En invierno aumenta la sequedad de la piel por la falta de hidratación

31Ene. 11

El principal problema de la piel en invierno es la deshidratación por el frío que provoca que aumente la sequedad de la piel y, en el peor de los casos, se agraven los problemas ya existentes, por este motivo, la doctora Mayte Gutiérrez Salmerón, dermatóloga del Hospital Clínico Universitario de Granada, aconseja "extremar" los cuidados.

El frío vuelve la piel más seca, «por lo que hay que centrar los cuidados en hidratar la piel para combatir esta sequedad», señala la Dra. Mayte Gutiérrez, al tiempo que recuerda que, pese a tratarse del invierno, «no hay que olvidarse de la protección solar».

Gutiérrez Salmerón, que es vocal de la Academia Española de Dermatología (AEDV), explica que este problema puede afectar en mayor medida a las personas que tienen la piel seca de manera fisiológica o con problemas por una base patológica, como son las personas con una piel atópica.

Asimismo, recuerda que, «conforme va avanzando la edad, sobre todo en las mujeres tras la menopausia, la piel se vuelve mucho más seca». En estos casos, «la piel de la mujer pierde gran parte de su componente hídrico y se seca mucho más, por tanto la mujeres posmenopáusicas deben tener mucho más cuidado en hidratarse».

Por tanto, hay que elegir una buena crema hidratante y para ello deben llevar componentes «humectantes», que atraigan el agua dentro de la piel, como la glicerina, propilén-glicol, urea, lactato sódico, etcétera; y componentes con efecto oclusivo, que sirven de barrera, para impedir la pérdida de agua epidérmica, como son la lanolina, silicona y sus derivados, etcétera.

En cuanto a cuándo hay que empezar a extremar los cuidados, explica que lo aconsejable para tener la piel a punto durante el invierno es empezar a finales del otoño a utilizar productos hidratantes.

Cambio de hábitos

A las mujeres que quieren disminuir las arrugas superficiales que «aumentan» con las bajas temperaturas, aconseja emplear cosméticos que contengan hidroxiácidos, retinol y/o vitamina C. «La sequedad acentuada va a hacer que las arrugas se noten más, y cuando pase el invierno aumentarán de no hidratar bien la piel», añade.

Asimismo, esta experta aconseja añadir a la dieta complementos orales con vitaminas antioxidantes del grupo A, B, C y E, que, aunque no reviertan el envejecimiento, sí mejoran su apariencia. «Al organismo no le da tiempo a eliminar los radicales libres, por lo que tenemos que alimentarnos con sustancias que nos ayuden a eliminarlo», afirma.

Además se debe evitar en lo posible los cambios bruscos de temperatura, es decir pasar de un ambiente caldeado por la calefacción al aire libre, con temperaturas muy bajas, pues ello aumenta la posibilidad de aparición de vasos dilatados con rojeces inestéticas.

Al respecto, pone especial atención a la piel de la cara, que es quizá a la que puede afectar en mayor medida este problema. Así, señala que «hay que tener en cuenta que los vasos sanguíneos faciales, cuando entramos en un ambiente muy frío se contraen y con el calor se dilatan, esto para una persona sin problemas puede no tener grandes problemas, pero si se tienen problemas dermatológicos puede favorecer que se queden permanentemente dilatados».

Finalmente, indica que durante todo el año, para mantener un buen estado de la piel, hay que disminuir la ingestión de alcohol y el consumo de tabaco pues, junto con el frío, disminuyen la vascularización cutánea con lo que aumentan las rojeces y la deshidratación.

«Es importante saber que el alcohol y el tabaco cada vez está más probado que influye mucho en la aparición de arrugas, aumenta la sequedad cutánea y, al mismo tiempo, favorece la aparición de rojeces y rosaceas, por lo tanto, sería necesario limitar su consumo para mejorar el aspecto de la piel», concluye.