El reto de actualizar la regulación de la donación de ovocitos (I)

El Observatorio de Bioética y Derecho del Parque Científico de Barcelona ha elaborado un documento con recomendaciones para actualizar la legislación española sobre este tema, pidiendo, entre otros, que se levante la prohibición a la crioconservación, se aumente la compensación a las donantes y se estimule la donació de ovocitos y ovarios postmorten.

Veintitrés biólogos, filósofos y juristas englobados en el Grupo de Opinión del Observatorio de Bioética y Derecho del Parque Científico de Barcelona han puesto de relieve las graves lagunas en la regulación de la donación de óvulos en nuestro país con la publicación del Documento sobre Donación de Ovocitos. El texto pretende ser una plataforma de debate que sirva para elaborar una normativa «acorde con el sentir social» en este tema.

«Existe un desfase entre las leyes y los avances», afirma la doctora María Casado, directora del Observatorio de Bioética y Derecho (OBD) del Parque Científico de Barcelona, quien añade que las leyes que en la actualidad regulan la donación de ovocitos datan de 1988. «Se preveía que se desarrollaran por decretos y normativas, pero algunas de estas cuestiones han tardado diez años en desarrollarse», afirma la doctora Casado, quien pone como ejemplo «la creación de la Comisión Nacional de Reproducción Asistida», que se ratrasó hasta 1998.

En relación al papel desarrollado hasta ahora por dicha Comisión, la doctora Casado se muestra «bastante pesimista». En un informe de 1999 la Comisión recomendó autorizar la crioconservación, explica la doctora Casado, y a fecha de hoy «el Gobierno no ha hecho aún nada, ni siquiera ha publicado el informe que la Comisión elaboró sobre la investigación con embriones». Por ello, esta especialista lamenta que «el Gobierno no esté muy por la labor de seguir las recomendaciones» del propio organismo que creó para estos temas.

La donación de ovocitos, hoy

Un 15 por ciento de las parejas españolas en edad reproductiva sufren esterilidad, según datos de la Sociedad Española de Fertilidad. Una cifra que aumenta anualmente, en parte, por la opción extendida entre las mujeres de retrasar su maternidad. Asimismo, aproximadamente un 40 por ciento de esas parejas recurrirá a la reproducción asistida, requiriendo en algunos casos la donación de ovocitos.

La ley española rige el estudio de los donantes y usuarios relacionados en el proceso de donación de ovocitos, regula la organización de un registro nacional de gametos y preembriones con fines de reproducción humana y establece los requisitos técnicos y los servicios sanitarios que los centros dedicados a la reproducción asistida deben cumplir. Además, también especifica el uso que puede hacerse de estos embriones y fetos, o de sus células, tejidos u órganos. Pero esta ley, que en el momento de su creación fue pionera en Europa, hoy «corre peligro de quedar obsoleta en algunos aspectos si no se adecua a los avances científicos producidos durante estos años», explican los miembros del OBD en su documento.

Uno de los temas donde la ley ha quedado desfasada es la crioconservación. «Nuestra normativa ha quedado claramente obsoleta pues la ley vetaba la crioconservación mientras no hubiera suficientes garantías sobre la utilidad de los óvulos tras su conservación», pero hoy en día, resalta la directora del OBD, «las técnicas han mejorado tanto que esa dificultad técnica ya no existe y, sin embargo, la prohibición continúa».

Compensación a las donantes

Una de las principales propuestas del OBD en su documento es que la cuantía de la compensación para la donante de ovocitos se establezca con criterios homogéneos y esté baremada por la Administración, aconsejada por los centros de reproducción asistida y sociedades científicas. Esta compensación valoraría adecuadamente los riesgos asumidos por la donante en su salud y los desplazamientos necesarios. «No se trata de un pago sino de una compensación o indemnización, porque la donación requiere varios desplazamientos al centro, varias visitas, una disponibilidad durante aproximadamente un mes y no está exenta de riesgos», justifica la doctora Casado.

«Lo que no debe imperar es un criterio de mercado, que no haya un pago al mejor postor», explica la doctora Casado, quien critica la situación en Estados Unidos, donde es posible encontrar, por ejemplo, «anuncios de modelos vendiendo sus ovocitos por millones de pesetas. En España y en Europa esas cosas no pasan, pero se debe establecer una compensación baremada», apoya la directora del OBD.

