05May. 05
Más de 40 países de todo el mundo han aprobado el uso de Femara para el tratamiento adyuvante de continuación al cáncer de mama. A Estados Unidos, Reino Unido, Suiza o Alemania se ha unido la autorización española, basada, como el resto de países, en los resultados del estudio MA-17, donde Femara ha demostrado ser superior a tamoxifeno, tanto en la primera línea metastásica como en el tratamiento adyuvante a cinco años.
Un tercio de mujeres con receptores de estrógenos positivos y que padecen cáncer de mama experimentan una recaída, la mayor parte de las cuales es a los cinco años siguientes a la intervención quirúrgica, recuerda la doctora Noemí Espurz de la sección de Oncología de Novartis. Hasta el momento, el único fármaco que se utilizaba después de la opción quirúrgica era tamoxifeno. Sin embargo, si se utilizaba más de cinco años, tamoxifeno implicaba más riesgos que ventajas para la mujer, advierte el doctor Pere Gascón, Director del Servicio de Oncología Médica y coordinador científico del Instituto de Enfermedades Hemato-Oncológicas (ICMHO) del Hospital Clínico de Barcelona. Así, el tromboembolismo y el cáncer de endometrio son dos de los riesgos posibles derivados del tratamiento prolongado con este medicamento, «inconvenientes que se eliminan por completo con Femara», subraya el especialista.
El estudio MA-17 ha supuesto la clave para aprobar Femara en la mayoría de países. La investigación ha sido desarrollada por el National Cancer Institute of Canada Clinical Trial Group, de la Universidad de Kingston, Ontario y han participado 5.100 mujeres posmenopáusicas. La investigación, publicada en el New England Journal of Medicine , ha demostrado que Femara reduce en un 42 por ciento el riesgo de recurrencia de la enfermedad. Además, los científicos han podido comprobar que también disminuye la posibilidad de metástasis a distancia en un 40 por ciento. Otro de los indicadores decisivos ha sido que el fármaco ha conseguido mejorar la supervivencia global en un 39 por ciento en pacientes con ganglios positivos.
Próximas vías de investigación
«El siguiente paso es centrarnos en la terapia adyuvante temprana», anuncia la doctora Espurz. Actualmente la investigación se centra en los inhibidores de la aromatasa, con el objetivo de averiguar cuál es la secuencia de tratamiento más óptima para los primeros cinco años de tratamiento. «Es la respuesta que pretende conseguir el ensayo Breast International Group (BIG 1-98)», afirma la doctora. En este sentido, «la investigación avanza muy deprisa y en los próximos años sabremos cual es la mejor opción», concluye la especialista.
Pese a que los estudios han demostrado más beneficios que tamoxifeno, Femara cuenta también con algunas contraindicaciones. «Debemos tener precaución con aquellas pacientes con osteoporosis severa, ya que los inhibidores de la aromatasa pueden incrementar la mala densidad ósea», advierte la doctora Espurz. En investigaciones clínicas se ha observado una mayor incidencia de osteoporosis y fracturas óseas con Femara que en pacientes a los que se había administrado placebo. Así mismo, se observaron más sofocos, náuseas y fatiga con este fármaco, aunque sólo en el primer año de tratamiento.
Actualmente Femara ya se comercializa en más de 80 países de todo el mundo aunque no todas las indicaciones están disponibles en todos los países. Las recomendaciones de uso serán desarrolladas con más investigaciones científicas por parte de expertos oncólogos de Europa y América del Norte, y serán publicadas en el Journal of Clinical Oncology en el verano de 2005.
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