Alrededor de 900.000 españoles padecen hepatitis C, una de las enfermedades víricas más frecuentes junto con los otros tipos de hepatitis (A y B). Por tercer año consecutivo, y primero con el aval de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se ha celebrado el Día Mundial de las Hepatitis.
En España, se ha realizado una jornada de concienciación organizada por la Asociación Española de Enfermos de Hepatitis C que contó con la colaboración de diversas instituciones: el Ministerio de Sanidad y Consumo, la Asociación Española para el Estudio del Hígado, la Consellería de Sanitat de la Comunidad Valenciana, la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, la Asociación Europea de Pacientes Hepáticos, el Colegios Oficial de Psicólogos y Roche Farma, entre otros.
Según explicó el Dr. Manuel Romero, Jefe del Servicio de Digestivo del Hospital de Valme de Sevilla, que participó con la conferencia «Hepatitis C: Epidemiología, Diagnóstico y Tratamiento actual», «es importante transmitir a la sociedad la importancia de diagnosticar la hepatitis C, por un lado por ser la principal causa de enfermedad hepática y, por otro, porque se puede curar, aspecto muy importante que no se da en otras enfermedades crónicas como la diabetes, la artritis o el sida». En opinión de este experto «aún persiste la idea de que la enfermedad no se cura, que sólo se ralentiza su avance».
«La hepatitis C es un problema de salud pública mundial, en la que se han hecho avances espectaculares en los últimos 15 años, aunque siguen sin resolverse varios aspectos, como el hecho de que se sigan produciendo nuevos casos de hepatitis C, de que [un gran número de infectados por hepatitis desconoce que es portador](https://www.medicinatv.com/reportajes/hepatitis-b- un-gran-numero-de-infectados-desconoce-que-es-portador-797/) ya que al ser asintomática en gran número de los casos no se descubre si no se hace el test de detección y de que se han mejorado de forma clara las posibilidades de tratamiento pero no llega a toda la población por no gozar éste de buena prensa», resumió por su parte el Dr. Moisés Diago, Jefe de la Sección del Servicio de Hepatología del Hospital General de Valencia.
El tratamiento actual de la hepatitis C, que está compuesto por interferón pegilado y ribavirina, cambió de forma radical el panorama para los afectados por el Virus de la Hepatitis C (VHC), un virus que presenta cuatro genotipos con distinto pronóstico. Las tasas de curación conseguidas con esta terapia oscilan entre el 50 por ciento en los genotipos 1 y 4 hasta el 90 por ciento en los 2 y 3. «Una vez diagnosticada la enfermedad, el manejo es uniforme sin diferencias por comunidades y con una aportación de recursos suficientes», especificó el Dr. Romero.
Con el tratamiento a aplicar se consigue la curación en el 50 por ciento de pacientes con genotipo 1 y más del 80 por ciento de los pacientes con genotipo 2 y 3. Esta curación supone la no progresión de la enfermedad hepática y que el paciente no desarrolle una cirrosis o un cáncer de hígado.
Según Amparo González, Presidenta de la Asociación Española de Enfermos de Hepatitis C, que cuenta con más de 3.900 asociados afectados por la enfermedad, las principales demandas en torno a esta dolencia son «disponer de información real y escrita de la hepatitis C y su tratamiento y su evolución; atención psicológica al enfermo y sus familiares cuando son diagnosticados, durante el tratamiento y una vez terminado el mismo». Además, la Presidenta explicó la importancia de contactar con gente que padezca la enfermedad para poder hablar sin tabúes de ella, mediante grupos de autoayuda.
Por otra parte, Amparo González exige «más investigación sobre fármacos que puedan curar la enfermedad cuando no responde a los tratamientos actuales y que mejoren la calidad de vida de los pacientes». En este sentido, Roche Farma está desarrollando la molécula R1626 que en los estudios iniciales ha mostrado, en combinación con el interferón pegilado alfa 2a una mejor eficacia en los casos más difíciles de curar, aunque de momento sólo en ensayos preliminares. Antes de fin de año, empezará un gran ensayo en fase II para confirmar los prometedores resultados, que tendrá participación española.
