El tratamiento contra la hepatitis C permite que la cirrosis retroceda en la mitad de los pacientes

La cirrosis es una de las consecuencias más importantes derivadas de la hepatitis C, que acaba afectando al 30 por ciento de los pacientes. Esta degeneración del hígado incrementa, además, las posibilidades de desarrollar un carcinoma hepatocelular.

La terapia combinada de peginterferón alfa-2b (o interferón pegilado) y ribavirina puede hacer retroceder el daño causado en el hígado por la hepatitis C en la mitad de los pacientes, según un estudio publicado en la revista Gastroenterology , publicación oficial de la Asociación Americana de Gastroenterología.

«La extensión de la fibrosis hepática es un importante factor de pronóstico de la enfermedad en las personas con hepatitis C crónica», afirma el doctor Thierry Poynard, responsable de este estudio, «Así, la evolución natural de esta patología conlleva una progresión gradual de la fibrosis hepática que puede generar cirrosis y otras complicaciones relacionadas con esta infección crónica en enfermos que tienen una cirrosis ya establecida».

Los más de 3.000 pacientes que han participado en el estudio fueron divididos en 10 grupos por regímenes diferentes de interferón o de peginterferón alfa-2b más ribavirina. Tras analizar los cambios experimentados por las células hepáticas, los investigadores apuntan que la mejora más significativa se encontró en aquellos grupos que recibieron una dosis alta de ribavirina y peginterferón alfa-2b. De este modo, el 73 por ciento de ellos experimentó una mejora significativa después de un año de tratamiento, mientras que sólo un ocho por ciento presentó un empeoramiento por fibrosis, en comparación con el 23 por ciento de los pacientes que estaban siendo tratados sólo con interferón.

«Todos los tratamientos utilizados en el estudio redujeron la progresión de la fibrosis, pero la combinación de peginterferon alfa-2b con una dosis alta de ribavirina fue la terapia con la que se consiguió la mejora más importante, logrando, además, que la cirrosis retrocediera en el 50 por ciento de los pacientes», afirma el doctor Poynard.

Los resultados obtenidos en los diversos ensayos clínicos realizados con la terapia combinada de peginterferon alfa-2b y ribavirina ponen de manifiesto que con la misma se obtiene la curación de una media del 61 por ciento de los pacientes con hepatitis C crónica. Estos datos llevaron a la Unión Europea en marzo del 2001 a autorizar el tratamiento combinado de estos dos fármacos en la terapia estándar contra la hepatitis C, tras haber demostrado además, tener una eficacia superior a la del tratamiento anterior con interferón y ribavirina (61 por ciento frente al 47 por ciento). Otra ventaja de esta terapia, comercializada en España desde mayo pasado, es su administración, ya que se utiliza una vez a la semana, periodo durante el que el tratamiento mantiene la presión sobre la replicación viral.