02Feb. 04
La cifoplastia alivia el dolor y restaura la altura vertebral en pacientes con fracturas osteoporóticas, angiomas, metástasis o mielomas, de una forma "mucho más segura y con una menor tasa de complicaciones" que la técnica empleada hasta ahora, la vertebroplastia, explica el doctor Nicomedes Fernández-Baíllo, especialista en Cirugía de la Columna de la Clínica Moncloa.
Tradicionalmente las fracturas vertebrales se trataban con analgésicos (pero éstos «sean opiáceos o más convencionales no siempre quitan el dolor»), con reposo en cama (que produce»una mayor pérdida de masa ósea») y con cirugía. En cambio, la aparición de la vertebroplastia en los años 80 permitió aumentar la efectividad y reducir las complicaciones del tratamiento quirúrgico convencional. Como en el caso de la cifoplastia se introduce cemento acrílico en el cuerpo vertebral para reforzar el hueso. Sin embargo, la vertebroplastia al emplear cemento líquido tiene un riesgo de fugas de entre un 20 y un 40 por ciento.
Por el contrario, en la cifoplastia el cemento se introduce «prácticamente duro, es mucho más difícil que se difunda a lugares no deseados», en palabras del doctor Fernández-Baíllo, por lo que el riesgo de fugas se reduce a un 8,4 por ciento. En esta nueva técnica quirúrgica, que se realiza de forma ambulatoria o con una breve estancia hospitalaria, el cemento se inyecta mediante un balón de plástico que crea una cavidad en el cuerpo vertebral y recupera la altura de la vértebra lesionada. El dolor desaparece de forma inmediata en un 90 por ciento de los pacientes, que pueden volver a realizar sus actividades cotidianas en pocas horas, sin necesidad de utilizar un corsé.
Impacto de las fracturas vertebrales
Las fracturas vertebrales tienen una mayor incidencia en nuestro país que otras fracturas causadas por la osteoporosis, ya que afectan a 764 de cada 100.000 habitantes, frente a 220 casos de fracturas de cadera, por ejemplo. La osteoporosis es mucho más frecuente en mujeres, que al cumplir 50 años tienen un riesgo del 50 por ciento de sufrir una fractura, pero, además, «de ese 50 por ciento el 32 por ciento serán fracturas vertebrales», indica el doctor Manuel Quesada, de la Unidad de Metabolismo Mineral del Hospital Reina Sofía de Córdoba.
En este tipo de lesiones «el riesgo de muerte se multiplica por 8,6», mientras que en las fracturas de cadera aumenta 6,7 veces. Además, la deformidad vertebral que causa la fractura provoca cifosis y escoliosis, lo que puede conllevar «con el tiempo primero una insuficiencia ventilatoria y después respiratoria» que pueden desembocar en una insuficiencia cardíaca.
La fractura vertebral también «aumenta el riesgo de sufrir nuevas fracturas» y da lugar a «una disminución de la velocidad de la marcha y a una mayor fatiga muscular», lo que conlleva un «mayor riesgo de caídas», señala el doctor Quesada. A esto se añaden «una mayor astenia, pérdida de apetito», disminución de la autoestima y la independencia y fundamentalmente «un gran dolor de la columna que va a alterar la movilidad». Por todo ello, la fractura vertebral puede ser considerada «un problema de salud pública de primera magnitud que puede ser comparado con la fractura de cadera, si no lo sobrepasa».
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