15Jun. 04
Al igual que en la mayoría de países desarrollados, el 15 por ciento de las parejas en edad reproductiva en España tienen algún tipo de problema de fertilidad. Esto supone entre 600.000 y 800.000 parejas afectadas. Pero, en opinión del doctor Ernesto Bosch Aparicio de la Unidad de Reproducción del Instituto Valenciano de Infertilidad, hay muchos motivos para no perder la esperanza.
P regunta: ¿Qué diferencia existe entre infertilidad y esterilidad?
Respuesta: La diferencia es simplemente a nivel de vocabulario. Utilizamos esterilidad para definir aquellas parejas que tienen problemas para concebir (para quedarse embarazada) y usamos el término infertilidad para describir aquellas parejas que, si bien no tienen problemas para quedar embarazada, esos embarazos terminan en abortos (son parejas que no tienen hijos pero que han podido quedar embarazada). Lo que ocurre es que como en inglés se utiliza el término infertility para definir ambas situaciones, aquí cada vez se está imponiendo más el término infertilidad, como ocurre en el inglés.
P: ¿Cuánto tiempo se considera aceptable entre el deseo de concepción y comenzar a preocuparse por si hubiese alguna causa de infertilidad?
R: Lo normal es considerar un periodo de un año. Cuando una pareja lleva un año sin poner medios para evitar la gestación y el embarazo no llega es cuando ya pasamos a definir a esa pareja como estéril o infértil. En el caso de las mujeres mayores de 35 años se aconseja consultar con un experto trascurridos los primeros seis meses si no ha llegado la gestación.
P: ¿Cuáles son las posibles causas de infertilidad?
R: Hoy en día se pueden dividir las causas en: un tercio de causa masculina, un tercio de causa femenina y un tercio de causa mixta. La infertilidad masculina viene originada principalmente por disminución de la concentración espermática o por disminución de la movilidad de los espermatozoides por debajo de parámetros normales. En cuanto a la mujer, las etiologías son más variadas. Cada vez más la causa es exclusivamente de edad (sin tener otro problema, sólo por el hecho de buscar gestación en edades más avanzadas de los 35 y, sobre todo, a partir de los 38). Luego están las clásicas etiologías de problemas de ovulación, problemas a nivel de las trompas, patología ovárica (como puede ser la endometriosis), etc.
P: ¿Hay solución para todas estas causas?
R: En la actualidad prácticamente todas las causas de infertilidad tienen solución. Evidentemente puede ser una solución más sencilla o más compleja dependiendo del tipo de problema. Pero, hoy por hoy, toda mujer que tenga su útero puede lograr la gestación, aunque haya perdido los ovarios en una intervención o resulte que su función ovárica está eliminada por la edad, etc.
P: ¿Afecta la infertilidad a muchas parejas?
R: En España, al igual que en la mayoría de países desarrollados, el 15 por ciento de las parejas en edad reproductiva tienen algún tipo de problema de fertilidad, y eso en España supone entre 600.000 y 800.000 parejas.
P: ¿Se ha detectado en los últimos años una disminución de la fertilidad?
R: No, lo que ha ocurrido es que ahora se detectan más los problemas de infertilidad. Hace años una consulta de infertilidad era algo extraordinario, en cambio, hoy día la gente tiene mucha más información y sabe que existen técnicas y tratamientos para solucionar ese problema. Lo que sí es verdad es que hay más demanda de tratamientos, acompañada de una mayor información de la gente. Probablemente antes también existía ese mismo grado de infertilidad pero no se detectaba. También es cierto que lo que sí ha aumentado mucho es el retraso en la edad para buscar gestación y eso sí ha aumentado la proporción de parejas infértiles.
P: ¿Cuáles son las pruebas que se realizan en la primera visita?
R: Lo primero es hacer una exploración ginecológica normal (ecografía, citología, etc). A partir de ahí, como exploraciones más específicas, aconsejamos en el varón un espermiograma (un análisis de semen), cuantificar los espermatozoides, el porcentaje que son móviles, etc. En la mujer aconsejamos el estudio de las trompas, ver si existe o no permeabilidad tubárica (se hace con una radiografía de contraste) y un estudio hormonal que permita evaluar la función ovárica. Generalmente con esas tres o cuatro exploraciones ya es posible enfocar el diagnóstico y el tratamiento.
P: ¿Qué tratamientos existen en la actualidad para tratar la infertilidad y qué diferencias existen entre estas técnicas?
R: Desde las técnicas más sencillas (para mujeres que simplemente tengan problemas para ovular), el tratamiento de inducción de la ovulación y luego indicar lo que se llama coito programado, es decir, indicar a la pareja los días que debe tener relaciones sexuales. Esto sería lo más sencillo. Luego ya entrando en las técnicas de reproducción asistida, los procesos más sencillos serían inseminación artificial (para alteraciones del semen leves o problemas de ovulación leves) y a partir de ahí ir subiendo en complejidad: técnicas de fecundación in vitro (que pueden emplearse para pacientes con patología tubárica, para esterilidad masculina severa) o incluso técnicas de donación de óvulos cuando se trata de un problema de edad, de menopausia, etc. Incluso en enfermedades de origen genético hoy en día existen técnicas de diagnóstico genético a nivel embrionario que, como técnicas más recientes o más sofisticadas, también se están empezando a emplear.
