Los pacientes con síndrome de Vejiga Hiperactiva ven como su calidad de vida disminuye y deben adaptar su actividad diaria a la frecuencia y la urgencia de acudir al baño. 1.000 millones de personas sufren esta enfermedad en el mundo.
El síndrome de Vejiga Hiperactiva es una enfermedad que se manifiesta por contracciones involuntarias y demasiado frecuentes del músculo detrusor de la vejiga. Los síntomas más característicos son: el deseo repentino de orinar sin demora; la frecuencia al orinar, más de ocho veces al día y también la necesidad de levantarse más de una vez por la noche al lavabo; y en algunos casos se produce incontinencia de urgencia, es decir, una pérdida involuntaria de orina. Seis de cada diez pacientes sólo experimentan los dos primeros síntomas y el 40 por ciento restante sí padece incontinencia. En España, el síndrome de Vejiga Hiperactiva afecta a más de dos millones de personas, y en todo el mundo la padecen alrededor de 1.000 millones de personas.
No existe un perfil totalmente definido del paciente con VH si bien se sabe que afecta en mayor proporción a la población femenina y a las personas de edad avanzada. Mientras que en algunos hombres este trastorno puede estar relacionado con problemas de próstata, en el caso de las mujeres se podría atribuir a la disminución de los niveles de estrógenos en la menopausia. En otros casos el motivo sería un problema nervioso, el tratamiento con ciertos medicamentos, enfermedades como la diabetes o un accidente vascular.
Los pacientes con síndrome de Vejiga Hiperactiva (VH) ven afectada de manera importante su calidad de vida, de hecho, la mayoría de los pacientes que participaron en un reciente estudio presentado en el Congreso de la Internacional Continence Society (ICS) notificó que la frecuencia y la urgencia urinaria habían alterado significativamente su vida y limitado su actividad diaria. «El estudio demostró que los síntomas de VH tienen un fuerte impacto emocional en el paciente que se manifiesta con vergüenza, ansiedad, enfado, preocupación, irritación, estrés, frustración y enojo», señaló la doctora Karin S. Coiné, investigadora senior de MEDTAP Internacional, Bethesda, Estados Unidos.
Según este estudio, el síndrome de Vejiga Hiperactiva no sólo afecta al paciente sino que también tiene un gran impacto en los familiares que los ayudan a afrontar los síntomas. En los casos más graves, los pacientes explican las estrategias más útiles para sobrellevar mejor el síndrome de VH: tener localizados los baños en los lugares que más se frecuentan, calcular el tiempo que se tarda en llegar a ellos y planificar las actividades que se realizan fuera del entorno teniendo en cuenta la presencia de lavabos. Las limitaciones que imponen esta enfermedad cuando está muy avanzada son muy grandes ya que la vida de los pacientes gira entorno a la cercanía de un lavabo lo que les limita poder realizar actividades comunes. La VH ocasiona un gran número de bajas laborales e incluso, influye en la decisión de muchos pacientes de ingresar en una residencia geriátrica cuando aún es muy pronto.
Existe tratamiento
Otros dos estudios presentados recientemente en el Congreso ICS, reflejan la importancia de disponer de nuevas herramientas clínicas que faciliten a los médicos el diagnóstico del síndrome de VH y la evaluación de los tratamientos. «Los instrumentos para mejorar el diálogo entre pacientes y médicos son necesarios para que nadie tenga que ocultar su problema de incontinencia urinaria» destacó Nancy Muller, directora ejecutiva de la Nacional Association For Continence (NAFC).
El desconocimiento de esta enfermedad, que se cree asociada al paso de los años, hace que sea muy difícil de diagnosticar e impide el mayor y mejor tratamiento de la misma. «Un tercio de los hombres y mujeres que sufren VH piensan que se debe al proceso de envejecimiento», manifestó Muller.
Actualmente unos cuestionarios que permite identificar a pacientes con síntomas probables de VH en la atención primaria. En palabras de la doctora Coiné, «la herramienta de diagnóstico OAB-V8, es un instrumento que proporciona una ayuda inestimable para los médicos, especialmente tras los resultados de un estudio reciente que manifiesta que el 80 por ciento de los médicos de atención primaria y delos obstetras/ginecólogos manifiestan tener dificultades para diagnosticar la vejiga hiperactiva». Un diagnóstico precoz permite evaluar inmediatamente las distintas opciones de tratamiento y ofrecer un alivio más rápido de los síntomas de VH», añadió.
Una vez que se diagnostica la VH, la tolterodina de liberación prolongada, un nuevo medicamento que se comercializa bajo el nombre de Detrusiol Neo, ayuda a disminuir el número y la intensidad de contracciones involuntarias de la vejiga que se traduce en un a reducción de la urgencia, así como un una disminución de las pérdidas de orina y frecuencia urinaria. Después de 12 semanas de tratamiento, un 39 por ciento de los pacientes tratados con este fármaco mejoraron en la percepción de urgencia y disminuyó en más de la mitad el porcentaje de enfermos que no fueron capaces de retener la orina.
En opinión de Linda Brubaker, profesora de Obstetricia/Ginecología y Urología del Centro Medico de la Universidad Loyola de Chicago, Estados Unidos, «la reducción significativa de los síntomas de urgencia no sólo mejora notablemente la vida del paciente, como ahora sabemos, sino que al mismo tiempo, mejora la calidad de vida de los familiares, y esto es muy importante».
Médicos y expertos lanzan el mismo mensaje a las personas que sufren de Vejiga Hiperactiva: no se debe tener vergüenza a la hora de acudir al médico porque la VH es una enfermedad muy común que se puede tratar. Las personas que la padecen no tienen porqué solventar el problema utilizando compresas y modificando sus costumbres. Es preciso concienciar a los enfermos para que acudan al médico porque existen tratamientos muy eficaces para mejorar los síntomas de VH. Acudiendo al médico los pacientes pueden mejorar su calidad de vida.
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