posible. Con este objetivo se ha elaborado un cuento explicativo que, a través de ilustraciones y juegos, trasmite de forma didáctica el concepto de normalidad ante el asma y como deben autoadministrarse los medicamentos. Este material podrá encontrarse en todas la consultas de pediatría del país.

Recomendaciones para mejorar su calidad de vida

Potenciar el control de los agentes ambientales que empeoran la situación del niño es un aspecto muy a tener en cuenta para la prevención del asma. Para conseguirlo, en casa se pueden llevar a cabo una serie de medidas de prevención muy simples pero de gran beneficio:

– Lavar las sábanas de la cama del niño con agua caliente (60ºC) cada semana.

– Utilizar colchones acrílicos o de espuma.

– Usar fundas de colchón y almohada especiales antiácaros.

– Evitar las alfombras, las moquetas o todo aquello que pueda almacenar ácaros y polvo.

– Quitar el polvo con paños húmedos de agua, sin utilizar aerosoles.

– Evitar las zonas húmedas que favorezcan la presencia de moho en la casa.

– Ventilar la casa a diario.

– No dejar que el niño tenga contacto con animales de compañía de pelo o pluma.

– Intentar que el niño no sea fumador pasivo.