La braquiterapia es el tratamiento que menos perjudica la calidad de vida en cáncer de próstata

Los pacientes de cáncer de próstata que han sido tratados con braquiterapia mantienen una mayor calidad de vida que los que han recibido otros tratamientos. A esa conclusión ha llegado el Instituto Catalán de Oncología (ICO), a través de una investigación que ha presentado recientemente y que ha desarrollado junto al Hospital de Bellvitge y el Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM-Hospital del Mar).

En el estudio se han analizado tres procesos para combatir esta neoplasia, con el objetivo de determinar cuál afecta menos a la calidad de vida del enfermo. Estos procesos son la extirpación (prostatectomía radical), la radioterapia externa y la braquiterapia. Se ha determinado que este último tratamiento es el que tiene menos consecuencias negativas en el ámbito de la sexualidad y el que mejor calidad de vida ofrece en general. En cambio, la extirpación es la que mayores problemas de funcionamiento sexual provoca, incluso dos años después del final del tratamiento. Por su parte, la radioterapia externa es el proceso que menos incontinencia y disfunciones urinarias produce.

En total, se ha entrevistado telefónicamente a más de 600 pacientes sometidos a alguno de estos tres tratamientos, de los cuales 134 han sido de extirpación, 205 de radioterapia externa y 275 de braquiterapia. Las encuestas se han llevado a cabo a los tres meses de acabar el proceso, a los seis, a los 12 y, finalmente, a los 24 meses, con la finalidad de ver la evolución de los efectos secundarios. Está previsto continuar con el seguimiento, hasta llegar a los cinco años, para alcanzar una visión de las consecuencias a largo plazo.

Además de los centros anteriormente citados, también han participado en el desarrollo del estudio el Instituto Oncológico de Guipúzcoa, el Capio Hospital General de Cataluña, el Centro Oncológico de Galicia, el Hospital Ramón y Cajal de Madrid, el Hospital Regional Carlos Haya de Málaga, el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, la Fundación Puigvert de Barcelona y el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo de Barcelona.

Sobre la braquiterapia prostática

Esta técnica consiste en la implantación de semillas radioactivas de Iodo-125 directamente en el interior de la próstata, consiguiendo unos índices de curación similares a los de la cirugía radical o la radiación externa. Además, la braquiterapia disminuye notablemente la posibilidad de que la radiación alcance los órganos sanos adyacentes (recto y vejiga), por lo que efectos secundarios como la impotencia sexual o la incontinencia urinaria se ven minimizados, lo que permitirá al paciente mejorar su calidad de vida.

Otra gran ventaja de este tratamiento consiste en que al ser una operación relativamente sencilla, no requiere incisión quirúrgica y la estancia hospitalaria se reduce a 24-48 horas, el enfermo puede permanecer durante toda la etapa post-operatoria en su hogar.

Por todas estas razones, la braquiterapia prostática es una técnica que no suele alterar demasiado la rutina de los pacientes que sufren cáncer de próstata. Sin embargo, sólo puede realizarse cuando el tumor se encuentra en su fase inicial, por lo cual, es fundamental que todos los hombres se realicen una revisión anual a partir de los 50 años.