El impacto psicológico de la mastectomía

26Ene. 01

La mastectomía bilateral profiláctica (la extirpacion de ambos pechos con fines preventivos) podría significativamente reducir el desarrollo del cáncer de mama en mujeres que presenten un alto riesgo. Pero a su vez, es una intervención un tanto radical cuyos costes y beneficios a nivel psicológico merecen ser evaluados.

Los motivos que llevan a una mujer a decidirse a someterse a una mastectomía bilateral profiláctica (extirpación de ambos pechos para evitar el desarrollo de un posible cáncer de mama) pueden ser muy diversos. Muchos estudios han analizado las repercusiones psíquicas y sociales que conlleva una intervención de este tipo, sobre todo en mujeres que entran dentro del grupo de riesgo de contraer cáncer.

Algunas de estas investigaciones pretenden describir las causas por las que una mujer opta por operarse, otros se centran en el impacto que la decisión de someterse a la operación crea en la familia de la mujer y otras en las causas que llevan a la mujer a someterse a cirugía, que son básicamente el grado de preocupación respecto a la enfermedad y su visión subjetiva del riesgo.

En un estudio reciente, realizado por un grupo de psicólogos ingleses, se midió mediante una serie de entrevistas y cuestionarios las consecuencias psicológicas en mujeres de alto riesgo a las que se les ofreció una mastectomía bilateral profiláctica, independientemente de si aceptaron la cirugía o no.

En total participaron 153 mujeres, y se estudió básicamente el impacto psicológico y las posibles alteraciones de su vida sexual. Todas las participantes presentaban un historial familiar de cáncer de mama y unos factores de riesgo lo suficientemente altos como para someterse a una mastectomía bilateral profiláctica. Del grupo estudiado, 79 aceptaron la cirugía, 64 la rechazaron y 11 esperaron a decidirse a la llegada de los resultados de las pruebas genéticas, u otro tipo de información.

Los resultados fueron esperanzadores. Las repercusiones psicológicas disminuyeron considerablemente en las 79 mujeres que aceptaron someterse a la cirugía, mientras que en las 64 mujeres que no quisieron operarse los problemas psicológicos no se vieron reducidos.

La conclusión, entonces, es clara: la mastectomía bilateral profiláctica supone mejoras psicológicas en las mujeres que presentan alto riesgo de desarrollar un cáncer de mama (por antecedentes familiares u otros motivos decisivos que demuestren que hay muchas posibilidades de contraer la enfermedad).

Según este estudio, los beneficios se reflejan en la reducción de la ansiedad y la preocupación, casi siempre asociadas a un posible resultado positivo de una mamografía y por la dependencia al screening y a los autoexámenes de mama.

En las mujeres que temen desarrollar la enfermedad, los beneficios psicológicos de la cirugía pueden pesar más que las consecuencias negativas.

Según estos investigadores, es importante considerar los costes psicológicos y el impacto que, a largo plazo, sufren las mujeres a las que se les ofreció el proceso quirúrgico pero lo rechazaron. En este último caso, el estudio demuestra que las mujeres que no quisieron someterse a cirugía y prefirieron seguir con la vigilancia y el screening, los altos niveles de ansiedad se mantuvieron, y se observó una cierta indiferencia a cooperar para combatir este estado de ansiedad, en contra de lo que podría parecer. En contrapartida, las mujeres que aceptaron la cirugía (en muchos casos finalizada con reconstrucción del pecho) mantuvieron una imagen de su cuerpo positiva y se registraron pocos o ningún cambio en su actividad sexual.