Identificación de las dificultades en el manejo del paciente con Trastorno Bipolar

Recientemente se ha celebrado la Primera Reunión Anual de Expertos en Trastorno Bipolar en la que se han definido los principales problemas a los que se enfrentan los profesionales de la Psiquiatría a la hora de diagnosticar y tratar a estos pacientes. La prioridad es trabajar en cuatro áreas: psicoeducación, creación de guías clínicas, realización de una base de datos y evaluación de la salud y la calidad de vida de los pacientes con trastorno bipolar.

En esta reunión, celebrada en Madrid, participaron psiquiatras especializados en trastorno bipolar de toda España para debatir distintos aspectos de la enfermedad como por ejemplo: líneas de trabajo, protocolos, vías clínicas, bases de datos comunes de investigación, procedimientos, intervenciones centradas en el papel de la psicoeducación, organización asistencial del paciente, guías de tratamiento, etc.

Para el Dr. José Manuel Montes Rodríguez, psiquiatra y Profesor Asociado de Psiquiatría de la Universidad de Alcalá, esta reunión, patrocinada por el laboratorio Juste, «fue el punto de partida para definir grupos de trabajo y establecer posteriores encuentros». En su opinión, «se trata de que el mayor número posible de expertos en trastorno bipolar de nuestro país puedan trabajar en red aunando conocimientos y esfuerzo para mejorar el abordaje integral de esta enfermedad».

De este modo, se acordó definir cuatro puntos básicos para poder empezar a trabajar. El primero de ellos, la evaluación de la salud y la calidad de vida de los pacientes bipolares «ya que en muchos casos, ya sea por el propio trastorno o por los fármacos que se utilizan, descuidan aspectos primordiales de su salud física», comentó este experto. Además, tampoco se puede olvidar que «el propio trastorno puede conducir al consumo de sustancias estupefacientes». Y, en todos los pacientes, su enfermedad supone una disminución en la calidad de vida, «por lo que los profesionales debemos cuantificar hasta dónde llega esa afectación», añade.

Otro de los aspectos que se consideró prioritario fue el papel de la psicoeducación «que nos sólo debe abarcar a los pacientes sino también a sus familiares, al entorno y a la sociedad en general», destaca el Dr. Montes. «La psicoeducación es necesaria para que se conozca mejor el trastorno bipolar, cómo se maneja, cuál es la evolución natural de los pacientes y, en consecuencia, se pueda detectar antes y tratar mejor», puntualiza. Un mayor conocimiento de la enfermedad permitirá también aumentar la calidad de vida de los afectados y sus familias.

Por otro lado, es muy importante realizar unas guías clínicas del manejo de los pacientes bipolares en las que se pueda determinar los protocolos y procedimientos para el correcto diagnóstico, evaluación y tratamiento de los pacientes con trastorno bipolar.

Y, el cuarto punto sería «la creación de una base de datos informatizada que recogiera todos los datos necesarios de cada paciente para poder realizar una evaluación competa, un diagnóstico preciso y pautar un tratamiento lo más individualizado posible», destaca el Dr. Montes. Además, esta base de datos constituirá una herramienta muy útil para futuros estudios.

Dificultades en el diagnóstico del trastorno bipolar

«El primer problema en el manejo del paciente con trastorno bipolar es el propio diagnóstico de la enfermedad, que aproximadamente se produce 10 años después del inicio de la sintomatología», lamenta este especialista. Los pacientes peregrinan demasiado tiempo por distintos médicos sin encontrar una soluciona a su problema. «Son 10 años de evolución de la enfermedad, probablemente negativa, y derivada también del uso, en muchos casos, abusivo de los antidepresivos», insiste.

Este es uno de los problemas más importantes del trastorno bipolar y no exclusivo de nuestro país, «por lo que quisiera llamar poderosamente la atención a toda la sociedad para que aumente su conocimiento del trastorno y de cómo se puede realizar un abordaje desde el momento en que aparecen los síntomas», concluye el Dr. Montes.