26Mar. 04
Los resultados en trasplante renal son cada vez mejores, sin embargo la alta prevalencia de factores de riesgo cardiovascular, como diabetes mellitus, hipertensión arterial y dislipemia en los pacientes trasplantados sigue provocando una mayor mortalidad entre estos pacientes si los comparamos con la población general.
Durante los últimos 20 años, el trasplante renal ha pasado a establecerse como indicación terapéutica de elección para muchos pacientes con insuficiencia renal crónica. Una mayor experiencia en el manejo del paciente, así como la introducción de nuevos inmunosupresores y esquemas de inmunosupresión, han permitido mejorar notablemente la supervivencia del paciente y del injerto.
Entre estos avances de tratamiento se cuenta la introducción de los inhibidores de la calcineurina (ICN), que han mejorado los resultados del trasplante en términos de supervivencia, pero que como contrapartida se asocian al desarrollo de diabetes. Cabe destacar que la diabetes mellitus postrasplante (DMPT) puede llegar a incrementar hasta un 66 por ciento el riesgo de muerte y un 46 por ciento el riesgo de pérdida del injerto. Asimismo, parece probable que la hiperglucemia en el postrasplante supone un riesgo a largo plazo de complicaciones microvasculares (retinopatía, neuropatía y nefropatía) y macrovasculares (infarto de miocardio, ictus, enfermedad coronaria y enfermedad vascular periférica).
No obstante, diversos estudios han sugerido que la incidencia y prevalencia de DMPT varía con el tipo de régimen inmunosupresor y que es más común con tacrolimus que con ciclosporina. En este sentido, el estudio INMUNO, un estudio monocéntrico prospectivo, realizado en el Hospital Universitario de Canarias, ha valorado la eficacia y seguridad de tres pautas inmunosupresoras distintas basadas en ciclosporina y tacrolimus, encontrando que la eficacia, en términos de incidencia de rechazo agudo, es similar don dosis bajas y altas de ICN. Asimismo ha demostrado que, a pesar de utilizar dosis bajas de tacrolimus, la aparición de DMPT es superior en el régimen con este fármaco que con el uso de ciclosporina, si bien este último parece producir más dislipemia.
Según el doctor Domingo Hernández, investigador principal del estudio, «las evidencias indican que, además de la minimización de las dosis del agente inmunosupresor y la limitación de la dosis y duración de los corticosteroides, la elección de ciclosporina y no de tacrolimus reduce, al menos en trasplantados renales, el riesgo de desarrollar diabetes mellitus postrasplante».
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