El documento también recomienda fomentar la donación de ovocitos post mortem y que el procedimiento de extracciones de órganos contemple la extracción de ovarios y su mantenimiento de la forma científicamente más adecuada. «De momento la extracción de ovocitos post mortem no es muy viable para utilizar en procesos de reproducción asistida pero sí para investigación», matiza la doctora Casado. Aunque al tratarse de material genético, el grupo es partidario de que el consentimiento para la donación «lo otorgue la donante en vida». Además, el grupo cree que debería generalizarse el protocolo por el que la donante especificará si sus ovocitos son donados para la investigación o con finalidades reproductivas.

Dar más información

Aumentar la información dada a la donante, estableciendo protocolos que aseguren que la información sea clara y suficiente es otro de los aspectos destacados por el OBD. Para conseguirlo, el grupo cree que debe describirse detalladamente el procedimiento de extracción y los posibles riesgos presentes y futuros que la intervención puede suponer para la donante. La doctora Casado explica que el proceso de donación de ovocito es complejo y no exento de riesgos, por lo que es necesario «que la donante reciba la máxima información para que pueda decidir con absoluta libertad si decide llevarla a cabo».

En este sentido, el grupo del OBD ha analizado si la información que en la actualidad reciben las donantes es suficiente. «Hemos visto que sí, en los centros la información es rigurosa y completa», afirma la doctora Casado, aunque reconoce que «hoy muchas universidades y lugares públicos muestran anuncios solicitando donantes, pero dejando a parte esta publicidad, cuando llega al centro, la potencial donante recibe toda la información necesaria para actuar de forma libre, no sólo consintiendo sino también sabiendo qué consiente».

Aun así, este grupo de trabajo pide que «las sociedades científicas homogeneicen la información mínima necesaria». Y solicita que se obligue a que las campañas de promoción de la donación estén destinadas a un público que pueda valorar los riesgos asumidos y sean «informativas, no competitivas».

Excepciones en el anonimato

Los especialistas del OBD están de acuerdo con que la ley que regula la donación sea anónima, pero creen que hay casos excepcionales que deberían ser revisados por un organismo competente. «El anonimato parece razonable para proteger los derechos del futuro hijo y no verse luego entre dos madres. Esto es algo que los psicólogos y psiquiatras del grupo han puesto de manifiesto», asiente la directora del OBD. «Pero creemos que deben haber excepciones, porque cerrar las cosas con prohibiciones tajantes en este terreno no es razonable», añade.

Estas excepciones deberían ser valoradas por un organismo competente, un papel que, según la doctora Casado, corresponde al Consejo Nacional de Reproducción asistida y podrían ser, por ejemplo, «en casos en los que un familiar como una madre o una hermana se ofrece como donante». En todo caso, esta especialista añade que su grupo pide que esta propuesta sea valorada y «no autorizada de manera directa, siempre teniendo en cuenta el interés del menor».

Estimular un debate social

El grupo pide también que se regule el establecimiento de un seguro obligatorio de responsabilidad objetiva por parte del centro que cubra los riesgos de la donación de ovocitos. Un riesgo que no deben asumir ni la sanidad pública ni los seguros privados de los médicos, en opinión de estos especialistas.

Pero las recomendaciones hechas por el OBD no sólo quieren fomentar el debate entre las administraciones competentes. Este Documento sobre Donación de Ovocitos quiere también «fomentar el debate social, conseguir que estas cosas se discutan públicamente y que la sociedad se plantee cuáles son los problemas, las alternativas y pueda decidir qué se hace al respecto», afirma la doctora Casado. Por ello, su grupo defiende un debate «transparente» que parta de la experiencia e investigación de profesionales de diferentes ámbitos.

Como ejemplo de las reflexiones que la sociedad debe asumir, debatir y solucionar, la doctora Casado acaba exponiendo un grave problema en nuestra sociedad, principal raíz del aumento de los casos de infertilidad: «la dificultad del trabajo femenino hace que las mujeres nos planteemos la maternidad mucho más tarde y eso hace que haya que recurrir más a las técnicas de reproducción asistida. Esto ha causado evidentes cambios en nuestra sociedad. No sé si es la situación más ideal. Quizás estamos haciendo trabajar a las jóvenes muy fuerte en su edad reproductiva y luego tenemos que recurrir a la biología. ¿Es esto lo más razonable?».