El Hospital Universitario Vall d´Hebron separa a dos siamesas unidas por el abdomen y el hígado

Un equipo multidisciplinar del Hospital Universitario Vall d'Hebron de Barcelona ha separado con éxito a dos hermanas siamesas de siete meses de edad que nacieron unidas por el abdomen y que compartían el hígado. La operación duró menos de siete horas, se realizó el 27 de febrero y las niñas pudieron volver a casa justo una semana después, el 5 de marzo. Actualmente, sólo visitan el hospital para las revisiones periódicas.

Núria y Marta nacieron el 10 de agosto de 2011, a las 32 semanas de gestación. La malformación se había detectado a las 12 semanas de gestación en las ecografías habituales durante el embarazo. Se decidió hacer una cesárea planificada para garantizar la supervivencia de los fetos y evitar las previsibles complicaciones del parto a la madre.

Después del nacimiento, a pesar de estar unidas por el abdomen, tuvieron una evolución muy favorable en el periodo neonatal y después de confeccionar un primer estudio detallado del caso, y de comprobar que se podían alimentar y crecer con normalidad, se fueron a casa mientras se esperaba el mejor momento para la cirugía de separación: entre los cinco meses y el primer año de vida (y también a que entre las dos adquirieran un peso superior a 12 kilos), para minimizar al máximo el riesgo.

Durante este tiempo, se realizaron estudios morfológicos y clínicos de las dos niñas que determinaron que el único órgano vital que compartían era el hígado, aunque la certeza total no se tuvo hasta el momento de la operación. Lo mismo sucedió con otros órganos, como por ejemplo, los intestinos. Los médicos sabían previamente que las niñas tenían cada una su propio aparato digestivo pero, a pesar de tener pruebas radiológicas de mucho detalle, no se podía asegurar del todo que la raíz del intestino no fuera compartida. En la mesa de quirófano, sin embargo, la intervención se pudo hacer sin ninguna complicación inesperada.

Una operación compleja y minuciosa

Antes de intervenir a las niñas, los especialistas en cirugía plástica pediátrica definieron con precisión el lugar exacto por donde había que hacer la incisión, una cuestión relevante, ya que al mismo tiempo que se abría por el mejor punto para hacer la posterior separación de vísceras y la hepatectomía (la partición del hígado), también se lograba proveer la cantidad de piel suficiente y de calidad para hacer un cierre cutáneo y de la pared abdominal de ambas niñas sin necesidad de aplicar implantes artificiales.

Una vez separadas, sólo dos horas después del inicio de la intervención, Núria se quedó en el mismo quirófano y Marta fue trasladada a un quirófano anexo. El grupo de cuatro cirujanos pediátricos se dividió para llevar a cabo el cierre muscular y cutáneo de ambas niñas por separado.

El postoperatorio fue rápido y sin complicaciones. Las dos pacientes estuvieron un solo día en la UCI pediátrica, por precaución. Dos días después fueron trasladadas a planta y una semana después volvieron a casa.

En esta operación participaron una treintena de profesionales de diversas disciplinas: Cirugía pediátrica, Cirugía plástica, Anestesia, Obstetricia, Neonatología, Radiología, Enfermería y auxiliares.