El secreto médico, una prioridad para los profesionales sanitarios

Para denunciar la violación del derecho a la intimidad de los pacientes que supone la centralización de los datos clínicos, varias asociaciones de profesionales sanitarios han creado la "Plataforma en defensa de la confidencialidad y el secreto médico". Este colectivo es favorable a la informatización de los historiales clínicos de los ciudadanos pero sostiene que su gestión debe realizarse mediante bases de datos distribuidas con medidas de seguridad que garanticen el acceso restringido a esta información.

Sin el secreto médico «la relación médico-paciente se ve totalmente alterada y dañada», indica la doctora Carmen Sánchez Carazo, vicepresidenta de la Comisión de Libertades e Informática (CLI). Para el doctor Rafael de Pablo González, representante de la Plataforma 10 minutos en Zaragoza, esto se debe a que «la simple amenaza de que los datos íntimos puedan salir a la luz pública es un ataque muy grave e incluso irreversible para la confianza del paciente en su médico».

La nueva plataforma responde a la preocupación de los profesionales «por defender un derecho del paciente y un deber de los profesionales para garantizar ese derecho», según el doctor Juan José Rodríguez Sendín, secretario general de la Organización Médica Colegial (OMC). En el manifiesto que recoge sus principios básicos se exige la protección de los datos clínicos de los pacientes con las medidas de seguridad pertinentes y se denuncia la introducción de estos ficheros en redes institucionales no médicas. Además, se muestra la necesidad de desarrollar una legislación específica en este campo.

Centralización de las historias clínicas

Aunque la informatización supone un avance en el tratamiento de los datos, Ramón Morera i Castell, presidente de la Sociedad Catalana de Medicina de Familia y Comunitaria (SCMFIC), advierte que la gestión de los historiales clínicos mediante bases de datos centralizadas «implica riesgos a la hora de garantizar la confidencialidad». Morera cree que los datos clínicos pueden conectarse a otras redes ajenas al centro sanitario, pero siempre «que sea el paciente el que lo gestione».

La «Plataforma en defensa de la confidencialidad y el secreto médico» considera que la centralización de datos es el sistema más peligroso para el derecho a la intimidad del paciente debido a «su almacenamiento fácil de ocultar, su infinita capacidad de copia y transferencia, indetectable y de ínfimo coste y sus ilimitadas posibilidades de procesamiento y cruce». Por ello, apuesta por «las soluciones tecnológicas pequeñas y repartidas». Este cambio es urgente según el doctor Juan Gérvas Camacho, miembro de la Red Española de Atención Primaria (REAP) y del Equipo CESCA, porque si no se soluciona pronto este problema la población optará por rechazar la informatización de los datos sanitarios.

En opinión del doctor de Pablo, en la gestión actual de los datos clínicos prevalecen intereses economicistas, en detrimento de «valores tan importantes en la medicina como la calidez o la empatía e incluso últimamente se está produciendo una colisión con valores éticos». En esta línea, Javier González Medel, portavoz de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública, señala que «no se está atendiendo a la mejora de la sanidad pública» ni «a la mejora del confort del paciente». Además, recuerda que «los datos médicos son muy codiciados por distintas instancias» y cada vez más empresas privadas acceden a bases de datos del sistema público sanitario.

Pedro Cañones Garzón, secretario general de la Sociedad Española de Medicina General (SEMG), afirma que la informatización no debe realizarse «sin contar con los profesionales y mucho menos sin respeto hacia los ciudadanos». Asimismo, añade que los médicos son los únicos que pueden tomar la decisión de trasladar esos datos a otras redes.