P: ¿Cuál es el riesgo de embarazos múltiples con las técnicas de reproducción asistida?
R: Eso depende mucho de cada centro. En España tenemos el dudoso privilegio de ser el país a la cabeza en cuanto a embarazos múltiples, pero podemos cifrar aproximadamente un 25-30 por ciento de gestaciones obtenidas mediante reproducción asistida que son múltiples (considerando el embarazo gemelar como múltiple). En el caso del embarazo multifetal (3 o más) ha disminuido a un cuatro por ciento (es decir, el cuatro por ciento de las gestaciones son multifetales).
P: ¿Recomienda el apoyo psicológico a todas las parejas que se estén tratando o sólo en casos especiales?
R: La mayoría de parejas, de entrada, no lo necesitan. Pero parejas en las que los tratamientos hayan fallado varias veces y hayan tenido que pasar a otros más complejos, etc; ahí sí que es habitual que las pacientes puedan requerir el apoyo psicológico, ya que se van desgastando psicológicamente. Generalmente cuando la paciente consulta por primera vez está preocupada, pero cuando tú les consigues averiguar cuál es el problema y cuáles son los tratamientos, ahí se recupera, se ilusiona,.. Pero si los tratamientos van fallando y ven que se le están cerrando las puertas, pues entonces sí que hay necesidad de un compromiso también psicológico.
P: ¿En qué casos se requiere donación de ovocitos?
R: La donación de ovocitos se requiere cuando la mujer ya no tiene óvulos o cuando los óvulos que tiene ya no son de calidad suficiente como para lograr embriones que sean viables. Esto va generalmente acompañado por la edad. En pacientes mayores de 40 años lo más frecuente es requerir la donación de óvulos. Hay pacientes cuyo problema es que tienen fallos ováricos precoces, es decir, menopausia de aparición precoz (a los 30-32 años), en las que también su única opción es la donación de óvulos. Y también otros casos más especiales son pacientes que, aunque sí tengan su función ovárica mantenida, los óvulos que producen no son buenos.
P: ¿En qué consiste el Diagnóstico Genético Preimplantacional y cuándo se recomienda?
R: El Diagnóstico Genético Preimplantacional consiste en el estudio cromosómico (genético) de los embriones antes de transferirlos al útero, antes de que implanten. Fundamentalmente se utiliza en pacientes con aborto de repetición, en pacientes infértiles, mujeres que se quedan embarazadas pero abortan en las cuales se hayan descartado ya otras causas de aborto de origen materno o de origen paterno. En estas pacientes se busca en el embrión problemas genéticos que puedan estar motivando esos abortos. Esta sería una de las indicaciones fundamentales. Hoy por hoy hemos empezado a aplicarlo también en el diagnóstico de algunas enfermedades en las que se conoce cuál es el defecto genético que tienen, como en el caso de la fibrosis quística o distofrias musculares, que tienen un defecto genético muy concreto y que es identificable en el embrión. Esto permite que en esas pacientes puedan estudiarse una serie de embriones generados por Fecundación in Vitro con el objeto de identificar aquellos que están afectados de los que no, para transferir únicamente aquellos embriones que estén sanos. También es aplicable en pacientes con fallo de implantación, en pacientes que tienen fallos repetidos en Fecundación in Vitro. Hemos visto que el análisis genético de los embriones mejora los resultados en estos casos. O pacientes de edad (a partir de 38-40 años) que mantengan su función ovárica y en los cuales pueda ser posible un embarazo con ovocitos suyos, no ovocitos donados. En estos casos también sabemos que por edad hay una mayor proporción de alteraciones genéticas y por lo tanto se indicaría ahí.
P: Respecto a la Fecundación in Vitro, ¿hasta que edad es recomendable realizarla?
R: Nosotros con ovocitos propios, mientras la paciente tenga su función ovárica, que puede ser entre los 40 y los 45 años (por encima de los 45 es excepcional que una mujer mantenga su función ovárica y entre los 42-45 va a estar muy afectada), no es ningún problema, siempre y cuando sea una mujer sana que no tenga ningún otro problema de salud y utilizando la donación de óvulos. Aunque la ley española no tiene un límite máximo, nosotros sí que lo desaconsejamos en mujeres mayores de 50 años.
P: ¿Cuáles son los cambios que se han producido con la última Ley de reproducción asistida y cuáles se están debatiendo actualmente?
R: El cambio fundamental es la limitación del número de ovocitos que pueden fecundarse con las técnicas de Fecundación in Vitro. Antes no había ninguna limitación a este respecto, y la nueva legislación limita a tres el número de ovocitos que se fecunden. Pero la Ley mantiene abierta la puerta de que si una paciente tiene un tipo de patología que al aplicar ese protocolo puede disminuir significativamente sus posibilidades de gestación, en esos casos es decisión del facultativo considerar ese caso como una excepción a esa cláusula. En la nueva Ley también se limita el número de embriones a transferir a tres, lo cual se estaba haciendo en la mayoría de los centros, pero es algo lógico para evitar en la medida de lo posible los embarazos múltiples. Esto último es algo que ya está fuera de debate, en lo que todo el mundo está de acuerdo. En cambio, el aspecto de fecundar sólo tres ovocitos está siendo mucho más debatido porque son muchas las pacientes que eso les puede hacer disminuir sus posibilidades de embarazo.
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