La Atención Primaria y la medicina interna deben abordar el síndrome metabólico de manera integral

El tratamiento del síndrome metabólico "requiere criterios claros de diagnóstico y de intervención precoz farmacológica y no farmacológica", afirma el profesor Manuel Serrano Ríos, del Servicio de Medicina Interna II del Hospital Clínico Universitario San Carlos de Madrid.

El profesor Ángel Sánchez Rodríguez, presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), explica que es necesario someter a este tipo de pacientes a «un control del riesgo vascular de una forma uniforme y ordenada porque la mayor importancia clínica del síndrome metabólico es el riesgo cardiovascular que lleva asociado» (que puede ser hasta cuatro o cinco veces mayor que en el resto de la población).

Para el profesor Serrano Ríos, «cada día hay más evidencia de que las personas con síndrome metabólico presentan signos compatibles con la inflamación crónica subclínica» y en la mayoría de ellos existe «una tendencia a la trombosis arterial por alteraciones muy evidentes en la coagulación y la fibrinolisis». En su opinión, «el punto de partida para que un médico identifique esta situación es la obesidad visceral, la hipertensión arterial, la dislipemia y los triglicéridos muy altos». Pero el tratamiento «requiere una gran visión global», para controlar todos los factores de forma conjunta.

Sin embargo, el abordaje de esta patología se ve obstaculizado en nuestro país porque no existe una «continuidad ni una estrategia a nivel nacional» ni un estudio de toda España sobre esta enfermedad, debido que «el diagnóstico del síndrome metabólico no está aprobado en la lista de enfermedades oficiales».

Por su parte, el doctor Fernando Álvarez Guisasola, coordinador del grupo de diabetes de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC), opina que «en el manejo de esta patología recae un peso muy importante en los profesionales de Atención Primaria» tanto para la detección como para su tratamiento. Este especialista cree que en este nivel asistencial «existe una conciencia cada vez mayor de que el manejo tiene que ser integral» y tener en cuenta todos los factores de riesgo que caracterizan el síndrome metabólico. Pero además, es preciso desarrollar unas pautas o normas para la medicina interna, el otro grupo de especialistas encargados del tratamiento de esta patología. Los profesionales de ambas áreas deben colaborar juntos y ejercer de «coordinadores tanto del diagnóstico como de la terapéutica que estos enfermos precisan», añade el profesor Sánchez Rodríguez.

Obesidad

Entre los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares asociados al síndrome metabólico, el profesor Serrano Ríos destaca la obesidad, que debería considerarse «no sólo una enfermedad» sino también la causa que desencadena y mantiene esta patología. Asimismo, advierte que «la prevalencia de la obesidad en niños aumenta espectacularmente en España», lo que puede significar que sufran síndrome metabólico en la edad adulta, como suele ocurrir en los niños que nacen con bajo peso y los obesos preadolescentes (menores de diez años). Otro aspecto significativo es que entre un cuatro y un seis por ciento de los niños padecen intolerancia a la glucosa, al igual que entre un seis y un diez por ciento de los adolescentes obesos.

La incidencia del síndrome metabólico aumenta con la edad, «hasta el punto de que se la conoce como la enfermedad del envejecimiento», ya que la padecen entre el 60 y el 70 por ciento de las personas mayores de 65 años.