10Dic. 04
Recientemente se ha presentado un estudio sobre la percepción de este trastorno en personas de más de 65 años impulsado por la Sociedad Española del Dolor (SED) y patrocinado por el Instituto UPSA del Dolor, fundación del laboratorio Bristol-Myers-Squibb.
En el estudio Valoración socio-epidemiológica del paciente mayor de 65 años con dolor crónico no oncológico han participado 600 pacientes de unidades de dolor de 15 hospitales. Una de las principales conclusiones es el mal manejo en las consultas de atención primaria de este síntoma. Según el doctor Manuel J. Rodríguez, Presidente de la Sociedad Española del Dolor (SED) y Jefe de la Unidad del Dolor del Hospital Carlos Haya de Málaga, uno de los motivos de este mal manejo es la falta de formación por parte de los médicos de atención primaria y afirma que «hay que instar a las Administraciones a que se impliquen ya no sólo por el sufrimiento del enfermo sino por los costes que se derivan de un mal abordaje de este trastorno».
El presidente de la SED recuerda que el dolor crónico se puede tratar y, por lo tanto, las personas que lo padecen deben exigir un cuidado adecuado, «pero el problema es que la mayoría de los médicos no siempre maneja toda la información sobre los medicamentos disponibles». Como solución, este especialista propone mejorar la formación en el tratamiento del dolor de los especialistas y médicos de atención primaria. Y afirma que cualquier plan de mejora del control del dolor crónico debe pasar por los centros de salud, «ya que es ahí donde se trata al 83 por ciento de estos pacientes».
Abuso de los AINEs
Otra de las conclusiones es que se hace un uso abusivo de los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINES), que son prescritos en exceso. Según el doctor Rodríguez, «en procesos que no cursan con inflamación son más efectivos los analgésicos», aseveró. Además recomienda emplear los antiinflamatorios no esteroideos sólo en las patologías para las que están indicados y seguir la escala analgésica de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyo primer nivel de tratamiento incluye otros medicamentos como el paracetamol. Si el paciente no responde durante tres o cuatro semanas, sería necesario cambiar al siguiente escalón terapéutico, en el que se encuentran los opiáceos menores y la asociación de éstos con medicamentos como el paracetamol.
Asimismo, el doctor Carlos Barutell, Presidente electo de la SED afirmó que hasta un 88 por ciento de los pacientes del estudio tienen otras patologías asociadas (un 60,6 por ciento de los participantes era hipertenso, un 25 por ciento tenía el colesterol elevado y un 22 padecía diabetes). Todo ello obliga a ser muy riguroso con los fármacos que se prescriben ya que algunos interactúan entre sí.
Los pacientes tardan demasiado en recibir ayuda
Según este estudio un enfermo tarda una media de tres años y medio en llegar a una unidad especializada en dolor, un período de tiempo que los especialistas consideran excesivo. Lo ideal sería, según el doctor Barutell, que en atención primaria se tratara hasta el tercer escalón de dolor crónico que incluye los opiáceos potentes y derivarlos a una unidad de dolor si fracasan con esta medicación.
Además, como se desprende del estudio otra causa de este recaso es la aceptación del sufrimiento, que es especialmente alta en nuestra cultura y entre las personas de más edad. Otros datos extraídos son que el 68,8 por ciento de los pacientes con dolor crónico considera que su dolencia tiene una influencia alta o muy alta en su calidad de vida, llegando a afectar a su estado de salud. El 33 por ciento de estos enfermos reconoce que padece depresión y el casi un 19 por ciento recibe tratamiento psicológico. Por último, el estudio también pone de manifiesto que los enfermos con dolor crónico tienen que desplazarse una media de 25 kilómetros para ser atendidos en las unidades de dolor de los hospitales que disponen de ella.
© 2022 Medicina Television S.A Spain