El primer corazón artificial fabricado con material orgánico será transplantable en dos años y medio

Una empresa respaldada por el gigante aeroespacial europeo EADS y uno de los principales cirujanos de Francia busca crear un corazón artificial implantable que aseguran que podría ayudar a cientos de miles de pacientes.

Carmat SA, financiada por la firma Truffle Capital, la agencia de innovación estatal francesa OSEO y EADS, indicó el lunes que los ensayos preliminares con animales y las pruebas de laboratorio del dispositivo habían generado resultados alentadores.

«En este momento, el prototipo de corazón artificial de Carmat ha sido patentado y está siendo sometido a análisis preclínicos», señaló la compañía en un comunicado.

Se explicó que el dispositivo funciona de manera similar al corazón humano, regulando automáticamente el ritmo cardíaco y el flujo sanguíneo según las necesidades del paciente.

Los desarrollos posteriores requerirán evaluaciones en pacientes cuyas vidas estén en riesgo y que no tengan otras opciones terapéuticas, antes de que los ensayos se extiendan a otras personas con un mejor pronóstico.

El experto francés en cardiología Alain Carpentier, que desarrolló el corazón artificial, es uno de los principales médicos que realiza reparaciones valvulares en el mundo y ya creó una serie de válvulas de corazón muy empleadas en cirugía.

«Estaba encerrado por la brecha terapéutica y pensé que podría hacer alguna contribución como ya lo había logrado con las bioprótesis», señaló el experto al periódico francés Le Monde, que indicó que serían necesarios entre dos y tres años más de pruebas antes de los primeros ensayos en humanos.

Carpentier trabajó durante años con Jean-Luc Lagardere, uno de los mayores empresarios de Francia, ex titular de Matra, un grupo aeroespacial absorbido por EADS.