16Jul. 08
En España se producen, cada año, 24.500 paradas cardiacas fuera de los hospitales y, por cada minuto que se retrasa la desfibrilación, las posibilidades de sobrevivir descienden un 10 por ciento.
La agrupación de farmacias masFarma, que preside José Enrique Hours y a la que pertenecen, hasta ahora, más de 600 farmacias de todo España, ha puesto en marcha un nuevo programa que, además de informar y formar a sus asociados en la prevención y respuesta asistencial ante paradas cardiacas, va a suponer la instalación, en una primera fase, de 25 equipos de desfibrilación en otras tantas farmacias situadas en diversos puntos estratégicos.
A través del programa Acceso público a la desfibrilación y, gracias a la colaboración del Grupo MC Electromedicina, las farmacias seleccionadas contarán con un Punto de Emergencia Cardiaca (PEC), que consiste en un espacio cardioprotegido que dispone de un desfibrilador semiautomático, una conexión telefónica directa con los servicios de urgencias 112 y 061 y también un profesional formado en el uso de la tecnología. Este proyecto cumple con todas las recomendaciones de los principales organismos internacionales: Europea Resuscitation Council (ERC), American Heart Association (AHA) y The Internacional Liaison Comiteé on Resuscitation (ILCOR).
Esta iniciativa contempla también la creación de unas bases para el entrenamiento reglado de los primeros intervinientes, no médicos, la adecuación del programa a las normativas de las comunidades autónomas, donde existan, y la integración de la farmacia en la cadena de socorro del servicio local de emergencias. Con todo ello, el presidente ejecutivo de masFarma, José Enrique Hours, señala que el objetivo consiste en «acortar los tiempos garantizando una respuesta inicial adecuada a la parada cardiaca en el entorno de las farmacias que tengan instalado el equipo».
En este sentido, el doctor Narciso Perales, jefe de la Unidad de Post- operatorio de Cirugía Cardiaca del Hospital 12 de Octubre de Madrid, explica que «en España se producen, cada año, 24.500 paradas fuera de los hospitales, ocasionando un número de muertes cinco veces superior a las que originan los accidentes de tráfico». «Por cada minuto que se retrase la desfibrilación, las posibilidades de supervivencia se reducen un 10 por ciento», añade.
Por otro lado, masFarma pretende fomentar la participación del profesional farmacéutico a través de la promoción de hábitos cardiosaludables y de su colaboración en la educación en resucitación pulmonar de la población. José Luis Gómez Encinas, formador del SUMMA 112, indica que «la utilización correcta de desfibriladores automáticos no resulta complicada si se realiza una instrucción». En el caso de los farmacéuticos -destaca- su papel puede ser fundamental, ya que son profesionales sanitarios integrados dentro del Sistema Nacional de Salud y conocen perfectamente el funcionamiento del modelo sanitario español.
Rapidez frente a paradas cardiacas
La incidencia de muerte súbita cardiaca en algunos países industrializados como EE. UU. es de uno por cada 1.000 habitantes y año. En España, según estimaciones no oficiales, se registran cada año más de 24.500 paradas cardiacas extrahospitalarias (PC). Hasta el 85 por ciento de estas paradas están ocasionadas por una fibrilación ventricular y más del 90 por ciento podrían revertirse si se realizara una desfibrilación en el primer minuto.
A pesar de disponerse de unas técnicas efectivas de resucitación, se calcula que menos del siete por ciento de las personas que sufren una parada cardiaca sobreviven. La gran mayoría de estos eventos están ocasionados por una alteración del ritmo que impide que el corazón se contraiga eficazmente, y cuyo único tratamiento eficaz es la desfibrilación. Las Sociedades científicas internacionales consideran que el tiempo entre la pérdida de conciencia y la desfibrilación debería ser menor de cinco minutos.
Por razones de costes, no es posible alcanzar estos tiempos con una respuesta únicamente medicalizada como la que proporcionan hoy en día nuestros servicios de emergencias. Sin embargo, sí puede lograrse complementando esta respuesta con el uso de los desfibriladores semiautomáticos (DESAs), equipos que «por su simplicidad pueden ser utilizados por cualquier ciudadano que haya recibido un breve y sencillo entrenamiento», argumenta Juan Carlos Herrero, vicepresidente del Grupo MC Medicina.
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