El yogur pasteurizado y el yogur de corta vida son igual de saludables

15Sep. 05

Hasta ahora existía la creencia de que el consumo de yogures de corta vida era más beneficioso para la salud que los pasteurizados, puesto que contenía gérmenes que -supuestamente- renovaban la flora intestinal. Sin embargo, un estudio dirigido por el doctor Francisco Javier Yuste Grijalba, médico de Sanidad Nacional y jefe de Salud Laboral del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, ha determinado que estas bacterias "no resisten el tránsito intestinal", por lo que tanto el yogur pasteurizado como el de corta vida tradicional tienen el mismo efecto en la salud de la población sana.

Según el doctor Yuste, «el yogur es un alimento de primera categoría» que consiste en «un producto derivado de la leche que está producido por dos tipos de gérmenes: el Lactobacillus bulgaricus y el Streptococcus thermophilus «. La primera de estas bacterias provoca la acidez del yogur y la segunda se encarga del aroma y la textura.

El yogur pasteurizado también contiene estos gérmenes y tiene el mismo contenido de calcio y proteínas que el yogur de corta vida tradicional, pero «una vez acidificada la leche se pasteuriza», es decir, se somete a un tratamiento térmico que suprime la mayoría de sus microorganismos. Este proceso permite que el producto dure más y no necesite refrigeración.

En el estudio de investigadores del Hospital Ramón y Cajal colaboraron 114 individuos, divididos en dos grupos que ingirieron durante dos semanas un tipo de yogur y tras un periodo de descanso el otro tipo, mientras que un tercer grupo de control no consumió yogur. Tras completar el análisis, «sorprendentemente encontramos que no había gérmenes en heces de las personas que habían tomado yogures sin pasteurizar», señala el doctor Yuste.

En su opinión, esto significa que «no hay datos para afirmar que los yogures no pasteurizados se comporten de forma diferente a los pasteurizados» en cuanto a su acción beneficiosa sobre la salud, puesto que para ello sería necesario que estos microorganismos llegaran vivos al intestino, se implantaran en él y aumentaran la acidez, para poder evitar la presencia de bacterias causantes de enfermedades.

Esta investigación también quería descubrir si se producía un aumento en la capacidad inmunológica de los individuos que consumían yogur pasteurizado o yogur de corta vida, para lo cual se realizó un análisis de sangre a los participantes antes y después del experimento. Sin embargo, según el doctor Yuste, «no ha habido mejoría de la inmunidad en ninguno de los colectivos estudiados».

Otra de las metas del estudio era conocer si la ingesta de cualquiera de los dos tipos de yogur suponía una «mejora del bienestar gastrointestinal», lo cual se desmintió en el estudio, pero «al ser elementos subjetivos necesitan un tratamiento estadístico» para contrastar los datos, por lo que las conclusiones globales del estudio se presentarán en septiembre.

Resultados similares en animales

Emilio Herrera Castillón, catedrático de Bioquímica y Biología molecular de la Universidad San Pablo CEU, también ha realizado un estudio sobre los efectos de los yogures de corta vida y pasteurizados, pero en este caso sobre ratones. Las conclusiones de esta investigación señalaron que no existían diferencias significativas en cuanto a variación de peso ni en los niveles de glucosa, colesterol y triglicéridos entre los ratones a los que se había suministrado yogur de corta vida o yogur pasteurizado y los que no. Además, tampoco se detectó Lactobacillus bulgaricus ni Streptococcus thermophilus en el estómago e intestinos de los animales.