El parche de fentanilo, una nueva herramienta en el manejo del dolor oncológico

En la década de los 90 los profesionales de la oncología tomaron conciencia de la importancia de controlar el dolor asociado al cáncer y mejorar la calidad de vida de este paciente. En los últimos diez años han surgido más fármacos que en los cincuenta años anteriores. El parche de fentanilo es la última arma terapéutica efectiva a tener en cuenta, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

«No hay dolor incontrolable» afirma el especialista Joan Carulla, Médico Adjunto del Servicio de Oncología del Hospital Vall de Hebrón de Barcelona, quien acaba de presentar un estudio sobre el tratamiento contra el dolor con parches de fentanilo, una alternativa que, según su compañero del mismo servicio, el doctor Serafín Morales, «permite controlar el dolor sin efectos secundarios y de forma más efectiva» que las drogas opiáceas.

Este estudio ha sido impulsado por la SEOM y forma parte del Proyecto Algos, que tiene como objetivo el concienciar a profesionales y ciudadanos de que el dolor oncológico puede ser adecuadamente controlado. El objetivo del trabajo era comprobar la eficacia del parche de fentanilo TTS en pacientes con dolor no bien controlado y en él han participado treinta hospitales españoles. Los resultados en una muestra de 400 pacientes se presentaron en el pasado congreso de la SEOM.

«Con este tratamiento la intensidad del dolor se reduce en tres puntos como media en pacientes con dolor de intensidad superior a cinco, en la escala EVA de valoración analógica de la Organización Mundial de la Salud (OMS). También en cuanto a parámetros de satisfacción, los pacientes argumentan una mejoría global», explica el doctor Morales. También muchos pacientes llegaron a un nivel de dolor cero, según el doctor Carulla, «partiendo de un dolor no controlado incluso superior a siete».

Otra de sus ventajas es la vía de administración transdérmica, sobre todo «en casos en los que la vía oral no es posible, por ejemplo si el cáncer ha alcanzado a cara o cuello como es el caso del cáncer de esófago», explica el doctor Carulla, quien añade que el parche de fentanilo «nos evita las inyecciones diarias, por lo que es más cómodo para nosotros y el paciente, y es una alternativa muy buena para pacientes condenados a recibir el tratamiento contra el dolor vía intravenosa o infusión continua subcutánea».

Revisar la escala de la OMS

Actualmente la escala de la OMS para el tratamiento del dolor oncológico consta de tres peldaños: el primer escalón lo conforman los analgésicos, el segundo los opiáceos menores y el tercero los opiáceos como la morfina. Pero en opinión del doctor Morales, este nuevo estudio en el que se demuestra la eficacia del parche de fentanilo «debe animar a cambiar las escalas terapéuticas de la OMS», sobre todo por los efectos secundarios derivados de los opiáceos.

«Hasta ahora los escalones de la OMS eran un dogma: cuando fallaba el primero se pasaba al siguiente», argumenta el doctor Morales, «pero a partir del segundo estadio hay toxicidad, siendo incómodo para algunos pacientes». Por ello, tener el fentanilo, de eficacia similar al segundo escalón, «nos sugiere revisar la escala y situarlo en medio o añadir un cuarto escalón», concluye.

El dolor no es el fin

Otro de los mensajes lanzados por estos dos especialistas es que hay que desmitificar que si se administran opiáceos «es porque el paciente está en un estado avanzado e irreversible. Hay pacientes que luego responden bien al tratamiento contra el cáncer y se recuperan», afirma el doctor Carulla. Los tratamientos con el dolor hoy han cobrado mayor presencia pues, según este especialista, «controlar el dolor de este paciente mejora enormemente su calidad de vida», constituyendo «una gran gratificación que el paciente no sufra», concluye.