16Oct. 03
Ya se conoce una docena de genes implicados de alguna forma en el desarrollo de la esquizofrenia. Ahora, el NIMH inicia una investigación con un presupuesto de seis millones de dólares anuales, para aclarar el papel de esos genes y desarrollar métodos para silenciarlos o expresarlos, con el objetivo de poner las bases a nuevas terapias y formas de prevención.
El Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) que depende del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos ha puesto en marcha un importante proyecto de investigación con el objetivo de desenmascarar los genes claves en el desarrollo de la esquizofrenia. «Recientes descubrimientos en genética de la esquizofrenia nos ofrecen una oportunidad sin procedentes de ahondar en el conocimiento de esta enfermedad, pues por primera vez conocemos al menos una docena de genes implicados por explorar», afirma el doctor Thomas Insel, director del NIMH.
Como explica este especialista, «encontrar un gen implicado sólo es un punto de partida», ahora se intentará «determinar cómo estos genes interactúan y cómo afectan al desarrollo de los procesos cerebrales de cognición y conducta» en lo que describe como un «esfuerzo multidisciplinar contra este serio problema de salud pública».
La investigación está dirigida por el doctor Daniel Weinberger, jefe del Departamento de Desórdenes Cerebrales del NIMH, quien lleva más de diez años dedicado a la genética y neurobiología de la cognición y la psicosis. Ahora, a partir de cultivos de células, modelos animales en ratones y moscas y novedosas técnicas de imagen, su equipo intentará descubrir «la arquitectura de riesgo de la esquizofrenia».
Pero no perderán de vista la descripción de las manifestaciones clínicas tradicionales de esta enfermedad, las alteraciones de humor, comportamiento y pensamiento. «Los genes no participan directamente en la elaboración de alucinaciones, ilusiones y otras manifestaciones de la esquizofrenia», explica el doctor Weinberger. Sin embargo, «existe una complicada conexión entre la influencia de un gen en la regulación y función de una proteína y este fenómeno psiquiátrico», detalló.
Por ejemplo, el equipo del doctor Weinberger ya identificó un mayor riesgo de padecer esquizofrenia entre aquellas personas que heredan una de las dos versiones comunes del gen COMT, que codifica la enzima que metaboliza neurotransmisores como la dopamina y la norepinefrina. Este gen parece impulsar un patrón de actividad neuroquímica asociado a la psicosis y que causa un bajo rendimiento que requiere la activación del lóbulo frontal. Imágenes tomadas por su equipo muestran como algunos pacientes con esquizofrenia tienen problemas para activar esa parte del cerebro en esas condiciones.
Los estudios que ahora se ponen en marcha, con un presupuesto de seis millones de dólares anuales, intentarán identificar pruebas biológicas y formas para desactivar o activar los genes implicados con el objetivo de poder diseñar nuevas estrategias de prevención y tratamiento de esta enfermedad.
© 2022 Medicina Television S.A Spain