Fumar durante el embarazo puede aumentar el riesgo de sufrir leucemia infantil, según un estudio

Un equipo de investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona dirigidos por los doctores Josep Egozcue y Carme Fuster ha demostrado por primera vez que los productos cancerígenos del tabaco traspasan la placenta y afectan directamente el material genético del feto provocando lesiones relacionadas con diversos tipos de leucemia infantil.

El objetivo de este estudio era recrear el efecto del tabaco sobre las células del líquido amniótico. Para ello, los doctores Josep Egozcue, Carme Fuster, Rosa Ana de la Chica, Jesús Giraldo e Isabel Ribas analizaron si la exposición al tabaco afectaba a alguna región cromosómica en concreto. Los resultados se han publicado recientemente en la prestigiosa revista Journal of the American Medical Association (JAMA).

Según nos explica el doctor Josep Egozcue, director del estudio, «la primera parte del trabajo consistió en encontrar 25 mujeres que no fumases y que no estuviesen expuestas al humo del tabaco en el hogar o en trabajo». «Tampoco podían haber estado expuestas a mutágenos como las radiaciones y no debían consumir alcohol, café ni té». Para eso hicieron falta 400 entrevistas. En el otro grupo «se realizaron más de 100 entrevistas para encontrar a 25 mujeres que fumasen más de 10 cigarrillos al día y que llevasen más de 10 años fumando y continuasen fumando durante el embarazo». Aparte, se hicieron unas 800 entrevistas a mujeres que no se podían incluir en ninguno de los grupos.

Los investigadores descubrieron que el tabaquismo materno durante el embarazo está asociado con un incremento de las anormalidades cromosómicas en las células fetales y en concreto en una región cromosómica implicada en determinados tumores malignos de las células sanguíneas respecto con los fetos de madres no fumadoras. Sólo en los fetos de las madres fumadoras se detectó la presencia de lesiones en una región del cromosoma 11 (banda 11q23), en la que se encuentran diversos genes que pueden contribuir al desarrollo de leucemias durante la infancia. Esta región se vio afectada en un 40-70 por ciento de los lactantes en un 18 por ciento de los niños y en entre un tres y un siete por ciento de los adultos con leucemia linfocítica aguda o con leucemia mielomonocítica aguda.

En este sentido el doctor Egozcue expresó que «esta inestabilidad cromosómica como consecuencia del consumo de tabaco está relacionada con el mayor riesgo de leucemia infantil durante el primer año de vida, pero también con la mayor posibilidad de desarrollar otros tipos de cáncer a lo largo de su vida».

La segunda conclusión es que aunque una mujer deje de fumar cuando sabe que está embrazada su embrión ya ha estado expuesto a estos tóxicos durante un par de semanas que es el tiempo que suele transcurrir hasta que se confirma el embarazo. Por tanto, «aunque la madre deje de fumar esos productos siguen en su torrente circulatorio probablemente durante meses por lo que el riesgo para el feto también sería importante en estos casos», añadió.

Actualmente, el doctor Egozcue explicó que ya están pensado de proveer de un estudio epidemiológico para ver si hay grupos de población con mayor riesgo o no como resultado de lo que hemos visto en este estudio.

Para finalizar, el doctor Egozcue quiso lanzar un mensaje tranquilizador a las mujeres fumadoras para que «no se angustien porque lo que ha demostrado el estudio es un mayor riesgo de padecer leucemia infantil», pero no que la vayan a padecer son seguridad. «Lo mejor que puede hacer una mujer que piense tener hijos en algún momento de su vida es no fumar nunca, por su propia salud y por la salud de su hijo».