En los últimos años se ha constatado el aumento de la población femenina fumadora e incluso en algunos grupos de edad el porcentaje ya supera al de los hombres. Además de los riesgos comunes a la población masculina como por ejemplo los diferentes tipos de cáncer, las mujeres fumadoras tienen un mayor riesgo de sufrir osteoporosis precoz, tromboembolismo pulmonar si tomas la píldora anticonceptiva o problemas durante la gestación.
El tabaquismo se ha convertido ya en la primera causa de muerte evitable entre la población femenina. Pero no sólo es preocupante que el porcentaje de mujeres fumadoras aumente año tras año, sino la edad a la que se empieza a fumar.
Actualmente, el 27 por ciento de las mujeres españolas son fumadoras y el 90 por ciento de ellas empezó a fumar antes de los 20 años. Siendo todavía adolescentes, entre los 14 y los 19 años, el porcentaje de chicas que fuma es superior al de los chicos, 40 frente a 29 por ciento.
Este aumento en la población femenina fumadora, que en los últimos años ha pasado del 23 al 27 por ciento se explica por la incorporación tardía al mundo laboral, el estrés, la ansiedad o la influencia de la publicidad.
Respecto a la edad de inicio al consumo de tabaco, la publicidad de las tabaqueras antes de la entrada en vigor de la Ley Antitabaco ha influido mucho en que los jóvenes se inicien en este hábito a edades muy tempranas.
Más peligro para la mujer
Diversos estudios han demostrado que los efectos del tabaco en la mujer son mayores que en el hombre y más severos. A las enfermedades cardiovasculares, respiratorias y los múltiples tipos de cáncer, se añaden por ejemplo:
– «Un riesgo entre un 20 y un 40 por ciento mayor que en los hombres de sufrir un tromboembolismo pulmonar, especialmente si toman la píldora anticonceptiva», afirma el Dr. Víctor López, Jefe Clínico del Servicio de Cardiología del Hospital Virgen de Macarena de Sevilla y miembro del Comité de Expertos para una Vida Sin Tabaco.
– El mayor riesgo de sufrir osteoporosis de forma precoz, en comparación con las mujeres no fumadoras.
– Mayores dificultades para quedarse embarazadas.
– En el caso que no dejen de fumar durante el embarazo, el feto puede sufrir daños.
Tabaco y embarazo
Según un reciente estudio europeo, el 70 por ciento de las embarazadas fumadoras no deja el tabaco durante la gestación. Del 30 por ciento restante, sólo una de cada cuatro abandona completamente este hábito.
Existen estudios que relacionan fumar durante el embarazo con parto prematuro, bajo peso al nacer, mayor riesgo de defectos congénitos, crecimiento físico y desarrollo intelectual deficientes, entre otros. Pero si una mujer deja de fumar al principio del embarazo, incrementa las posibilidades de dar a luz un bebé sano.
Lamentablemente un alto porcentaje de las madres fumadoras que abandonan el hábito durante la gestación vuelven a recuperarlo tras el parto, lo que continúa poniendo en peligro la salud de los hijos. El humo del tabaco aumenta el riesgo de que sufran problemas en el aparato respiratorio, infecciones de oído y asma. Y además, los hijos tienen mayores posibilidades de adquirir este hábito, al considerar que fumar es algo habitual.
El tabaco perjudica tu piel
Además de los muchos efectos negativos que el tabaco tiene para la salud, este hábito también tiene un impacto estético importante. El Dr. Victor López, recuerda que «el tabaco provoca la aparición precoz de arrugas faciales». Se habla incluso de que fumar puede conllevar a adquirir lo que se conoce como el «rostro de fumador», que se caracteriza por un color de piel cetrino, sequedad y envejecimiento de la piel.
«La mujer debe ser consciente de los problemas que le puede ocasionar el tabaco», señala este especialista. En su opinión «muchas tal vez no dan el paso definitivo para abandonar el tabaco por miedo a engordar».
Pero como bien dice este experto «un par de kilos no matan, la ingesta de tabaco sí que mata».
Deja de fumar con ayuda
Para lograr dejar de fumar hace falta voluntad, apoyo psicológico, y tratamiento farmacológico. Uno de los tratamientos más recomendados para abandonar esta dependencia es la Terapia Sustitutiva con Nicotina que consiste en sustituir «la pérdida» de nicotina por una dosis proporcionada por una fuente alternativa, como chicles o parches de nicotina, y prescrita por un médico.
Según los expertos, las probabilidades de dejar de fumar con un tratamiento de Terapia Sustitutiva con Nicotina (TSN) se duplican frente a sólo con fuerza de voluntad.
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