El trasplante de riñón ¡todo lo que debes saber!

El trasplante de riñón: cuándo es necesario, cómo se realiza la intervención, quién puede ser donante... resolvemos todas estas dudas en este artículo.

El trasplante de riñón es la intervención quirúrgica con la que se incorpora un riñón sano a un paciente a quien sus propios riñones no funcionan adecuadamente. Los riñones son órganos vitales: una persona no puede vivir sin riñones o sin las funciones correctas de filtrado de la sangre y otras tareas que realizan los riñones. Según las estadísticas de la Organización Nacional de Trasplantes el trasplante renal es el mas frecuente entre la población española. También ocurre así en Europa y los Estados Unidos.

Los motivos o causas para indicar un trasplante de riñón son:

  • Insuficiencia renal crónica avanzada, que a su vez se debe a las siguientes enfermedades en su fase más grave o terminal:

  • Enfermedad poliquística renal

  • Malformaciones renales

  • Problemas vasculares renales

Existen una serie de contraindicaciones para el trasplante renal , es decir, condiciones por las que no se debe realizar este trasplante. Algunas son absolutas y otras relativas. Hoy día cada vez se habla menos de contraindicaciones absolutas porque se valora a cada persona candidata a recibir un trasplante de riñón de forma individual y según su circunstancia en particular.

Contraindicaciones absolutas:

  • Cáncer maligno reciente con metástasis

  • Proceso infeccioso activo

  • Otra enfermedad distinta a la enfermedad renal que sea irreversible o con expectativas de vida inferior a un año

  • Enfermedad psiquiátrica con perdida de autonomía o que impida ser capaz de tomar los medicamentos necesarios después del trasplante cada día durante toda la vida.

  • Adicción a drogas y/o alcohol sin posibilidades de rehabilitación

  • Si las pruebas de compatibilidad no son favorables; técnicamente se llama: prueba cruzada positiva IgG frente a células T del donante.

Contraindicaciones relativas, es decir, se precisa valoración individualizada:

  • Edad avanzada superior a 75 años

  • Enfermedad cardiovascular

  • Enfermedad hepática crónica avanzada

  • Anomalías de vías urinarias

  • Tumores malignos previos

  • Otra enfermedad de base

Tipos de donantes de riñón

En un trasplante de riñón, el nuevo órgano puede provenir de diferentes tipos de donante:

  • Un donante familiar vivo, como uno de los padres, un hermano o un hijo. Tiene más probabilidades de ser compatible.

  • Un donante no emparentado con el receptor, como un amigo o el cónyuge, siempre que sea compatible.

  • Un donante muerto, es decir una persona recientemente fallecida por otra causa distinta a una enfermedad renal, y que expresó en vida la voluntad de ser donante (o al menos no expresó lo contrario, y la familia de la persona fallecida así lo atestigua y lo consiente).

El riñón sano se transporta en agua fría con sal (solución salina) de modo que el órgano se puede conservar viable unas 48 horas. El equipo de trasplantes lleva a cabo todas las pruebas necesarias para comprobar la compatibilidad de la sangre y de los tejidos entre el donante y el receptor antes de la operación.

Procedimiento para un donante vivo de riñón

En un trasplante de riñón, el donante se somete a la operación quirúrgica de extracción de un riñón de forma completamente voluntaria y altruista, y después de firmado su consentimiento informado.

En esta cirugía se aplica anestesia general para mantenerse dormido y no sentir dolor. Se puede realizar la técnica quirúrgica mediante laparoscopia de forma que la incisión quirúrgica sea pequeña.

Después de la operación necesitará controles médicos para asegurarse de que la persona donante mantiene un buen estado de salud. Una persona puede vivir con un solo riñón si este funciona correctamente.

Procedimiento para la persona que recibe un riñón trasplantado (el receptor)

En un trasplante de riñón las persona receptora recibe anestesia general antes de la cirugía. El cirujano hace una incisión en la zona abdominal inferior y coloca el nuevo riñón dentro de la parte baja del abdomen. Se conectan la arteria y la vena del nuevo riñón a la arteria y la vena en la pelvis. También se conecta el uréter a la vejiga. Finalmente se comprueba que la sangre circula a través del nuevo riñón y se vuelve a producir orina del mismo modo que cuando la persona tenía los riñones sanos. Si no hay un problema que lo impida, los riñones propios no se extirpan sino que se dejan en el mismo lugar.

A las personas diabéticas también se les puede realizar un trasplante de páncreas durante la misma intervención.

Posibles complicaciones del trasplante de riñón

En un trasplante de riñón, como en cualquier procedimiento médico o quirúrgico, también puede haber complicaciones. Estas posibles complicaciones pueden suceder por la técnica quirúrgica, por el funcionamiento del nuevo órgano o por la medicación inmunosupresora que la persona deberá tomar tras el trasplante para evitar rechazos.

  • Rechazo del trasplante. Puede ser hiperagudo, agudo, o crónico.

    • El rechazo hiperagudo cada vez es menos freucnete. Puede comenzar a los pocos minutos tras el trasplante o después de algunos días. Ocurre una isquemia (falta de riego sanguíneo a los tejidos) y una trombosis microvascular (en los pequeños vasos sanguíneos del tejido renal), como consecuencia de un daño en el interior de los capilares sanguíneos (daño endotelial). Esto implica tener que volvera a operar para retirar el riñón trasplantado (nefrectomía del injerto).

    • El rechazo agudo se puede iniciar al cabo de unas semanas. Ocurre un infiltrado de células inflamatorias (leucocitosis) en el tejido del nuevo riñón. Se trata con corticoides y anticuerpos monoclonales.

    • El rechazo crónico sucede al cabo de meses o años. Es consecuencia de una respuesta inmunitaria del organismo contra el nuevo riñón que provoca atrofia del tejido. No tiene tratamiento efectivo y se debe recomendar control regular de la presión arterial del paciente.

  • Infecciones debidas a la disminución de las defensas del organismo como efecto secundario de los fármacos inmunosupresores, que a su vez son necesarios para disminuir el riesgo de rechazo del riñón trasplantado. Pueden ser infecciones bacterianas, infecciones virales, o por hongos, en cualquier localización.

  • Tendencia ligeramente mayor a padecer algunos tipos de cáncer como resultado del tratamiento inmunosupresor.

  • Desequilibrio en el calcio y el fosfato, que pueden ocasionar problemas en los huesos.

  • Efectos secundarios de los medicamentos: problemas del sistema digestivo (gastritis, ardor, úlceras…), hirsutismo en mujeres (excesivo crecimiento del vello), pérdida del pelo, obesidad, acné, diabetes mellitus tipo 2, hipercolesterolemia y otros.

_ Redacción: Doctora Sarai de la Fuente Gelabert – MedicinaTV_