La DMAE es una enfermedad degenerativa de la retina que provoca la pérdida de la visión central, responsable de la visión de detalle de las imágenes, y sólo mantiene intacta la visión periférica. Esta enfermedad se acostumbra a presentar en gente mayor y es la causa más importante de ceguera legal en España entre los mayores de 50 años.
Al ver dañada su visión al detalle, los pacientes con esta enfermedad quedan incapacitados para llevar a cabo actividades como leer, ver la televisión, conducir o, por ejemplo, hacer punto y coser. Todas estas son tareas que las personas mayores realizan para distraerse y que son fundamentales para mantener su calidad de vida. Precisamente para que los pacientes no pierdan su calidad de vida y, en algunos casos para evitar que pierdan totalmente la visión, se ha organizado esta segunda campaña de sensibilización.
La Sociedad Española de Oftalmología, la Sociedad Española de Retina y Vítreo y la Fundación Salud, Innovación y Sociedad son las entidades que han puesto en marcha la iniciativa. Según el profesor Alfredo Domínguez, presidente de la primera, también es un objetivo primordial del proyecto «llamar la atención sobre la importancia del diagnóstico precoz de la DMAE debido a que es una patología con una rápida evolución». Muchos pacientes pueden percibirla cuando ya está presente en los dos ojos y es más difícil de tratar.
Problema sociosanitario
Actualmente en España se estima que 750.000 personas padecen DMAE. Esta patología se puede dar en dos formas, la seca o atrófica, que es más frecuente pero menos grave, y la húmeda o neovascular, con una evolución muy rápida hacia la ceguera y que afecta, en este momento, al 20 por ciento de los pacientes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), como consecuencia del incremento de la longevidad de las sociedades industrializadas, durante las próximas décadas esta enfermedad triplicará su prevalencia. Por ello y por la incapacidad que genera esta patología, la OMS prevé que se convierta en uno de los problemas sociosanitarios más importantes del siglo XXI.
Algunos de los síntomas que pueden alertar al posible afectado sobre la DMAE son la lenta y progresiva pérdida de la visión, la pérdida brusca de la agudeza visual o la aparición de ciertas alteraciones visuales. Un ejemplo del último caso sería la deformación de las imágenes, que se manifiesta en desviaciones o requiebros en los cuadros u otras líneas rectas de la casa. Además, puede manifestarse visión borrosa central que suele hacer difícil distinguir detalles como los del rostro de una persona. Ante síntomas como estos lo recomendable es acudir al médico.
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