Entre un 30 y un 40 por ciento de todas las infecciones por Staphylococcus Aureus están producidas por SARM

Con el fin de revisar los principales problemas patogénicos, epidemiológicos, clínicos, terapéuticos y de prevención de la infección provocada por Staphylococcus aureus, se ha elaborado un libro y un documento de consenso según las directrices de SEIMC.

Staphylococcus aureus está considerado uno de los grandes responsables de la enfermedad infecciosa en el ser humano, y con los años ha mantenido una importante morbimortalidad, a pesar de la aparición de numerosos antibióticos frente a dicho microorganismo. Se trata de una bacteria que ocasiona enfermedad a través de diferentes mecanismos patogénicos, responsable tanto de la infección adquirida en la comunidad como en el hospital.

Durante estos últimos años, se han incrementado de forma notable las infecciones estafilocócicas, en particular las producidas por estafilococos resistentes a la meticilina. Una publicación reciente del Center for Disease Control and Prevention (CDC) estimaba que en EE.UU., en el año 2005, se habían producido un total de 94.360 infecciones invasivas por SARM. En España, los datos son muy relevantes, ya que entre un 30 y un 40% de todas las infecciones por Staphylococcus aureus están producidas por microorganismos resistentes a la meticilina (SARM).

Las infecciones graves producidas por SARM como la endocarditis, bacteriemia o neumonía, suelen estar asociadas a una infección adquirida en el hospital. Sin embargo, en estos últimos años, se ha observado un incremento progresivo de infecciones producidas por SARM, que afectan a la población sana y sin contacto previo con el entorno sanitario. Estas infecciones provocadas por un SARM calificado comunitario pueden provocar diversos síndromes clínicos, los más comunes con afectación de la piel y las partes blandas.

Libro sobre infecciones estafilocócicas

En definitiva, la infección estafilocócica sigue siendo uno de los grandes problemas sanitarios, con un buen número de aspectos sólo parcialmente resueltos.

Por todas estas razones, «nos ha parecido un momento muy oportuno para proponer a una serie de profesionales españoles, expertos en este tipo de infecciones, que participen en la elaboración de este libro», explica el Dr. Albert Pahissa, Jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas, Hospital Vall d»Hebron, Barcelona y coordinador del libro.

En este libro se efectúa una profunda revisión de los principales problemas patogénicos, epidemiológicos, clínicos, terapéuticos y de prevención de la infección provocada por Staphylococcus aureus. Asimismo, «hemos considerado interesante incluir un capítulo que haga referencia a los diferentes modelos animales para poder estudiar in vivo los principales síndromes clínicos provocados por esta bacteria», apunta el Dr. Pahissa.

Se trata de una obra que se centra en el problema actual que representa la infección provocada por Staphylococcus aureus, y pretende «servir de suplemento educacional, aportando a los profesionales de la sanidad una herramienta útil para desempeñar su trabajo diario», concluye el especialista.

Documento de Consenso sobre el Tratamiento de la Bacteriemia y la Endocarditis causada por Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM)

El incremento en la incidencia de bacteriemia y endocarditis por SARM está en relación con el uso creciente de catéteres y la realización de manipulaciones vasculares. Los antibióticos glucopéptidos han sido los fármacos de referencia para el tratamiento de estas infecciones, pero desgraciadamente, su actividad no es del todo satisfactoria, especialmente frente a cepas de SARM con sensibilidad reducida a la vancomicina. La aparición de otros antibióticos, como el linezolid y la daptomicina, y en el futuro de otros compuestos, como la dalvabancina, el ceftobiprole o la telavancina, pueden cambiar las expectativas en este campo.

En este sentido, el principal objetivo de este documento de consenso era «elaborar una serie de recomendaciones para mejorar el tratamiento de la bacteriemia y de la endocarditis por SARM, a partir de las últimas evidencias científicas publicadas», comenta el Dr. Francisco Gudiol, Jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas, Hospital de Bellvitge, Barcelona y uno de los coordinadores del documento.

En este documento de consenso se analiza específicamente la actuación frente a 3 situaciones clínicas: la bacteriemia de catéter, la bacteriemia persistente y la endocarditis infecciosa (EI) por SARM.

El documento se ha elaborado siguiendo las normativas de elaboración de los documentos de consenso SEIMC (http://www.seimc.org). «Todos los expertos son socios de la SEIMC y sus recomendaciones se graduaron según los grados de evidencia. Además, los autores y los coordinadores han consensuado el contenido y las conclusiones del documento», señala el Dr. Gudiol.

Otros datos sobre prevalencia del SARM

La infección por Staphylococcusaureus resistente a la meticilina (SARM) se ha diseminado de forma epidémica. Según datos del estudio EPINE (Estudio de Prevalencia de Infecciones Nosocomiales en Hospitales Españoles), S. aureus ocupa el tercer lugar en orden de frecuencia entre los microorganismos aislados en episodios de bacteriemia, y se ha observado un aumento progresivo de las cepas de SARM. «Es posible que el problema se incremente, como está sucediendo en Estados Unidos, cuando nuevas cepas de SARM comunitarias infecten a pacientes hospitalizados, produciendo así una inversión del flujo tradicional de la infección desde la comunidad al hospital, y no a la inversa, como suele ocurrir con otros microorganismos», explica el Dr. Gudiol.

Estrategias de prevención

Para abordar la prevención de las infecciones por Staphylococcus aureus, es necesario aplicar una serie de medidas y recomendaciones de prevención en las Infecciones Asociadas a Cuidados Sanitarios (IACS):

Recomendaciones

-Higiene de manos:Después de contacto con sangre, fluidos corporales, secreciones, excreciones y elementos contaminados. Antes y después de usar guantes. Antes y después de atender a cada paciente.

-Guantes: Para contacto con sangre, fluidos corporales, secreciones, excreciones y elementos contaminados. Para contacto con mucosas y piel no intacta.

-Bata: Cuando se prevé contacto de ropa o piel con sangre, fluidos corporales, secreciones o excreciones.

-Mascarilla: Durante cuidados que puedan producir salpicaduras o difusión de sangre, fluidos corporales o secreciones.

-Equipo y material: Cuando esté contaminado transportar previniendo la contaminación del entorno, realizar higiene de manos y usar guantes.

-Ambiente: Limpiar y desinfectar de forma rutinaria las superficies, especialmente las de las áreas de atención al paciente que son tocadas con frecuencia.

-Ropa sucia: Transportar previniendo la contaminación por microorganismos del entorno.

-Material punzo-cortante: No poner de nuevo el capuchón, ni romper ni manejar con las manos agujas usadas. Emplear dispositivos de bioseguridad cuando estén disponibles. Utilizar contenedores específicos.

-Ubicación del paciente: Priorizar habitación individual para los pacientes con riesgo elevado de transmisión, facilidad para contaminar el ambiente, incapaces de mantener una higiene apropiada, o con riesgo incrementado de adquirir infecciones.

-Higiene respiratoria: Instruir a los pacientes sintomáticos (tos, estornudos) para cubrirse la boca. Higiene de manos tras contacto con secreciones respiratorias. Llevar mascarilla quirúrgica o mantener una separación mínima de un metro.