02Nov. 01
Un estudio publicado en Archives of Ophthalmology concluye que un suplemento de vitaminas y antioxidantes puede tener un gran efecto protector en la prevención de la degeneración macular asociada a la edad, un tipo de ceguera común en la tercera edad.
Los beneficios de los suplementos vitamínicos en la vista se habían sugerido en otras investigaciones, pero el AREDS (Age-Related Eye Disease Study) elaborado por el National Eye Institute norteamericano es el primero que aporta datos científicos.
Este estudio randomizado ha comprobado que la administración de un suplemento con altas dosis de vitaminas C y E, beta-caroteno y zinc, reduce el riesgo de padecer degeneración macular asociada a la edad (DMAE) en un 25 por ciento y en un 20 por ciento el riesgo de ceguera por esta causa. El estudio se ha llevado a cabo durante seis años en más de 3.600 pacientes de edades entre los 55 y los 80 años.
La DMA es la primera causa de impedimento visual y de ceguera en los Estados Unidos en las personas de más de 65 años. De momento, no se conocían tratamientos que retrasaran o previnieran su avance. La fotocoagulación por láser y la terapia fotodinámica reducían el riesgo de pérdida de visión moderada o severa en algunas personas con la forma neovascular de la enfermedad. Otras intervenciones médicas y quirúrgicas se están ensayando, sin que hayan podido demostrar su eficacia en un largo estudio clínico randomizado.
El AREDS, según sus autores, «demuestra que el tratamiento sólo con zinc o en combinación con antioxidantes, reduce el riesgo de progresión de la degeneración macular antes de que llegue a estadio avanzado» en algunos pacientes.
La DMAE en España
Cada año hay medio millón de casos nuevos de DMAE en el mundo. En España 300.000 personas sufren Degeneración Macular Asociada a la Edad. Según los expertos, si no se encuentran tratamientos que prevengan o retrasen su aparición, la cifra se triplicará en los próximos veinticinco años.
La neovascularización coroidea es un cuadro clínico caracterizado por la aparición de una malla de vasos anormales, que crecen debajo de la retina. Este tejido fibrovascular afecta a la mácula, zona central de la retina. Como la pared de estos vasos es permeable, se produce un acumulo de líquido y de sangre en el espacio subretiniano, creando una barrera que separa las células encargadas de la visión de la capa encargada de nutrirlas, con su consiguiente deterioro.
© 2024 Medicina Television S.A Spain