16Oct. 06
La coalición mundial "Optimize", formada por expertos en diabetes de Europa, Latinoamérica, Asia, EEUU, Canadá y Australia, hace una llamada de atención sobre la ausencia de control de los pacientes. Según estos expertos se debe mejorar el manejo de esta enfermedad, aumentar la aceptación de la insulina, comunicando su uso como una alternativa de tratamiento óptima y reducir el incremento constante del impacto de esta enfermedad, tanto a nivel económico como humano.
Un documento de consenso realizado por 25 de los más prestigiosos expertos en diabetes de 16 países hace una llamada de atención sobre la urgente necesidad de mejorar de manera drástica el manejo de la diabetes. Ante el creciente impacto de esta enfermedad a nivel mundial, los expertos abordan esta situación que se está convirtiendo en una epidemia creciente a nivel mundial, lo que está teniendo un impacto significativo sobre los presupuestos sanitarios y que amenaza con reducir las expectativas de vida.
La coalición Optimize ha sido formada con el objetivo de discutir la forma de abordar este preocupante problema, después de conocer los resultados de un importante estudio a nivel mundial, el Optimizing Control in Diabetes (OPTIMIZE) Survey , realizado con casi 1.500 personas con diabetes tipo 2, en siete países. Estas personas fueron preguntadas sobre su actitud sobre el manejo de la diabetes y sus resultados han llevado a la conclusión de que existen importantes barreras que impiden alcanzar el control óptimo de los niveles de azúcar en sangre.
«La diabetes es una enfermedad progresiva y casi todos los pacientes con diabetes tipo 2 que están controlando su enfermedad a través de dieta, ejercicio y terapias orales acaban por necesitar insulina, el tratamiento que asegura un mejor manejo», explica el profesor Cefalu, del Centro de Investigación Biomédica Pennington (Baton Rouge, Luisiana, EEUU). «Sin embargo, un tratamiento sólo tiene éxito si los pacientes quieren utilizarlo», añade. Recientes estudios clínicos demuestran que la mitad de los pacientes que no controlan suficientemente bien su enfermedad con la terapia oral retrasan, de cuatro a seis años, el inicio de la terapia insulínica. «Incluso los pacientes que sufren de complicaciones graves como neuropatía o retinopatía causadas por un mal control de la diabetes están retrasando el uso de insulina», matiza.
El estudio OPTIMIZE, que evalúa las actitudes del paciente respecto al tratamiento de la diabetes, confirma estos datos y pone de manifiesto la existencia de serios problemas en relación a la aceptación del tratamiento con insulina que debe ser abordado.
El profesor Cefalu añade que esta situación «nos ha impulsado a mis colegas y a mi a formar una coalición desde la que hemos desarrollado un consenso, el cual esperamos sirva para aumentar el conocimiento del problema y lleve a los pacientes y profesionales de la salud a adherirse al tratamiento tan pronto como sea necesario».
Una llamada para actuar
El consenso Optimize propone una serie de acciones clave para superar las barreras que impiden un correcto control de los niveles de glucosa en sangre y que incluyen:
Crear un marco receptivo
· La concienciación pública y el papel del paciente deben ser mejorados.
· Los profesionales de la salud deben recibir una mejor formación sobre la insulina y sobre las barreras del tratamiento para comunicar a los pacientes, de manera adecuada, la importancia de un control óptimo de los niveles de azúcar.
· Los legisladores deben entender cuáles son los costes realmente importantes de la diabetes.
Comunicar la importancia de conseguir los objetivos
· Mejorar el conocimiento de los pacientes sobre el hecho de que la insulina puede ser necesaria debido a la naturaleza de la propia diabetes, tema que debe ser planteado cuanto antes mejor.
· La terapia con insulina debe iniciarse en el momento adecuado y sin retrasos.
· Es importante tener en cuenta las preferencias de los pacientes en todas las decisiones terapéuticas para animarlos a realizar un autocontrol adecuado.
El potencial de las terapias de insulina no-inyectable
· Encontrar vías para aumentar la aceptación por parte de los pacientes de los tratamientos con insulina ayudará a alcanzar los niveles adecuados de azúcar en sangre. Las nuevas opciones de tratamiento, como la insulina inhalada, podrían ofrecer unos mejores resultados al ser mejor aceptados por los pacientes.
Para el profesor Mathieu, de la Universidad de Leuven (Bélgica): «la insulina es el tratamiento disponible más efectivo para reducir el nivel de azúcar en sangre, pero no está siendo utilizado de forma eficaz. Desafortunadamente, pacientes con diabetes tipo 2 han aprendido a temer a la insulina en lugar de verla como una ayuda para mantener un control glucémico óptimo», comenta. «Este miedo ha sido generado por los propios profesionales de la salud que han utilizado la insulina como amenaza para promover el cumplimiento terapéutico durante las primeras etapas de la diabetes, cuando realmente la insulina es el mejor y más natural tratamiento para controlar los niveles de azúcar en sangre», precisa.
El consenso Optimize quiere hacer hincapié en el hecho de que el rechazo para iniciar o intensificar el tratamiento con insulina está a menudo relacionado con el uso de inyecciones. «Debemos intentar que estos miedos desaparezcan y mejorar el manejo de la diabetes, lo que incluye comunicar la necesidad de uso de insulina como una alternativa de tratamiento óptima para conseguir una mayor aceptación de la misma», agrega el profesor Mathieu, de la Universidad de Leuven (Bélgica).
La diabetes ha alcanzado niveles epidémicos: hay aproximadamente 230 millones de personas con diabetes en el mundo y, si no se toman medidas, esta cifra aumentará hasta los 350 millones en 2025. Grandes estudios clínicos han mostrado de forma inequívoca que el mal control del azúcar en sangre conduce a graves complicaciones asociadas como ceguera, amputaciones, problemas renales, ataque al corazón y daños neuropáticos. La diabetes constituye la cuarta causa de mortalidad en el mundo, aunque la mayor parte de los costes se destinan a tratar las complicaciones relacionadas con esta patología, que se estiman en 286.000 millones de dólares anuales.
El profesor Mathieu concluye afirmando que «el autocontrol por parte del paciente es crucial para conseguir un buen resultado del tratamiento». «Si un paciente es infeliz con su tratamiento es poco probable que se lo administre tal y como se le han prescrito, de manera que debemos intentar adecuar el régimen de insulina a las preferencias de cada paciente e intentar así mejorar los resultados», explica.
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