El tratamiento informativo del cáncer requiere la colaboración entre oncólogos y periodistas

AccessOncología ha puesto en marcha el I Ciclo de Talleres Oncología y Comunicación. Formar e Informar sobre el cáncer que se desarrollará en varias ciudades españolas y está dirigido a los periodistas de salud de ámbito regional.

Los talleres, en los que participarán 30 jefes de servicio y 150 periodistas, tienen como objetivos facilitar el acceso de estos últimos a los «informes, pautas e indicaciones concretas» para poder elaborar informaciones sobre esta patología y servir como «espacio neutro donde los informadores y los oncólogos se puedan encontrar confortables para establecer una relación», en palabras de Ramón Ferrer, coordinador del ciclo.

Dentro de estos talleres se presentará el informe «El tratamiento informativo del cáncer 2001-2003» también elaborado por la plataforma científica AccessOncología con la colaboración de Amgen. Este estudio ha analizado 1.500 informaciones sobre cáncer publicadas en los principales periódicos nacionales y ha determinado en primer lugar que «lo que es noticia es la curación más que la enfermedad», según uno de sus autores, Kepa Aulestia, escritor y periodista. Como ocurre en el tratamiento de otras patologías, «el informador tiende a hablar de la enfermedad sin especificar ni explicar qué es».

El informe también destaca «las carencias que existen en las informaciones a la hora de describir las causas, consecuencias y terapias disponibles», así como la aparición de noticias «que a veces pueden ser precipitadas o exageradas respecto a un fracaso o a una terapia en experimentación».

Papel de los enfermos

Otra de las conclusiones del trabajo es que «no hay un agente comunicador más eficaz que el enfermo para dar cuenta de qué es la enfermedad», pero muy pocas veces aparece en las noticias, lo que evita que se consiga superar la estigmatización social del cáncer. Asimismo esta patología se aborda «como un mal ajeno a la propia naturaleza humana» y se transmite «la idea de que la voluntad del enfermo es un factor determinante» en la lucha contra el cáncer, «como si hubiera un mandato moral de que afronte la enfermedad desde un punto de vista casi épico».

Kepa Aulestia señala que en las informaciones sobre cáncer también se ofrecen estadísticas de prevalencia de la patología que en ocasiones son confusas y existen «carencias en la diferenciación de los distintos tipos de cáncer y entre las diversas especialidades médicas», al igual que «en la descripción de los efectos en la calidad de vida de los pacientes y en los costes invisibles de la propia enfermedad (tanto desde el punto de vista personal como económico)».

A pesar de que «en las redacciones la preocupación por el rigor informativo en materia de salud ha ido creciendo», esto también puede tener un efecto negativo: «el retraimiento informativo como consecuencia de la inseguridad que generan determinados temas», como es el caso del cáncer. Además, en los grandes medios de comunicación estas noticias las realizan periodistas especializados, pero en otros medios más modestos se ocupan de ello los informadores generalistas, por lo que «la oncología va a tener que acostumbrarse a comunicarse y transmitir sus conocimientos a través de periodistas no especializados».

El informe detecta una «insuficiente presencia del contraste con oncólogos médicos de aquellas informaciones cuya fuente de origen tiene que ver con la investigación básica, no propiamente oncológica o que se refiere a datos estadísticos».

El Periodista como agente sanitario

Por su parte, el doctor Hernán Cortés-Funes, jefe del servicio de Oncología Médica del Hospital 12 de Octubre de Madrid, opina que «el periodista es un agente sanitario más, con un papel tremendamente importante, ya que debe informar, educar» y evitar crear falsas esperanzas u ofrecer informaciones sensacionalistas. Para este especialista, «la estigmatización de la palabra cáncer lleva al portador de ese proceso a una situación que muchas veces no es la realidad». El enfermo «necesita una información adecuada y la primera se la tiene que dar el oncólogo, pero muchas veces también le llega por otras vías», fundamentalmente los medios de comunicación.

Por otro lado, el doctor Eduardo Díaz Rubio, jefe del servicio de Oncología Médica del Hospital San Carlos de Madrid, subraya la «demanda creciente de información por parte del paciente y también de la sociedad» respecto al cáncer, lo que «conlleva la puesta en marcha de nuevos modelos organizativos» tanto en el ámbito de la sanidad en general como en el área específica de la oncología. Esta especialidad tiene que enfrentarse a una serie de retos: «el enfoque individualizado del paciente», el cambio de la incidencia y mortalidad de algunos tipos de cáncer, la «globalización del conocimiento y la participación en investigación clínica y básica». El doctor Díaz Rubio añade que existe una «necesidad de formación del oncólogo médico que actualmente es acuciante» por la aparición de «nuevas armas de tratamiento y diagnóstico» y que estos profesionales «deben dedicarse también a temas de organización y liderazgo».