Uno de los aspectos que preocupa igualmente a la Asociación de Enfermos de Hepatitis C es el estigma que muchas veces acompaña a los afectados. En este sentido, Amparo González comentó que son necesarias «más campañas informativas sobre la enfermedad, tanto sobre su tratamiento, como sobre su prevención y transmisión, para que quien padezca la enfermedad no sufra rechazo social y que no se den nuevos casos en el resto de la sociedad».
«La epidemia de la hepatitis C ha tenido lugar en la segunda mitad del siglo XX, debido a las trasfusiones de sangre y el uso de drogas ilegales por vía intravenosa. En el momento actual son pocos los casos nuevos que se contagian, de ahí que lo importante es detectar a los pacientes que ya están infectados para ofrecerles el mejor tratamiento posible», apuntó el Dr. Romero.
Las dificultades para detectar la hepatitis C se deben a la no inclusión en los reconocimientos médicos rutinarios de las pruebas del anticuerpo VHC pero, sobre todo, a que es una enfermedad que cursa sin síntomas, por lo que pueden pasar 20 años hasta que el paciente note alguno de ellos, como cansancio agudo o molestias en el abdomen. Entonces, el hígado suele estar ya tan afectado que el tratamiento no es eficaz y es probable que el paciente requiera de un trasplante de hígado o que desarrolle un carcinoma hepático.
«El hecho de que la hepatitis C sea una enfermedad lentamente progresiva y asintomática, impide que se generen mensajes impactantes como ocurre con el sida o el cáncer, a pesar de que en los pacientes con sida el principal problema de salud es la hepatitis C y de que el cáncer de hígado es la mayor complicación asociada a esta enfermedad», apuntó el Dr. Romero.
«El número de afectados por hepatitis C es ocho veces mayor que por VIH, pero el hecho de que esta infección debutara de forma espectacular con una evolución mortal en gran número de casos y en unos colectivos específicos determinó un gran apoyo social y político», comentó el Dr. Moisés Diago.
Los tratamientos actuales curan de forma global a algo más de la mitad de los pacientes, «situación que debe mejorarse pero que es relativamente satisfactoria para una enfermedad descubierta hace 17 años». Para este especialista, las mejoras del tratamiento «pasa por ajustar la duración del tratamiento para cada paciente, ya que cada uno puede requerir tiempos diferentes de tratamientos, que puede llegar a durar hasta 18 meses. Por otro lado es necesario investigar y desarrollar nuevos antivirales».
Según la Presidenta de la Asociación Española de Enfermos de Hepatitis C «el que podamos contar con un Día Mundial de las Hepatitis es muy importante para la asociación, por el hecho de poder reunirnos en el Ministerio y hacer una mesa con todos los especialistas que tratan y pueden mejorar la calidad de vida del enfermo de hepatitis».
«Creo que es un logro que en una mesa se debatan todos los síntomas y cambios que van a experimentar los enfermos de hepatitis una vez son diagnosticados y que lo hagan todos los agentes implicados: hepatólogos, farmacéuticos, psicólogos y la Asociación como apoyo», subrayó Amparo quien añade que «también es de agradecer el apoyo y la colaboración tanto a la Asociación Española el Estudio del Hígado, como a los laboratorios, que están investigando los fármacos para poder curar el virus».
Otras hepatitis
Según explicó el Dr. Diago, la hepatitis A «es también un problema de salud pública importante, que está relacionado con las aguas, ya que la vía de transmisión es fecal – oral. En España ha habido un cambio epidemiológico importante ya que antes se pasaba en la infancia en la mayoría de los casos y actualmente con el mejor control de aguas y sanitario, son muchos los que se infectan cuando son adultos jóvenes y lo hacen en viajes o cuando van a adoptar a un niño».
Respecto a la hepatitis B, el Dr. Diago apuntó a que es «cuantitativamente más importante» que la C, ya que existen unos 400 millones de afectados en todo el mundo, pero la mayoría de los casos en Asia. «En nuestro medio ha disminuido de forma notable, ya que se dispone de vacuna desde hace años y toda la población española menor de 26 años está vacunada. Además, en los últimos años se han desarrollado varios fármacos para el tratamiento de la hepatitis crónica por virus B».
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