23Jun. 06
La falta de cardiólogos en España se va a incrementar todavía más en los próximos veinte años, concluyen especialistas reunidos recientemente en la Conferencia Europea sobre el Futuro de la Especialidad. El envejecimiento de la población y el incremento de la enfermedad cardiovascular potenciarán esta carencia. Para el doctor Luis Alonso-Pulpón, Presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), la solución pasa por el diseño de un plan de competencias del cardiólogo, entre políticos, autoridades, especialistas y la propia sociedad.
. ¿Qué les preocupa a los cardiólogos españoles?
Que no se pueda dar respuesta a esta acusada demanda de especialistas que hay en España, incrementada por la necesidad de tratar todos los pacientes que han superado un infarto y por los cambios de hábitos de la población que potencian la arteriosclerosis, la obesidad y la diabetes. Y es que, hasta el momento, somos nosotros, los cardiólogos, los únicos que podemos tratar estas patologías. Por ello, debemos responder a esa demanda lo antes posible, para poder cubrir de manera eficaz el tratamiento de estas patologías e intentar frenar su proliferación.
Como presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), ¿cómo ve el futuro de esta rama de la medicina en nuestro país?
Si no ponemos solución, en los próximos 20 años va a seguir incrementándose esta demanda de especialistas en Cardiología, sobre todo si tenemos en cuenta el envejecimiento de la población y el hecho que la prevalencia de la arteriosclerosis y la insuficiencia cardiaca aumentan con la edad. Esto es un pronóstico muy grave, teniendo en cuenta que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte de todo el mundo, incluido el tercer mundo, por delante de las infecciosas, inclusive.
¿Han realizado algún estudio para cuantificar esta demanda?
La SEC ha hecho un estudio demográfico, puesto en marcha por un catedrático de economía sanitaria de la Universidad de Las Palmas, sobre las necesidades futuras. Uno de los datos significativos es que la edad media del cardiólogo español es de 55 años y es previsible que en los próximos 10 años, un 30 por ciento se jubile. Por tanto, el relevo que se produce actualmente a través de la formación de residentes nos parece insuficiente, teniendo en cuenta que nos encontramos a menos 256 cardiólogos y las perspectivas de «números rojos» aumentan.
¿Cuál es el primer paso para solucionar esta situación?
Delimitando cuáles deben ser las funciones del cardiólogo en los próximos años. Lógicamente, la necesidad numérica tiene que ver con las competencias que tengamos e, incluso, con la organización de los departamentos que entre todos -políticos, autoridades y la propia sociedad- debemos diseñar.
La Medicina se dirige hacia una organización de procesos asistenciales organizados en complejos equipos pluridisciplinares. Pero, esto es fácil de decir pero difícil de llevar a la práctica, y sobre todo ponerlo en marcha en todos los hospitales del país.
¿Y qué acciones promueve la SEC al respecto?
Tenemos un proyecto ambicioso de tres años de trabajo. En la primera etapa, acabamos de celebrar esta conferencia internacional con todos los presidentes de las sociedades europeas de Cardiología, con el objetivo de analizar en profundidad las deficiencias actuales y futuras.
¿Qué mejoras se incluyen en la Declaración de Madrid para que la Cardiología española avance?
En cierto modo es un texto genérico y ambiguo, porque no hay una respuesta absoluta de cuántos cardiólogos se necesitan, sino que depende del tipo de organización que se haga. Por ejemplo, en Europa del Este tienen un número superior al necesario, en comparación con España.
El texto también se hace eco de la enfermedad cardiovascular, una epidemia que está costando 186.000 millones de euros en atención directa, por incapacidad y bajas laborales, etc., cuya prevención es muy complicada y cara de lograr, sobre todo cuando la obesidad avanza imparable.
En la Conferencia Europea de Cardiología han hablado de la necesidad de adaptarse a las innovaciones de diagnóstico y tratamiento, háblenos de ellas…
Actualmente, hay una revolución inmensa en el mundo de la imagen dentro del diagnóstico. Existe el TAC Multicorte, la resonancia magnética y el PET, entre otras, que exigen colaboración de grupos diferentes de especialistas. La cuestión es cómo organizar estos grupos de profesionales.
Por otro lado, la telemedicina va a cambiar la relación médico-paciente, por ello hay que intentar diseñar acciones para que los profesionales nos adaptemos a esa nueva situación e intentar que el paciente reciba la mejor atención posible. Ése es siempre nuestro objetivo prioritario.
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