La solución al tabaquismo empieza cuando el fumador asimila que tiene una enfermedad. Después de ese paso, dejar de fumar será más fácil. Por encima de la motivación y la fuerza de voluntad, la adicción a la nicotina es la principal barrera que tiene que atravesar el fumador para conseguir dejarlo. El doctor Lores, jefe del servicio de Neumología del Hospital de Sant Boi, en Barcelona, nos explica la incidencia actual del tabaquismo en España y por qué debe tratarse como una enfermedad.
¿ Qué incidencia presenta el tabaquismo en España?
Los datos apuntan a que la incidencia va disminuyendo globalmente. Por un lado, aumenta el número de mujeres fumadoras mientras que disminuye sustancialmente el número de hombres fumadores. No obstante, de forma general, ha habido una disminución del 37 por ciento de las personas fumadoras, aproximadamente.
¿Cuál es el perfil del fumador en España?
Se sigue fumando especialmente en el grupo de edad comprendido entre los 40 y 50 años; y lo que ha cambiado esencialmente es la incorporación de la mujer al tabaquismo y la reducción de la edad de inicio, es decir, que cada vez se empieza a fumar más joven. No obstante, siguen siendo los hombres los que más fuman y se fuma en todos los niveles sociales.
Ahora parece que se fuma «socialmente» menos, aunque el tabaco sigue teniendo una función social. Hay muchos fumadores que consumen en determinados contextos, como cuando se toman un café o en situaciones de nerviosismo, por ejemplo.
La Ley Antitabaco está consiguiendo que se fume menos, y lleva a las personas a concienciarse por lo que respecta al tabaquismo.
¿Y entre los jóvenes?
Entre los jóvenes, el consumo de tabaco está aumentando. Los que más dejan de fumar son las personas entre 40 y 50 años. En el entorno juvenil, los tratamientos para dejar de fumar no tienen demasiado éxito.
¿Qué significa concebir el tabaquismo como enfermedad?
El tabaquismo es una droga. Se trata de la primera causa de muerte evitable en los países occidentales industrializados, por delante de los accidentes de tráfico, del consumo de otras drogas, de enfermedades como el sida, etc.
El tabaquismo provoca cáncer, enfisema pulmonar, insuficiencia respiratoria, bronquitis crónica, anginas de pecho, infartos, embolias, etc.
¿Qué papel desempeña el médico?
El médico debe confirmar que el paciente sabe que el tabaquismo es malo, y que reconozca que se trata de un problema que crea dependencia. El paciente debe saber que los beneficios aparecen en el mismo momento en que decide dejar el tabaco.
Aparte del consejo médico y del apoyo psicológico, han ido apareciendo fármacos derivados de la nicotina, antidepresivos y otras sustancias que actúan sobre la dependencia física y psíquica al tabaco.
¿Cómo se puede superar la adicción a la nicotina?
La nicotina está ligada a la dependencia física del tabaco; es la responsable de que el cuerpo «pida fumar». Ante esto hay tratamientos que se basan en derivados nicotínicos y otras moléculas que imitan a la nicotina y actúan en su centro de movimiento para engañar al cuerpo. El síndrome de abstinencia consiste en una petición del cuerpo, acostumbrado a la nicotina, que «se ha quedado sin suministro». Provoca irritabilidad, nerviosismo, pérdida de apetito, trastornos de ansiedad, depresiones, etc.
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