19Ago. 03
El estado de ánimo, crucial para determinar la adherencia al tratamiento, y la reducción de las grasas en la dieta, minimizando su presencia en el hígado, son factores a tener en cuenta a la hora de planificar el tratamiento, según los expertos reunidos en este simposio en Barcelona
El tratamiento individualizado contra la hepatitis C eleva las posibilidades de erradicar el virus en al menos seis de cada diez pacientes, destacaron los expertos reunidos en el VII Simposio Internacional sobre Hepatitis Viral. Por otra parte, la lesión hepática, el genotipo del virus y su carga viral son los factores que tradicionalmente se consideran como influyentes en la respuesta al tratamiento. Pero según el doctor Rafael Esteban Mur, jefe del Servicio de Hepatología del Hospital Vall d»Hebrón de Barcelona y director del simposio, también «se ha comprobado la influencia del peso de los pacientes y sus circunstancias psicológicas».
Por ello, según este especialista, es necesario evaluar las circunstancias personales de los pacientes para obtener los mejores resultados. Por ejemplo, recientes estudios han confirmado que las características psicológicas influyen en la adherencia al tratamiento y, por tanto, en su curación. Por otra parte la grasa en el hígado disminuye la eficacia de la terapia, por lo que en los pacientes obesos es aconsejable una pérdida de peso y cambios dietéticos antes de recibir tratamiento y elevar la dosis, según este especialista barcelonés.
Al respecto, el doctor John G. McHutchison, director de Investigación Hepatológica del Instituto de Investigación Clínica de la Universidad de Duke, Estados Unidos, publicó recientemente un estudio en Gastroenterology en el que demuestra que la eficacia del tratamiento combinado con peginterferón alfa-2b y ribavirina aumenta si el paciente ajusta su peso y no abandona la medicación. Esta mejora en la respuesta también se observó en pacientes con genotipo 1 del virus, el más difícil de tratar y el más frecuente en nuestro país.
Otro estudio publicado por el doctor McHutchison junto a Michael Manns, jefe de la división de hepatología de la Facultad de Medicina de Hannover (Alemania), también concluyó que «cuando el peginterferón y la ribavirina se ajustan al peso, la esperanza de vida se incrementa en 4,7 años, frente a los 4,2 de no ajustarlo».
El avance del peginterferon alfa-2b
La Comisión Europea concedió en marzo de 2001 la autorización de comercialización en los países de la Unión Europea de la terapia combinada de peginterferón alfa-2b y ribavirina para la hepatitis C, a cuya ficha técnica se ha añadido recientemente la previsibilidad de la respuesta virológica mantenida. Este peginterferón alfa-2b es una versión mejorada del interferón alfa-2b, hasta hace poco el tratamiento estándar contra la hepatitis C.
El nuevo peginterferón se inyecta una sola vez por semana, ya que mantiene una vida media prolongada y niveles estables en sangre durante siete días. Según los datos presentados en el simposio, su eficacia es del 61 por ciento en el genotipo 1 del virus y del 88 por ciento en los genotipos 2 y 3. Al ser de liberación lenta en la sangre, mantiene un nivel continuado de efectividad e impide mejor la replicación del virus, destacaron los especialistas reunidos.
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