Importancia del diagnóstico precoz en el VIH

La posibilidad de erradicar o no el SIDA, cómo mejorar el sistema inmunitario para controlar mejor la infección sin necesidad de tratamiento y cómo utilizar mejor los test de resistencias son algunos de los temas que han sido tratados durante el pasado simposio sobre la erradicación del VIH, celebrado en el Hospital Universitari Germans Trias i Pujol de Badalona (Barcelona).

Asimismo, durante el encuentro también se han presentado algunas de las líneas de investigación más destacadas que se realizan en el laboratorio de Microbiología de la Fundación IrsiCaixa. Según ha explicado el doctor Bonaventura Clotet, jefe de la Unidad de VIH del Hospital Germans Trias y Pujol, en relación a las investigaciones que están llevando a cabo, «se están presentado datos sobre el papel de los inhibidores de la fusión, que es otra forma de tratamiento para la infección, y sobre cómo estos inhibidores de la fusión pueden alterar la apoptosis o muerte celular». Además, se han presentado también «ensayos clínicos que estamos realizando sobre interrupciones del tratamiento, no basadas en mejorar la inmunidad sino en mejorar la calidad de vida y reducir el coste y que pretenden demostrar que son posibles tratamientos más intermitentes con menos toxicidad y, por tanto, mayor calidad de vida.». En relación a estos estudios, el doctor Clotet alerta que «siempre hay que tener en cuenta que esto todavía no se ha demostrado, son estudios en marcha con resultados preliminares y que hasta que no existan resultados definitivos no se pueden incorporar estos enfoques terapéuticos a la práctica rutinaria.»

Durante el simposio también se abordó la importancia y la necesidad del diagnóstico y tratamiento precoz de la infección por VIH. Sobre este aspecto, el doctor Douglas Richman de la Universidad de California, San Diego (EEUU), ha destacado la importancia del tratamiento precoz ya que, según sus investigaciones, el tratamiento muy precoz de la infección parece reducir el nivel de células infectadas, aunque está todavía por ver qué traducción clínica puede tener a la larga en comparación con las personas que se tratan más tarde.

El doctor Richman ha trabajado mucho en el estudio de las células latentemente infectadas. Las células C4 que están infectadas y están en fase latente o durmiente son una proporción de células muy diminuta, menos de una entre un millón. Pero, tal y como explica el doctor Richman, «son una fracción muy importante, porque son las que van a contribuir a que el virus rebrote, que aparezca de nuevo cuando un tratamiento que se ha ido administrando se interrumpe. Pues el motivo por el que reaparece el virus se debe a que existen estas células.»

La importancia del tratamiento precoz se debe a que las células recientemente infectadas aparecen semanas después de la infección aguda y «si se consiguen identificar las personas que se acaban de infectar y se tratan en muy pocos días después de la infección, se consigue reducir el número de células latentemente infectadas por debajo del nivel de detección que tiene la técnica que nosotros utilizamos», explica el doctor Richman. Así pues, utilizar estas técnicas para determinar la reducción de las células recientemente infectadas y que están en estado latente «nos puede aproximar más a la idea del número total de células contra las que tenemos que luchar para conseguir la erradicación», añade este experto, quien señala que ese tratamiento muy precoz «puede permitir una reducción más eficiente de la cantidad viral y que en este contexto las vacunas terapéuticas o cualquier intervención sobre el sistema inmunitario tenga más éxito».

Por su parte, el doctor Pantaleo, del Hospital Universitario de Lausanne (Suiza), señala que hay seis millones de nuevas infecciones cada año. «Cada seis segundos en el mundo hay una persona infectada. Así que hay mucha gente en fase aguda», comenta este experto. En este sentido, afirma que «es importante saber identificar a estos pacientes porque nos dan muchísima información sobre la historia natural de la enfermedad y la respuesta del sistema inmunológico del organismo ante el virus».

Es conocido que la terapia antirretroviral es eficaz, pero incluso en personas que tienen el virus controlado durante muchísimos años por debajo de 20 copias, cuando interrumpen el tratamiento, rebrota. En este sentido el doctor Pantaleo explica que en sus estudios están utilizando «terapia antirretroviral asociada a una terapia inmune, es decir, a unos fármacos que actúan sobre el sistema inmunitario del virus impidiendo su ciclo celular y la terapia inmune actúa sobre las células del sistema inmunitario». Así, mediante la combinación de terapias, señala este experto, «se podría conseguir una mejoría del control inmunitario y poder llegar a este tratamiento antiretroviral con el consiguiente beneficio para el paciente: menos toxicidad y menos coste».