13Dic. 06
Cuando en el año 2003 se publicaron los resultados preliminares del estudio IRIS, el imatinib sustituyó al interferón como tratamiento de referencia de la leucemia mieloide crónica. Ahora, un estudio en el que han participado investigadores del Hospital Clínico de Barcelona-IDIBAPS, confirma sus buenos resultados tras cinco años de seguimiento. Menos del siete por ciento de los pacientes tratados con el nuevo fármaco evolucionaron a las fases finales de la enfermedad.
El imatinib (Glivec) un fármaco inhibidor selectivo del gen BCR-ABL responsable de la aparición de la leucemia mieloide crónica (LMC), ha confirmado sus buenos resultados a largo plazo en un estudio que acaba de publicar New England Journal of Medicine.
Sólo hace tres años, en el 2003, ya se estableció como tratamiento de primera línea de la LMC, a raíz de la publicación en la misma revista de los resultados preliminares del estudio IRIS (348(11):994-1004). Ahora, se ha publicado un nuevo artículo (355:2408-2417) que confirma su eficacia tras cinco años de seguimiento.
El IDIBAPS participa en la coordinación de este trabajo internacional a través del Dr. Francisco Cervantes, integrante del equipo IDIBAPS Hemato-oncología y del Servicio de Hematología del Hospital Clínic de Barcelona. El Dr. Francisco Cervantes es coautor del estudio y único representante español en el Advisory Board del protocolo.
Resultados
En el primer trabajo publicado hace tres años se incluyeron 1.106 pacientes con LMC de nuevo diagnóstico, procedentes de 177 hospitales de todo el mundo. La mitad de ellos se trataron con imatinib y la otra mitad con interferón y Ara-C subcutáneo, tratamiento de primera línea de la enfermedad hasta entonces.
En esa primera publicación se demostró que tras 18 meses de seguimiento imatinib era netamente superior a interferón, tanto en términos de eficacia como de tolerancia. Quedaba por demostrar si la eficacia y escasa toxicidad se seguían manteniendo a largo plazo en los enfermos tratados con imatinib desde el momento del diagnóstico de la enfermedad.
El nuevo análisis demuestra que la eficacia de imatinib se mantiene en la gran mayoría de los pacientes tras cinco años de seguimiento. Durante ese período, menos del siete por ciento de los pacientes tratados con el nuevo fármaco evolucionaron a las fases finales de la LMC (aceleración y crisis blástica).
En ninguno de los pacientes en quienes se consiguió una disminución intensa de la enfermedad a nivel molecular dentro de los 18 primeros meses de tratamiento se ha observado la transformación de la LMC. Por otra parte, al contrario de lo que ocurría hasta ahora, la frecuencia de transformación ha ido disminuyendo con el tiempo, lo que constituye un cambio en la historia natural de la LMC. Dada la trascendencia de los resultados, el trabajo ha merecido el honor de una nueva publicación en New England Journal of Medicine.
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