El programa europeo SIMPATHI mejorará las deficiencias en el abordaje del dolor de países como España

El estudio PATHOS, realizado en 700 hospitales europeos, ha confirmado que el abordaje del dolor postoperatorio sigue siendo insuficiente en países como España, Grecia e Inglaterra. Frente a esta realidad, se ha puesto en marcha el programa europeo SIMPATHI con el objetivo de proporcionar a los profesionales sanitarios y a los pacientes los instrumentos necesarios para mejorar su abordaje de forma efectiva.

. «El dolor leve o moderado después de una operación debería tratarse al mismo nivel que la diabetes y la hipertensión», denuncia el doctor Luis Miguel Torres, Jefe del Servicio de Anestesia del Hospital Puerta del Mar de Cádiz y miembro del comité coordinador del Estudio Observacional sobre Terapia Analgésica Postoperatoria (PATHOS). Un estudio, el primero de estas dimensiones a nivel europeo, que ha destapado las insuficiencias en el correcto tratamiento del dolor de 700 hospitales de Alemania, Austria, Bélgica, Francia, Portugal, Suiza y España, entre otros.

Para contrarrestar esta realidad, el Grupo Pathos con la colaboración de Bristol-Myers Squibb, ha puesto en marcha el programa educativo SIMPATHI (Mejora de la Terapia Analgésica Postoperatoria Simple), mediante el cual se dotará a los profesionales sanitarios y a los propios pacientes de material informativo para que conozcan las características del dolor postoperatorio y cuál es el grado que pueden registrar según las diferentes intervenciones quirúrgicas.

Este gran estudio europeo ha servido también para corroborar la insuficiente atención e interés de algunos hospitales europeos en el abordaje del dolor postoperatorio. Una desatención que se muestra en «la escasez de las inversiones en formación para el personal sanitario, sobre todo de enfermería y cirujanos, que sólo realizan el 13 por ciento de los centros hospitalarios, según datos del PATHOS», critica el doctor Luis Miguel Torres. En este sentido, «España, junto con Grecia e Inglaterra, se encuentra a la cola de formación, mientras que Francia y los países escandinavos deberían ser un ejemplo a seguir, ya que el abordaje del dolor está contemplado en el cien por cien de los casos», destaca este especialista.

El dolor no se contempla en las historias clínicas

Otra de las deficiencias que han corroborado los datos de PATHOS es que el 34 por ciento de los médicos no evalúan el dolor que sufre el paciente después de una operación, pese a que es el síntoma que origina más demanda de atención del personal sanitario. Asimismo, según el PATHOS, la evaluación del dolor sólo se incluye en la historia clínica en el 44 por ciento de los casos. Una de las causas de este hecho que se desprenden de los datos del estudio, es la insuficiencia de protocolos para el tratamiento en todo tipo de pacientes por parte de los cirujanos, anestesistas y otros profesionales, que sólo disponen de esta herramienta en el 25 por ciento de los casos. Ello conlleva, lamenta el doctor Torres, que cada médico o enfermera «utilice sus conocimientos de forma arbitraria».

A la falta de protocolos específicos para el dolor, «se añade la carencia de unidades especializadas en países como España, que centralicen el cuidado de los pacientes operados», denuncia este especialista, quien destaca que «disponer de estas unidades supone una mayor eficacia en el manejo del dolor operatorio, estancias hospitalarias más cortas y reducción en el número de ingresos, con el consecuente ahorro económico».

Como ejemplo, el doctor Torres aplaude la decisión de la Junta de Andalucía de poner en marcha un plan para ampliar las unidades de dolor agudo, «un ejemplo para el resto del país», añade.

Ventajas de paracetamol para tratar el dolor leve y agudo

Por otro lado, el estudio ha medido también la utilización de fármacos disponibles en los países europeos para el tratamiento del dolor. Según los profesionales encuestados, el paracetamol y los AINEs son los más utilizados, ya sea solos o combinados con opiáceos como el tramadol.

«Por su seguridad, el paracetamol intravenoso combinado con morfina, anestesia epidural u otros fármacos, ocupa un lugar muy importante en el tratamiento del dolor de primer nivel; su ventaja es que es similar en eficacia a otros fármacos pero con menos efectos secundarios para el paciente», destaca el doctor Torres. Además, «también es utilizado como tratamiento primario en el grueso de pacientes que se opera y sufre un dolor de bajo nivel pero no por ello despreciativo», añade. Con su utilización se consigue que «el paciente se pueda mover antes, comer, beber y, por tanto, tener un alta temprana», explica el especialista.

Los datos del estudio PATHOS y, en especial, el programa educativo SIMPATHI «deben trasladar a los anestesistas, cirujanos y enfermeras que si consideramos impensable dejar al paciente con una presión arterial alta durante horas o una diabetes, después de una intervención, el dolor debe considerarse al mismo nivel porque no sólo perjudica su calidad de vida, sino que además produce multitud de efectos perjudiciales para la salud y dificulta el proceso de recuperación del paciente», concluye el especialista del Hospital Puerta del Mar de Cádiz.