18Sep. 01
Un estudio auspiciado por la British Heart Foundation ha concluido que un fumador tiene el doble de posibilidades de desarrollar una enfermedad cardiovascular que un no fumador, pero el riesgo se multiplica por tres en aquellos fumadores con alelo 4 y por cuatro si además de poseer esta combinación genética son diabéticos u obesos.
Gracias a los avances en genética y al desarrollo de la técnica de PCR (reacción en cadena de la polimerasa) actualmente los investigadores trabajan en numerosos estudios que intentan encontrar marcadores genéticos que, por ejemplo, detecten un mayor riesgo de desarrollar cáncer en determinadas personas, o como en este caso, determinen qué fumadores tienen mayor posibilidad de desarrollar una enfermedad cardiovascular por culpa de este hábito.
El equipo liderado por el doctor Steve Humphries, de la British Heart Foundation ha constatado en su estudio que los hombres con alelo 4 de la Apo-E (una variante genética que afecta a un cuarto de la población) tienen tres veces más posibilidades de desarrollar una enfermedad cardiovascular. Aunque sus autores afirman que todavía es necesario confirmar esta conclusión. Sin embargo, son pequeñas parcelas conquistadas como ésta las que permitirán en un futuro no muy lejano desarrollar y comercializar métodos de medición de riesgo de desarrollar enfermedades. En concreto, han encontrado el riesgo en un gen que codifica para la proteína Apo-E, y que ayuda a controlar los niveles de lípidos en la sangre con tres variaciones (E2, E3 y E4), de la que la última, E4, es la relacionada con un mayor riesgo.
Motivar a todos los fumadores a dejar de fumar
Aunque el riesgo se extiende a todos los fumadores, pues está comprobado que fumar provoca obstrucción de las arterias, trombosis y arteriosclerosis y dobla el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular. Los compuestos químicos del humo del tabaco se encargan de destruir el colesterol LDL, como recuerdan los autores de este estudio, haciendo que sus partículas se vayan acumulando en las arterias, obstruyéndolas. El objetivo de este estudio es claro: motivar, más si cabe, a los fumadores para que dejen de fumar.
El trabajo, publicado en The Lancet , se ha realizado a partir del estudio de más 3.000 hombres con edades entre 50 y 61 años durante ocho años. Casi 100 de ellos sufrieron un infarto de miocardio agudo, 25 necesitaron cirugía de la arteria coronaria y 14 tuvieron infartos de miocardio silentes.
En sus conclusiones afirman que cualquier fumador tiene el doble de riesgo de padecer una enfermedad pulmonar que un no fumador, si tiene el alelo 4 multiplica su riesgo por tres y si además de tener esta variante genética hay otros factores medioambientales como diabetes u obesidad, multiplica el riesgo hasta cuatro. Otros factores que aumentan este riesgo son un índice de masa corporal alto, la presión arterial alta y las altas concentraciones de colesterol, triglicéridos y fibrinógeno en sangre.
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